domingo, 6 de diciembre de 2020

26 MILLONES DE FUSILABLES

 

26 MILLONES DE FUSILABLES

 

73 militares jubilados escriben dos cartas al rey en semanas sucesivas en donde expresan su rechazo a este gobierno socialcomunista y le instan a actuar. Gobierno legítimo cabe recordar, porque se olvida. Poco después sabemos que en el grupo de WhatsApp que mantienen, uno de ellos dice que habría que fusilar a 26 millones de hijos de puta, frase celebrada y jaleada por varios más. Todo ello con el noble propósito de detener la "deriva antidemocrática de este gobierno". Puede parecer que  la coherencia no es su punto fuerte pero es que ESO para ellos es democracia, tú llámalo como tú quieras. Ellos son demócratas, pero en una democracia sin rojos ni maricones ni negros, donde solo quepan los suyos, democracia que quieren salvar dando un golpe de estado. Luego les llamas fascistas y se ofenden. 

 

Hemos hecho muchos chistes y memes y nos hemos reído un rato porque cómo nos vamos a tomar estas cosas si no. Ok, todo bien, la risa está bien. Lo que pasa es que la cosa empieza a perder la gracia a partir de aquí:


Los medios de comunicación les llaman militares nostálgicos. Vamos a ver, la nostalgia es un sentimiento que te hace mirar hacia atrás con tristeza añorando el tiempo pasado, no querer empuñar un fusil para cargarte a 26 millones de conciudadanos porque no piensan igual que tú. Este uso del lenguaje que evita llamar a las cosas por su nombre es parte del problema. Porque estos militares jubilados cuando se expresan así no son nostálgicos, son fascistas. Lo que echan de menos no son las excursiones que hacían a la playa cuando sus hijos eran pequeños, lo que echan de menos es un régimen que legitime los asesinatos de  ciudadanos disidentes, aunque sean mucho más de la mitad de la población. Y eso, nos pongamos como nos pongamos, se llama fascismo y no nostalgia.


El jefe en activo de la cúpula militar, Miguel Ángel Villarroya, asegura que la Constitución es la norma que "inspira todas las actuaciones" del Ejército y pide que las palabras de los exmilitares sean vistas "como opiniones de ciudadanos particulares". Pues no, señor Villarroya. Las expresiones de exmilitares (pues exmilitares son, que no ciudadanos particulares) que dicen querer fusilar a más de la mitad de los españoles no son opiniones, son amenazas, máxime después de haberse dirigido al jefe del estado en dos ocasiones con la intención de derrocar al gobierno legítimo. Nos toma usted por tontos.


La contestación del jefe de la oposición Pablo Casado al ser preguntado por el tema es: pues sí, je, je (sic) en lugar de aprovechar la oportunidad que se le brinda para demostrar que es un demócrata, tal y como quiso aparentar en el discurso que dio en la moción de censura de Vox al gobierno, y que no está nadando entre dos aguas, intentando no perder votos ultras.

 

La vicesecretaria de Organización del PP, Ana Beltrán dice “Independientemente de lo que hayan dicho, que puedo estar más o menos de acuerdo o en desacuerdo, lo importante es resaltar la labor que hace el ejército español” (alucinante pero sic otra vez), ¿Estar más o menos de acuerdo en fusilar a 26 millones?, ¿tú te oyes cuando hablas? En fin…

 

De Vox para qué hablar si son la expresión política de esta barbarie. Como coartada ante este disparate dicen que se trata de un chat privado (sic, en serio). Ya, claro que es privado, así se hacen estas cosas. A ver si es que el 23F se organizó con luz y taquígrafos y en streaming.

 

El silencio del rey y de la Casa Real al respecto de este tema (sic también, ya puestos) es bastante más elocuente que muchos discursos.

 

 Cuando ocurren estas cosas es cuando ves que la broma se ha pasado de la raya, que la raya se ha de quedado tan atrás que ya ni se ve, que a lo mejor la primera en ser fusilada ha sido la raya que separa lo dudoso de lo intolerable y ahí ya es donde los fusilables tenemos que ponernos estupendos porque nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino.

 

HÚNGARO Y HOMOSEXUAL, ESE OXÍMORON

 

HÚNGARO Y HOMOSEXUAL, ESE OXÍMORON

Una orgía ilegal en Bruselas ha provocado la dimisión de József Szájer, eurodiputado en el Parlamento Europeo y uno de los hombres más fuertes del partido húngaro, homófobo y ultra,  Fidesz.

Según el eurodiputado, ser húngaro y homosexual es incompatible porque todos los húngaros son unos machotes, como él mismo, casado y con una hija y líder de un partido homófobo. Porque él no es maricón. Cuando lo pilló la policía desnudo, descolgándose por la cañería de un piso donde había otro montón de hombres desnudos, lo que hacía era practicar una nueva forma de parkour.

La gente como él quiere que la homosexualidad habite un lugar oscuro, sórdido y clandestino. Puede ser un armario o puede ser un piso con 25 hombres en tiempos de Covid. Si en ese lugar oscuro y sórdido ha vivido él toda su vida los demás también pueden hacerlo.

La policía no lo perseguía por homosexual (cosa que, como líder de partido homófobo le debe parecer lamentable), la policía lo ha detenido por saltarse el protocolo Covid y por llevar una mochila llena de drogas (el Pocholo húngaro, no me digáis que no tiene gracia). No le sirvió de nada invocar a la inmunidad parlamentaria.

A veces el karma tiene creativas formas de hacer justicia.

EDUCACIÓN SENTIMENTAL

 

EDUCACIÓN SENTIMENTAL


Probablemente los millenials no sepan lo que es una fotonovela pero quienes tengan edad como para distinguir un bic naranja de un bic cristal seguro que sí. Aquí va una pequeña explicación: las fotonovelas eran revistas pornográficas, solo que en este caso se trataba de pornografía emocional. Eran la precuela de las telenovelas en las que la narración era a base de foto fija. Y siempre terminaban en boda. En eso consistía nuestra educación sentimental a partir de la adolescencia. Si en la infancia nos educaban (además del ejemplo de nuestros mayores, raramente igualitario) los cuentos de hadas, con toda su carga de tradición patriarcal, a partir de la adolescencia la educación sentimental y sexual que producía la cultura de masas era para las chicas las fotonovelas y para los chicos el porno.


Había una fotonovela muy popular que se titulaba “Cuerpos y almas”. Tenía lugar en un hospital: todos los médicos eran hombres, todas las enfermeras mujeres. Imposible concebir siquiera que pudiera ser en algún caso a la inversa. Eran tan ñoñas y rancias como primario y brutal es el porno. Sin embargo había muchas coincidencias entre las fotonovelas y las revistas porno. La más notable es que, en ambos casos, ellas siempre dicen sí. Con estos ejemplos se nos educaba a nosotras en que lo natural era decir sí a un hombre (y por tanto lo antinatural era no ser complaciente) y a ellos se les educaba en que una mujer como mandan los cánones siempre está disponible. De hecho, tradicionalmente siempre se ha asumido que cuando una mujer dice sí quiere decir sí y cuando dice no también quiere decir sí. Con la educación recibida se negaba a las mujeres la capacidad de decidir sobre su persona, haciéndonos aceptar la condición de subordinadas a los deseos masculinos. Y así hemos llegado al siglo XXI teniendo que explicar que no es no y solo sí es sí.


Todos los transmisores culturales contenían este mandato: los programas de televisión, de radio, las canciones, la publicidad. Hasta la poesía. Neruda, en su archiconocido poemario "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" decía: me gustas cuando callas porque estás cómo ausente, que aunque está expresado de forma bella, el mensaje que contiene no es tan distinto del que encontramos en una reciente canción de reguetón de Cali y el Dandee titulada “La Muda”:

Quiero una mujer bien bonita callada que no me diga naaa

Que cuando me vaya a la noche y vuelva en la mañana

No digaa naaa

Que aunque no le guste que tome se quede callada y

No diga naa

Quiero una mujer que no digaa naa

Naaah naaah naah naaaah naaah naaah

 

En el mismo poemario de Neruda encontramos un verso aún más inquietante: para tu libertad bastan mis alas. A nadie se le escapa que el dueño de las alas es el que decide el destino del viaje.

 

Hace cuarenta o cincuenta años las adolescentes se educaban para ser complacientes porque así lo exigía la norma social, cultural y religiosa. El mandato de estar disponibles era casi por coacción. En el caso de las adolescentes y las jóvenes de hoy en día también deben estar siempre disponibles, pero en este caso es porque ellas quieren sin que sean capaces de percibir que los transmisores culturales que las rodean las conducen hacía esa decisión que ellas creen voluntaria. En ambos casos se establece como prevalente el patrón de deseo masculino urgente e inaplazable, carente del fundamental componente de encuentro humano, en el que se concibe al otro en función de lo que se puede obtener de él (en la adolescencia y primera juventud básicamente  satisfacción sexual). No hay más que ver unos cuantos vídeos musicales del repertorio mainstream para observar este hecho con claridad.

Si a nosotras nos educaron las fotonovelas, uno de los  productos de la cultura de masas que educa a las chicas jóvenes de hoy es el reguetón y es como si estuviéramos en un bucle de interminable machismo. En el caso de los chicos, antes como ahora, el modelo educativo afectivo-sexual sigue siendo el porno. Porque las fotonovelas han desaparecido (cosa que nadie lamenta), pero el porno permanece.

EL GRINCH

 EL GRINCH

EL GRINCH
Estoy oyendo mucho eso de salvar la Navidad como si estuviéramos en una serie de Disney Channel y no en mitad de una pandemia mundial. A ver si salvando la Navidad hundiéramos el país, que nos iba a quedar ya un 2020 como para enmarcarlo y ponerlo encima del piano.
En fin, qué queréis que os diga: que viva el Grinch.

RONDA DE SOLOS

 

RONDA DE SOLOS                                                                                                                         02/11/20

José Luís Carrasco

El punto de partida de  “Ronda de solos”  es el momento en que su protagonista aterriza en la ciudad de Avilés, donde hay previsto un concierto del cuarteto de jazz del que forma parte,  y se da cuenta de que le han robado el saxofón. A partir de ahí siente que ha perdido mucho más que su instrumento y comienza a disolverse por las calles de la ciudad (“[…] siento que me abandona, escalón por escalón, cada partícula de mi persona”), mientras, en un ejercicio de introspección, nos va mostrando su mapa interior en una reflexión con la música como hilo conductor y la ciudad extraña como vehículo.

Escrito en primera persona y con una prosa clara y precisa, la trama argumental de “Ronda de solos”  tiene un hilo muy frágil: no pasan cosas, todo lo que ocurre, ocurre dentro del protagonista. Es un relato que no te urge a que llegues al capítulo siguiente sino que te permite que te lo tomes con calma, que vayas y vuelvas. Tiene el ritmo y la cadencia del jazz. Uno no puede (o no debe) andar apresurado por las calles de una ciudad que desconoce. El protagonista del libro, como músico de jazz, tiene experiencia en esa relación demorada con las cosas que le faculta para detenerse a contemplar paisajes urbanos en los que probablemente nadie repara. Los sonidos de la ciudad forman parte de ese diálogo con el entorno: “privado del instrumento soy más consciente del paisaje sonoro.”

El protagonista  es aquí un flâneur clásico. Según Beaudelaire el flâneur es el artista-poeta de la ciudad moderna, un “botánico de las aceras”. Un tipo que deambula por las calles de una ciudad sin rumbo fijo, que no busca experiencias que se encuentren fuera de sí mismo, solo impresiones, imágenes. En un mundo apresurado en que no hacer nada es una rareza cuando uno viaja (hay que comprar, ver sitios, hacerse selfies, subirlos a redes, comer en restaurantes famosos, hacerse más selfies…), ser un flâneur es un atrevimiento y una extravagancia. También un ejercicio nostálgico. Walter Benjamin distinguía al flâneur del mirón. El flâneur está siempre en completo dominio de su individualidad mientras conversa con el paisaje urbano en tanto que el mirón se olvida de sí mismo y para él, el entorno es un decorado; hoy lo encontraríamos haciendo fotos con su móvil sin parar.

En “Ronda de solos” el autor expone pormenorizadamente su amor por la música. Por ello este libro es al mismo tiempo una valiosa guía musical para los amantes del jazz: Miles Davis, Sonny Rollins, John Coltrane, Thelonius Monk, Ella Fitzgerald, Louis Armstrong. Y en especial Pedro Iturralde al que dedica un capítulo en el cual describe uno de sus conciertos. “El concierto acaba pero el músico permanece” dice José Luís Carrasco al final de este capítulo, como permanecerá el saxofonista en la memoria y en el corazón de los amantes de la música.

Nos reconocemos en el autor en su conversación con las calles, con la música y consigo mismo. Nos hemos sentido así en cualquier otra ciudad y con otro leit motiv como hilo conductor. Reconocemos esa reflexión sobre la vida, sobre lo que quedará de nosotros cuando no estemos.  En la pérdida del instrumento y en la sensación de abandono en una ciudad extraña hay un esquema de nuestra propia vida y de nuestro paso por ella. Un músico sin instrumento como una vida sin objeto y que nos hace preguntarnos qué queda de un arte que es efímero, como nosotros mismo. Las tareas a las que nos entregamos cotidianamente nos distraen de esa fatalidad. Al igual que la vida, ciertos lugares son "un sitio de paso, no de permanencia donde recordar que las cosas importantes se construyen en entornos hostiles." Los recuerdos de infancia van surgiendo de ese hilo, emergiendo de la memoria como pompas de jabón que conservan imágenes en su interior y explican el primer contacto del autor con la música: “todavía no me ha llamado la música pero estoy vendido. He entrado y nunca más voy a querer salir.”

Hay algo aforístico también en bastantes momentos: “el tiempo es la materia prima del músico”, “una página en blanco puede contener el universo o la nada.” Hay muchos más ejemplos a lo largo de todo el libro.  En uno de esos aforismos encontramos una declaración de lo que probablemente el autor persigue con este libro y es al mismo tiempo una bella definición de Literatura: “Un rompeolas de palabras contra la erosión del mundo.”

 

Ramona López

 

 

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22.

23.

24.

25.

28. muy sonoro

30. privado del instrumento soy más consciente del paisaje sonoro1

32. sonny rollins

34 y 35: original mirada sobre la ciudad

37. solo de jazz, instantes encadenados

Deambular por una ciudad desconocida reflexionando. Inseguridad del extraño en un lugar. Introspectivo, reflexivo, con la música como hilo conductor y la ciudad extraña como vehículo.

42 Realmente estoy solo en un lugar desconocido. Esa soledad nace o se acentúa a partir de la pérdida del instrumento.

42. Nos reconocemos en el autor. Nos hemos sentido así en otra ciudad y con otro leit motiv como hilo conductor en su conversación con las calles y con la música y consigo mismo.
46. Reflexión sobre la vida, lo que quedará de nosotros cuando no estemos. Qué queda de un arte que es efímero, como nosotros mismos: 47: he entregado mi talento a un arte que por necesidad tiene que repetirse para seguir viviendo.
En la pérdida del instrumento y en la sensación de abandono en una ciudad extraña hay un esquema de nuestra propia vida y de nuestro paso por ella. Un músico sin instrumento como una vida sin objeto. Las tareas a las que nos entregamos cotidianamente nos distraen de esa fatalidad.
52. Al igual que la vida, ciertos lugares son "un sitio de paso no de permanencia donde recordar que las cosas importantes se construyen en entornos hostiles."
Los recuerdos de infancia van surgiendo de ese hilo, emergiendo de la memoria como pompas de jabón que conservan imágenes en su interior. Y explican el primer contacto del autor con la música. Música vida. 59: todavía no me ha llamado la música pero estoy vendido. He entrado y nunca más voy a querer salir.
62. Un rompeolas de palabras contra la erosión del mundo.
Un monólogo en el que el autor conversa consigo mismo, con la música y con la vida y con la ciudad que sirve de guía a sus pensamientos. Con el arte 70.
¿Hay conflicto? El paseante es un conflicto. Qué busca de calle en calle. Quizás el motivo de su relación con la música, conectado a algo más quizás igual de trascendental pero más primitivo, anterior: su relación con la vida.
Un conflicto muy vago que es olvidado a lo largo de la lectura: es un músico que tiene que dar un concierto pero ha perdido su instrumento.

85. La música es la disciplina de los que se comunican en silencio. Aforismo.
88. Los caminos de la vida

El libro tiene un tono demorado y poco convencional como la propia música que le inspira

91.La música es lo más parecido a entrar en la habitación de la infancia


95. El tiempo es la materia prima del músico

El músico es un flâneur

101. Y todo esto por amor
102. Ronda de solos
103. No habido epifanía
105. Epifanía

Ramona López

 

 

OJITO CON VOX

OJITO CON VOX

“Arriba España” ha sido trending topic el 20 de noviembre.

La moción de censura fallida de Vox fue muy celebrada en redes como un retroceso de la caverna. Pero ellos sabían que iba a ser fallida, no nos equivoquemos los demás. Y puesto que parte del objetivo era por un lado distinguirse de la otra derecha (a lo que ha contribuido el volantazo hacia el centro de Casado) y por otro demostrar a su electorado que son capaces de actuar contra un gobierno social-comunista, la moción cumplió su objetivo

Aunque la fragmentación de la derecha nos pueda parecer una buena noticia, esta depuración de los postulados ultras que detenta Vox puede ser una bomba de relojería en los tiempos de crisis que estamos viviendo. Dicho de otro modo: no perdamos de vista a Vox, sería un error infravalorar su potencial. Ellos lo tienen chupado. Es fácil emitir para un electorado con escasa formación y por tanto carente de capacidad crítica y de análisis. No hay burrada que no te vayan a celebrar, no hay disparate, no hay bulo o fake que no vayan a compartir alborozadamente. Cuanto más básico el mensaje y menos elaborado, mejor se va recibir y con más rapidez se va a viralizar.

El núcleo duro de su ideario es el racismo, que muchas veces no es más que aporofobia. En el miedo al otro, en el odio al otro, canalizan toda la frustración de su electorado. En Vox hay mucho cayetano y mucho pocholo cacerolo, capaz de protestar contra el gobierno subido en un Porsche descapotable conducido por el chófer, pero no son ellos la base electoral que les ha hecho alcanzar 52 escaños, su fuerza está en un electorado con poca formación y carente de actitud reflexiva y crítica. Y con esta base siempre es fácil crecer, máxime en tiempos de crisis.

A Vox solo le interesa el poder, no la democracia, pero tienen los medios que da el dinero (comunicación, influencias, infraestructuras) para convertir lo uno en lo otro, para convertir la democracia en poder. Cuando la democracia se convierte en un mero juego de dominación, que deja fuera el fair play o cualquier tipo de ética que conlleva la atención y el entendimiento del otro aunque estemos en desacuerdo, es cuando desembarca el fascismo con armas y bagajes. Lo hemos podido ver con total claridad durante los cuatro años de legislatura de Trump. El think tank de Vox se llama Fundación Disenso; como su propio nombre indica están en contra de todo por sistema, están en desacuerdo con todo aquello que fundamenta el respeto a una vida en común y que debe incluir a personas con formas de expresión diferentes, a personas de distinta extracción social, política, racial, religiosa o sexual. Solo reconocen como ciudadanos de pleno derecho a quienes son como ellos y piensan como ellos.

A  la hora de votar, lo que somos y lo que creemos ser es más importante que la defensa de nuestros intereses. Eso lo sabe muy bien la derecha y aún mejor la extrema derecha. El mensaje que emiten le da a su electorado una identidad, una casa donde se desarrolla lo que el votante cree que es su esencia: español, blanco heterosexual, católico, superior a cualquier otra raza o nacionalidad, superior a los pobres, superior a los homosexuales. Da igual que el partido al que votan lesione gravemente sus intereses porque lo que ofrece ese partido les conforta íntimamente, les da una identidad y al mismo tiempo se convierte en vector que canaliza su miedo.

En estos tiempos tan cambiantes donde la única seguridad es la incertidumbre, la tentación del autoritarismo así como del identitarismo es muy elevada y ambas las provee Vox. La suma de incertidumbre más crisis es el peor de los cócteles para la democracia y  en consecuencia, el mejor escenario para partidos ultras. Toca hacer mucha pedagogía para contrarrestar tanta taruguez.

 


¿ES TRUMP UNA ANOMALÍA?

 

¿ES TRUMP UNA ANOMALÍA?

Finalmente ha ganado Biden y respiramos con alivio. En sus cuatro años de legislatura, Trump, con su política de tierra quemada, deja un país arrasado, como no podía ser de otro modo. En este momento hay en EEUU un choque cultural en el que Trump encarna la ruptura de los consensos básicos. Ha puesto en duda la convivencia pacífica en su país, reclamando un retorno al autoritarismo suprecimacista blanco, armado y machista. Ha puesto en duda, avergonzando a sus propios asesores en salud, la existencia  de una pandemia que ha paralizado la vida en todo el planeta y de la que también él ha sido víctima. Ha puesto en duda  la división de poderes, una de las bases de la democracia, asegurándose de forma torticera el predominio conservador en el Tribunal Supremo tras la muerte de Ruth Bader Ginsburg, tribunal al que es posible que acuda para revertir su derrota. Finalmente, en una rabieta de niño malcriado que daría risa si no diera miedo, ha puesto en duda el propio sistema democrático de su país con acusaciones de fraude electoral antes incluso de que las elecciones se llevaran a cabo. Ha jugado a un juego, el de la democracia, en el que no cree pero que es el que le ha dado el poder. Y ha utilizado ese poder para dividir y polarizar la nación hasta extremos inauditos. Ese será su legado.

Pero Trump desgraciadamente no es una anomalía. Si lo fuera no le habrían votado prácticamente la mitad de los votantes. En todo caso la anomalía es la mitad de la población americana que, como el propio presidente, parece no creer en la democracia. Trump es un antisistema emanado del sistema y Biden es el sistema. Biden es el mal menor, cierto, pero ¿de verdad no tenía el partido demócrata otro candidato menos quemado por el propio sistema?

Este presidente nefasto ha encarnado a la América profunda, volcada hacia sí misma, ciega y sorda, insolidaria y armada, profundamente machista, racista y agresiva. Ha sabido recoger bien, quizás mejor que ningún otro presidente de la era moderna, una parte del carácter americano, un carácter egocéntrico y reaccionario, capaz de disparar a un negro desarmado o de ponerle la rodilla en el cuello hasta asfixiarlo, cuya imagen más poderosa sea quizás la de ciudadanos armados entrando en el parlamento de Michigan a protestar contra el confinamiento.

Trump a su modo retorcido, ha ganado. Ha ganado puesto que después de una legislatura cargada de agresividad, infantilismo, testosterona y decisiones disparatadas ha mantenido el apoyo de casi la mitad del electorado. Sus votantes quieren acabar con un sistema que creen que no les favorece o no les representa, quemando todo a su paso, pues tal es la propuesta de Trump. Durante la carrera electoral le hemos visto lanzando consignas en las que cargaba contra esos burócratas de Washington. Si no tuviéramos su imagen grabada en la retina hubiéramos imaginado a un negro del Bronx con la gorra hacia atrás. En su rabia fingida contra el stablishment, al que él mejor que nadie representa, recoge los votos de los más pobres, de los más desfavorecidos, de los que sufren más que nadie el abandono del sistema y que, incapaces de un análisis mínimamente racional, creen estar representados por esa rabia y esa agresividad. Su propuesta política se llama populismo, una propuesta que triunfa en tiempos de crisis.

Este sujeto nefasto ha llegado a reclamar que se dejen de contar votos en pleno escrutinio electoral, cómo calificar esto si no es de fascismo. En el resto del planeta no deberíamos estar sorprendidos por este giro de guión al que tan acostumbrados nos tiene Trump y que ha sido parte de su éxito. Hemos observado  los acontecimientos conteniendo la respiración, conscientes como somos de la debacle planetaria que hubiera supuesto una segunda legislatura de este energúmeno tiránico, enfrentado también contra toda política medioambientalista. Pero quienes más le hubieran sufrido de haber vuelto a ganar, ya le han dado su voto, que aunque no le ha servido para mantenerse en el poder, servirá desgraciadamente para dejar sembrada una herida en el país que tardará mucho tiempo en restañarse.

MENSAJES SUBLIMINALES EN LA MOCIÓN DE CENSURA

 

MENSAJES SUBLIMINALES EN LA MOCIÓN DE CENSURA

La moción de censura de Vox y los discursos emitidos en el Congreso de los Diputados darían para un artículo de ocho folios por las dos caras y con notas a pie de página. Ha habido de todo (y nada bueno): palabras gruesas, mentiras, insultos, disparates y para culminar un “Viva el rey” de Vox que le ha debido hacer mucha gracia a Felipe VI. Pero hoy nos vamos a quedar con los mensajes subliminales porque han también sido un filón.

Uno de los pasajes más tristes y escalofriantes del magnífico libro de Carson McCullers “El corazón es un cazador solitario” es ese en que un abuelo negro (cuyo hijo ha perdido los dos pies debido a la brutalidad racista de la cárcel) dice que cuando esté frente al Buen Dios con su gran familia le pedirá que los convierta a todos en blancos. Ese es el deseo que subyace en la frase del diputado de Vox de origen ecuatoguineano Ignacio Garriga cuando dice “en mi partido siempre me han tratado como si fuera una persona normal", de lo que se sigue “sin serlo” porque se admite de forma tácita que una “persona normal” es una persona blanca. El subconsciente es lo que tiene, que funciona en automático. Hay un íntimo desprecio a la propia raza en el hecho de militar, siendo mulato, en un partido racista por definición como lo es Vox, que aplaude todos y cada uno de los disparates de Trump, supremacista blanco por antonomasia. Un partido que te utiliza, además, para blanquear paradójicamente su racismo.

Por si esto no fuera suficiente Abascal habla de acabar con los “estercoleros multiculturales”. La última vez que alguien tuvo una gran idea como esa en Europa empezó por invadir Polonia, no lo olvidemos. La multiculturalidad debería ser una aspiración de cualquier partido democrático, que evidentemente no es el caso en Vox.  La multiculturalidad se basa en promocionar la convivencia pacífica de gentes de distintos orígenes, religiones y culturas, algo imprescindible en este mundo diverso y globalizado en el que vivimos. El impulso de acabar con la multiculturalidad solo tiene un nombre y es fascismo. Lo contrario de la multiculturalidad es la raza única con una única cultura, fin que perseguía denodadamente el nazismo, con el resultado que todos conocemos. Se les cuela el subconsciente por todos lados. Aluden para reforzarse a otras fuerzas y partidos patrióticos en Europa que defienden, como ellos, la cultura única. Esos partidos a los que no mencionan son los partidos fascistas, a los que en otros países el resto de fuerzas conservadores cuidan mucho de mantener a distancia. No así en España donde el partido popular cogobierna cómodamente con ellos en muchas autonomías y ayuntamientos.

La tarea de Casado ha sido complicada: le era imposible apoyar un discurso tan delirante como el de Vox en el que ha atacado tanto a la UE como a las autonomías, pero al mismo tiempo es consciente de que el mensaje de este partido es el mismo que manejan los votantes del Pp cuando ya no tienen filtro; no por nada llama Rufián a Vox “el partido del cuarto cubata”. Al mismo tiempo su objetivo es desgastar al gobierno, objetivo que ha llevado a Vox a esta moción de censura destinada al fracaso. Después de meses de compartir con el PP un espacio político extremista, Abascal ha elaborado un mensaje más allá de lo ultramontano con la idea de erigirse como líder indiscutible de la caverna dejando fuera a lo que Losantos llama la “derechita cobarde”. Para ser justos una cosa sí hay que agradecerle a Abascal: va a conseguir por primera vez en nuestro país que la derecha se fracture. Mira, algo es algo.