martes, 30 de diciembre de 2014

BIPARTIDISMO POR AMOR

BIPARTIDISMO POR AMOR


El bipartidismo como única opción democrática para evitar que el universo implosione y llegue el fin del mundo tal y como lo conocemos: esto es lo que propone el presidente del gobierno por pura honestidad y profunda preocupación por el futuro de nuestro país sin que esa opinión esté influida en absoluto por el hecho de que uno de los dos partidos de ese tándem bipartidista, en este momento, sea precisamente el suyo. Esto sería como proponer una dictadura sólo que con dos actores en lugar de uno, pero cuidado, no os asustéis que es todo muy democrático. Los que le conocemos sabemos bien que mantendrá esta honesta y neutral opinión el día que los dos partidos en liza sean IU y Podemos.  Y es que a él lo que le gusta es el número dos porque de todos es sabido que dos es compañía y tres (o más) es multitud.  Nuestro honrado presidente quiere mantener la intimidad de esta democracia tan cariñosa como una peli de la factoría Disney y pretende que esto siga siendo un juego de dos, donde puede haber encuentros y desencuentros como en las peleas en broma de Juanito Valderrama y Dolores Abril  o en las canciones de Pimpinela, pero sin traumas ni rupturas. Y es que así es él: un romántico.

sábado, 27 de diciembre de 2014

A LA HORA DE LA CENA

A LA HORA DE LA CENA

A la hora de la cena hay un actor en la tele interpretando un papel que ni él mismo se cree, desgranando  un discurso viejo vestido con traje nuevo. Parece haber estudiado con convicción de alumno aplicado la correspondencia entre gesto y palabra. Cada inflexión de la voz, cada movimiento de histrión indican que ha repasado con ahínco la lección para comunicar a su público todo un catálogo de ideas: control, juventud, renovación, fuerza, seriedad, preocupación.... Pero este público tiene el ojo muy entrenado, desnuda de un vistazo al mal actor y sigue pelando gambas.

sábado, 20 de diciembre de 2014

EL DELFÍN MALOGRADO

EL DELFÍN MALOGRADO
Estos días hemos visto al pequeño Nicolás llegar a los juzgados con una sonrisa de muñeco congelada en la cara y no por el frío. Pero antes de esto le hemos visto crecer ante nuestros ojos, agigantarse porque se ha sentido amenazado y nos ha dejado ver la tramoya de este juego perverso: tres DNIs falsos emitidos en comisaría, coches oficiales y no precisamente robados, escoltas, acceso al móvil del rey... Vemos, tal como sospechábamos, que este relamido con cara de tonto no era el Mocito Feliz de FAES, como nos quieren hacer creer, no es simplemente un loco del selfie con los poderosos: es uno de los herederos designados por este poder corrupto para sucederse a sí mismo, pertenece a la cantera de los que vendrán a estafarnos mañana desde las instituciones. Este individuo, con una notable vena megalómana, es un delfín malogrado por su propia ambición: se le fue la mano haciéndose selfies. Seguramente nunca sabremos qué paso en falso ha dado para que sus propios mentores le sacrifiquen ante la opinión pública y la justicia, pero me juego una ceja a que tiene que ver con la Casa Real. Comprobamos que al poder, a ese poder no elegido democráticamente, se llega desde muy temprano a través de una puerta trasera que ahora queda a la vista. Francisco Nicolás estaba llamado a educarse desde tierno lechón en el escenario del poder en la sombra, a gobernarnos dentro de unos años y a acceder después a una lucrativa puerta giratoria. Pero ha hecho algo que no debía y es exponer el engranaje de esta maquinaria. Jamás se lo perdonarán.


jueves, 18 de diciembre de 2014

DÍA DE REYES

DÍA DE REYES

Hubo un día (quizás dos días, una semana) hace muchos años, 40 ó 42 por lo menos, en que creí en los Reyes Magos. Creí que los Magos de Oriente habían venido a mi casa y nos habían dejado una muñeca, una pelota de plástico duro con una goma elástica, caramelos… Lo creí. Creí que los Reyes tenían larga melena y barba larga rubia o blanca y que también había un rey negro con turbante, con ricas capas ribeteadas de armiño, así los veía en mi imaginación alimentada por cuentos. Venían en camellos para los que teníamos que dejar un puñado de paja. Para los Reyes había que poner unos dulces y una copa de anís. También debíamos dejar los zapatos para que nos los llenaran de caramelos. Ese día de Reyes habíamos ido todos, mis padres y mis hermanos, a recoger la oliva, con un frío polar, y a la vuelta encontramos encima de la cama de mis padres los regalos que he descrito antes y unos caramelos. Hasta mi madre se creyó que habían venido los Reyes de verdad. Nuestra tía Juana Dios nos los había echado, empujando la ventana, que encajaba mal. Sólo creí en los Reyes unos pocos días porque en aquella época y en aquel contexto, hacer regalos de Reyes a los niños era una rareza. Tuvimos mis hermanos y yo (excepto mi hermano Pedro, el menor) una infancia sin regalos, o muy escasos. Los regalos eran una excepción y venían sobre todo de Francia, cuando mi madre, o mi padre y mi hermana,  volvían de la vendimia y traían algún pequeño juguete extraordinariamente valorado: un mono que daba volteretas, un costurero… También recuerdo a través del recuerdo de los mayores, un regalo que nos hizo nuestra abuela Beatriz: unos tanques para mis hermanos, que les pasaron la cuerda el mismo día que los recibieron y ya no volvieron a funcionar, y una muñeca rubia con un chupachup en cada mano para mí, creo, quizás para mi hermana. Como digo, tuvimos una infancia sin regalos o muy pocos, sin embargo, y pienso que hablo también por mis hermanos, no lo vivimos como una carencia. Era así para nosotros y para todos los niños de nuestro entorno. No nos sentíamos infelices por ello. No era un trauma. Venía en el coche oyendo a mis hijos hacer su lista para Papa Noel y los Reyes, porque ahora hay doblete, y me ha poseído este recuerdo. Lo he traído hasta aquí como una copa a punto de desbordarse, sin querer perder una gota, para compartirlo con vosotros. Hoy no quiero hacer valoraciones de cómo afecta la sobreabundancia, de cómo se puede ser feliz sin regalos, de por qué deberíamos ser más razonables, menos consumistas. Hoy sólo quería deciros que un día, o varios, de verdad creí en los Reyes y que creer en esa fantasía me hizo feliz.

jueves, 4 de diciembre de 2014

LOCA POR INCORDIAR

LOCA POR INCORDIAR

Hoy en la tele una sinvergüenza del PP dice que a España le va mucho mejor que hace tres años y si existe un “poquito” de descontento es porque no nos acordamos de lo mal que estábamos antes. La herencia recibida se va convirtiendo poco a poco en mala memoria del personal. Según ella nos va mejor. Y puede ser.  Si lo que dice la tele es verdad, y cómo iba a mentir la tele, nos va a tocar a todos el gordo de la lotería aunque no hayamos comprado el décimo, sólo tenemos que acercarnos a un bar de nuestra confianza la mañana del sorteo con cara de semehamuertoalguien y el dueño te largará un décimo de los dos que lleva premiados. Así es España: generosa y solidaria con los juegos de azar. Estoy por creérmelo, hoy tengo ganas de creerme cosas, así que ¿por qué no nos va a tocar el gordo ahora que  está Fabra en el trullo que era el que copaba todos los décimos premiados? Ah, no, espera, que desde la cárcel también se puede blanquear dinero. Joer, ahora que empezaba yo a venirme arriba. ¿Veis lo que nos pasa? Nos da por pensar  y se nos viene abajo toda la ilusión. Para vivir felices, jodidos pero felices, sólo hace falta no pensar mucho. Nota mental: hay que dedicar un poquito más de tiempo a ver la tele con fe e ilusión y un poquito menos a pensar. Tenemos un amigo senegalés que, cuando algo no le cuadra dice: esto no es normalo. Pues eso es lo que me ha dado a mí por pensar hoy al oír a esta caradura intentar convencernos de lo bien que estamos y nosotros sin darnos cuenta: que lo de este país no es normalo.

lunes, 1 de diciembre de 2014

POLÍTICA Y POLÍTICA

POLÍTICA Y POLÍTICA
          El sector más conservador de la iglesia no está cómodo con este Papa, dicen que es demasiado político, y eso que lo único que ha hecho es hablar, un discurso bello, sí, pero vacío al menos de momento porque la prédica está bien, pero ¿dónde está el trigo? Después de que nos hayan dado tantas veces julepe con el as y el mono, yo ya desconfío de todo. De-to-do. Desconfío de las palabras del Papa porque no hay detrás nada que las respalde. Desconfío del aplauso entusiasta de Pablo Iglesias (y debo decir que a mí Podemos me ha devuelto la esperanza) porque ¿va a ser este el camino, nos venimos arriba con dos palabritas, pactamos con la forma sin verificar el fondo?

            Y ahora quiero volver sobre este temor de los conservadores: un papa que habla (de momento sólo habla) en favor de los pobres es un papa político. Por lo visto los papas anteriores no eran políticos, como si hacer la vista gorda con la pederastia no fuera un acto político, como si olvidar a los desheredados de la tierra no fuera un acto político, como si criminalizar la contracepción y despreciar a la mujer no fueran actos profunda, medida y deliberadamente políticos. Desde esa perspectiva sólo se considera apolítico el no hacer nada y dejar que todo siga igual y sin embargo no hay gesto más perversamente político que la dejadez, y si no que se lo digan a Rajoy que ha hecho de no hacer nada todo un modus operandi.  En cuanto a la ciudadanía, no hacer nada es dejarlo todo en manos de los poderes fácticos que vienen gobernando desde siempre en su propio beneficio y contra el pueblo, ¿se os ocurre algo más político que no hacer nada? Debe ser que tener una actitud política frente a la vida es malo, no como estos conservadores que se quejan del actual Papa, y que tienen una actitud perfectamente neutral y apolítica de rechazo al inmigrante, de demonización del aborto, de repulsa al matrimonio gay, de indiferencia frente a los desahucios, de acatamiento ciego frente a políticas criminales. Para ellos, eso no es ser políticos, eso  es ser normales porque lo normal  es no meterse en nada y que la injusticia se perpetúe, total, ya estamos acostumbrados. Por suerte hay cada vez más y más gente poniendo el pie fuera de esa normalidad hipócrita y retorcida.