domingo, 26 de diciembre de 2021

VUELVE A LA ZARZUELA, VUELVE, POR NAVIDAD

 VUELVE A LA ZARZUELA, VUELVE, POR NAVIDAD

Buenos pues nada, parece que don Emérito quiere volver a la Zarzuela por Navidad, como los turrones pero en corrupto. Y que le devuelvan la paguita de 161.034 euros al año, que necesita suelto para el carajillo de después de comer. Porque se la suda todo, como siempre, pero ahora que ya la prensa no le tapa sus desbarres, los súbditos nos enteramos de lo que pasa en los aledaños del trono.

A todo esto viene la rubia Corinna y le denuncia por acoso, con orden de alejamiento incluida. Mientras él se esconde detrás del trono, ella aduce que un fugado por los escándalos sobre su fortuna carece de inmunidad. Ay don Emé, que no vas a poder volver, volver, volver a nuestros brazos otra vez, con lo que te echamos de menos. Es todo muy chanante: esa rubia Corinna está haciendo por la tercera república más que todos los republicanos juntos. A mí me encantaría que volviera, me lo imagino bajando del avión en el aeropuerto Adolfo-Suárez-Madrid-Barajas-Vilanova-i-la-Geltrú, cantando “pero sigo siendo el rey” con Bárbara Rey haciéndole los coros. No me digáis que no molaría. Total, a los monárquicos les va bien todo.

Mirad si les va bien que hay una panda de cortesanos (Bono, Margallo, Casado, Abascal…) que sostienen que estamos en deuda con don Emé. En deuda, dicen, no os preocupéis que ya se lo ha cobrado, a ver si no por qué es una de las mayores fortunas del planeta según la revista Forbes.

La cuestión es que, a las puertas de la Navidad, a la Casa Real le ha caído una crisis diplomática a tope de power. Seguro que don Preparao nos lo cuenta con todo lujo de detalles en el discurso de Nochebuena.  Ya veréis.


EL SUELO ES LAVA

 


EL SUELO ES LAVA

Quiero hablar hoy del volcán ahora que el volcán pierde virulencia. Quiero hablar de la belleza aterradora del volcán, de la destrucción que deja a su paso, de los pueblos cubiertos de ceniza, de la naturaleza recorrida por el lomo de una serpiente negra, roja y dorada. Pero quiero hablar sobre todo del espectáculo.

Siempre ha ocurrido,  con cada inundación,  con cada terremoto, con cada incendio. Las televisiones se disputan el hueso de la tragedia como perros voraces. Ofrecen dolor en streaming y en prime time. Una parte es noticia y otra es espectáculo, pero avanzamos como un río de lava, lento pero implacable, en una dirección que amenaza con convertirlo todo en espectáculo. 

Con la multiplicación de plataformas informativas esa disputa crece y hemos podido ver en La Palma a gente con micrófonos y cámaras y que se hacen llamar periodistas preguntando in situ por personas que  lo estén pasando "realmente mal" para ofrecer a su público una ración de morbo a la hora del café. El dolor de los desplazados es un espectáculo que da audiencia. El neoliberalismo informativo genera estos esperpentos que nos degradan a todos: al que graba, al grabado  y al que contempla. En el mismo discurso se habla, cómo no, de solidaridad y de compasión,  degradando de paso también estos sentimientos. Sólo hay un ganador: el dueño de la cadena que ve aumentados sus dividendos gracias a la desgracia.

Esto ocurre en un contexto en el que la intimidad es cada vez más subestimada. Entre redes sociales y selfies ya nadie parece considerar que hay una parte del ser humano que permanece en el interior de cada uno y que se comparte sólo con los más cercanos por un motivo: la intimidad es una característica humana, intrínsecamente humana, me gustaría decir que es una característica innegociable, pero ya no lo es. Y cuando todo sea extimidad, qué nos quedará. 

Los coches de turistas de volcanes han llegado a bloquear las calles de pueblos en desalojo. Gente haciéndose selfies con el volcán de fondo,  actitudes tan estúpidas como peligrosas que ponen en riesgo la propia seguridad. Hasta tal extremo llega la estupidez humana que las autoridades han tenido que advertir del peligro de acercarse a un volcán. Sin embargo sí vemos personas que declinan hablar con periodistas y que deciden llorar en la intimidad. Aún hay gente que no quiere ser filmada mientras sufre.  

La jerarquización de las noticias no es decidida por los receptores sino por los emisores de la noticia.  Por poner solo un ejemplo, Afganistán, que concentró toda nuestra atención hace tan poco tiempo, ha salido por completo del foco y no hemos sido ni tú ni yo quienes hemos decidido que ese tema ya carece de importancia frente a las horas incontables de imágenes de un volcán que avanza a razón de 120 metros por hora. 

Todo fenómeno extremo hace que saquemos lo peor y lo mejor de nosotros como grupo, solo que lo peor suele ser más espectacular, por lo tanto más televisivo. El sistema está montado para que los no afectados nos sentemos en la butaca y pidamos palomitas mientras que los encargados de servirnos el espectáculo buscan morbo a todo trapo. Ese es el problema. 

El modo como relatamos la vida influye en la  vida. La física cuántica nos enseña que la observación influye sobre lo observado. La mercantilización visual define nuestra época y eso modifica la ética de la percepción. La realidad es deglutida,  digerida y excretada por el showbusiness que nos entrega una imagen distorsionada de nuestro mundo, que se retuerce para adaptarse a esa distorsión. Así es como la observación modifica el objeto observado. 

Nuestros sentimientos son genuinos y legítimos, tanto la tristeza por los que lo han perdido todo como la fascinación por el volcán,  pero debemos saber que nuestra atención está siendo manipulada sin que seamos del todo conscientes porque en esta era de la revolución tecno-comunicativa la mercancía es nuestra atención.





miércoles, 8 de diciembre de 2021

¿DÓNDE ESTÁN LAS FEMINISTAS?

 ¿DÓNDE ESTÁN LAS FEMINISTAS?

Últimamente se oye con relativa frecuencia esta frase en un contexto que causa entre risa y enojo. Ejemplos recientes: Antonio David se separa, se le atribuye un romance. La supuesta novia, periodista del negocio rosa, sale a defenderse. Dice que la han señalado con la letra escarlata demostrando ignorancia de una lista de cosas que da pereza enumerar, por lo que solo mencionaremos un par: ella soltera, española y nacida en los 90 no sería acreedora a dicha letra destinada a las casadas adúlteras inglesas del XVII. Pero muy en su papel  y muy indignada (mucho, mucho) dice que dónde están las feministas. El asombro y la vergüenza ajena compiten. Dónde están las feministas que no salen a defenderla a ella, que es mujer. Dónde están las feministas. Como si las feministas fuéramos el Séptimo de Caballería. O Supermán. O los bomberos.

Otra. Isabel Peralta, la falangista ya investigada por antisemitismo, ha sido denunciada por la fiscalía por un delito de odio contra los inmigrantes marroquíes. En redes un correligionario clama: ¿Dónde están las feministas? ¿Acaso Isabel no es una mujer? ¿O solo defienden lo que les conviene?

No sé si piensan que las feministas somos la Benemérita. No sé qué piensan.  No sé si piensan. 

El mensaje de fondo es: las feministas solo defienden sus cosas de feminazis.  Cómo es posible que no estén aquí para defender a esta que dicen que se ha echado novio y a la otra dedicada a odiar a judíos e inmigrantes. Pues porque el feminismo no es su despacho de abogados, señora. El feminismo lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. Y punto. No es el fucking Equipo A.


domingo, 5 de diciembre de 2021

VIOLENCIAS

 25 DE NOVIEMBRE, DÍA INTERNACIONAL  CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES

VIOLENCIA SIMBÓLICA

Este 25 de noviembre, la Asamblea Feminista se manifestará en Murcia bajo el lema  “La violencia machista existe y nos mata”. El lema no es casual. Tenemos que volver a repetir una y otra vez que la violencia machista es un hecho incontrovertible ya que  desde posiciones de ultra derecha se niega que existan el machismo y los machistas (aunque paradójicamente sí que creen que existen las feminazis, reivindicando solo por molestar, por lo visto). Este tipo de violencia es el que lleva a la consejera de educación de Murcia, Mabel Lozano, a “trabajar para eliminar el lenguaje inclusivo” (sic).  Como consideran que no existe el machismo, el lenguaje inclusivo sería un estorbo. Este tipo de decisiones políticas dan un salto atrás en el tiempo y nos sitúan en escenarios de hace décadas. Es una regresión en toda regla. Es violencia simbólica.

VIOLENCIA INSTITUCIONAL

El caso Juana Rivas, una mujer que huye de su maltratador llevándose a sus hijos (también amenazados por el padre) y es condenada a cinco años de prisión, es un caso flagrante de violencia institucional. En la sentencia condenatoria contra Juana Rivas, que terminó ingresando en prisión y que estos días ha sido objeto de indulto parcial, no se tuvieron en cuenta los antecedentes de violencia doméstica y fue una condena más que ejemplar, ejemplarizante, una advertencia para todas de que si se desobedece la ley, aunque sea en defensa propia, hay ciertos jueces a quienes no les va a temblar la mano a la hora de impartir su particular visión de la justicia, una visión con un marcado sesgo patriarcal. No en vano la judicatura es un órgano eminentemente masculino que se emplea a fondo en seguir siéndolo.

En la sentencia contra Juana Rivas, los hijos no quedaron exentos de daño. Estas son palabras de la Asociación de Mujeres Juezas: "Partiendo del absoluto respeto a todas las decisiones judiciales, la gravedad y trascendencia de las penas impuestas resulta evidente, pues con ellas no se condena solo a la acusada, sino a dos hijos a perder el vínculo con su madre, a pesar de que todos los informes de especialistas, incluido aquél en el que se apoya la sentencia, confirman  una relación  positiva y vinculante entre los menores y su progenitora". La violencia alcanza a la mujer y a sus hijos e hijas, la violencia institucional también.

VIOLENCIA ECONÓMICA

Sigue existiendo una brecha económica que acentúa la desigualdad entre hombres y mujeres en general. Esta desigualdad en el caso de mujeres inmigrantes es mucho más pronunciada y por tanto más grave y con muchas otras implicaciones.

Si los inmigrantes son los que sufren las peores condiciones laborales en el caso de las inmigrantes a las condiciones de explotación al uso (bajo sueldo, precarias condiciones laborales, carencia de derechos, alojamiento paupérrimo), se une la explotación sexual. He aquí un ejemplo: https://porexperiencia.com/accion-sindical/trece-euros-por-ocho-horas-de-trabajo-en-el-campo-y-acostarse-con-el-furgonetero-o

Si para un inmigrante es difícil denunciar unas condiciones de trabajo en régimen de explotación, para una inmigrante es casi imposible denunciar lo mismo más el abuso sexual, algo que es extremadamente difícil de probar y que no deja huella, a menos que vaya acompañado de violencia. La coacción no suele dejar rastro, es la palabra de la mujer que se encuentra en situación de desamparo e indefensión, que no dispone de colchón social que la arrope, que en muchos casos (muchos más que en el de los hombres) no conoce el idioma, contra la palabra del empleador. 

En el caso que se relata en el enlace nadie trabaja legalmente, ni el empleador ni las trabajadoras. Es una especie de burbuja fuera de las leyes. Quienes conocen el caso miran hacia otro lado, respetan el privilegio tácito del hombre occidental a ejercer su poder sobre mujeres inmigrantes.  Las mujeres ocultan el hecho por miedo, por desconocimiento del medio en que se encuentran, pero sobre todo por vergüenza, esa vergüenza que existe en todo abuso sexual y que es la que convierte a la víctima en culpable. El aislamiento se hace aún mayor, cerrando un círculo de poder opresor, de culpabilidad y de silencio en torno a la víctima. En esas condiciones, rebelarse y denunciar es casi heroico.

VIOLENCIA SEXUAL

En estos días se ha celebrado el juicio contra tres jóvenes por la violación grupal de una menor en Barcelona. De nuevo volvemos a escuchar los mensajes de siempre: se trata de salvajes, casos aislados, locos… Pero como bien sabemos  no son monstruos  solitarios que actúan por impulso.  Son sujetos funcionales bien acogidos por su comunidad. Son, como reza el lema feminista, hijos sanos del patriarcado. Esta violación ha sido particularmente violenta. Además, según relata la víctima, los agresores se quejaban de que ella no colaborara: “las otras no se resistían tanto”. No era la primera vez. No hay arrepentimiento, hay un patrón de conducta aceptado por el grupo, hay consenso. Un consenso tal que ha habido jueces que han visto jolgorio por parte de la víctima en este tipo de agresiones. Hay que  trabajar para romper ese consenso que grupos como Vox han venido a restaurar con su negación del machismo y sus violencias. 

La violación grupal es la expresión máxima de la fratría machista, es donde los hombres celebran en grupo su poder sobre las mujeres,  su desprecio hacia el ser inferior y su superioridad como género. En la pirámide de la violencia,  violación grupal y feminicidio ocupan la cima de una desigualdad estructural.  

La desigualdad existe y  genera violencia,  algo que nosotras, feministas, no podemos cansarnos de señalar y denunciar.



LA MALA EDUCACIÓN

 LA MALA EDUCACIÓN

Como pago por su apoyo para tumbar la moción de censura de CS y Psoe contra López Miras, los expulsados de Vox fueron premiados con la cartera de educación, ¿qué podía salir mal?

Vox ha presentado recientemente en la Asamblea regional una moción en la que se pide la prohibición de lo que ellos denominan «mal llamado ‘lenguaje inclusivo’» bajo pena de multa en la Administración regional. El Partido Popular, que intenta disimular pero que sigue tan de cerca a Vox que casi les pisa los talones, rebaja un grado la virulencia del texto y se limita a pedir sanciones ante el mal uso del español en las instituciones murcianas. Por lo visto, ellos tienen las escrituras de la bandera, del himno y también del idioma español. Ojito con tocar lo que consideran que es suyo.

Durante la presentación de la campaña de promoción de las elecciones a los consejos escolares de los centros educativos en la Región, Mabel Campuzano anunció que su departamento trabajará para eliminar el lenguaje inclusivo de los libros de texto. Sí, niños y niñas, trabajará-para-eliminar-el-lenguaje-inclusivo. Debe ser que no tiene cosa mejor que hacer.

Hablando de cosas que hacer, veamos algunos datos. Según el Ranking de Excelencia Educativa elaborado por Profesionales por la Ética, Murcia suspende con un 2,7 sobre 10. La Región de Murcia tiene la segunda tasa de idoneidad más baja del país a los 12 y 15 años y está por debajo de la media en los exámenes PISA (ciencias, lectura y matemáticas). Asimismo, la tasa de abandono educativo temprano es la tercera más alta (23,1%).

O sea que, como si no estuviéramos a la cola en educación (¿casualidad? no lo creo), a la consejera del ramo no se le ocurre otra cosa que proponer la prohibición del uso del lenguaje inclusivo, bajo pena de multa administrativa. Porque sí, porque vamos a lo que importa de verdad y a lo que ayuda a resolver problemas en Murcia: lo que necesitábamos para poder salir del furgón de cola en todo lo referente a educación era prohibir el lenguaje inclusivo porque eso es lo que está frenando el desarrollo, el aprendizaje y la igualdad.

¿Con qué argumento? Según Campuzano y adláteres, el lenguaje inclusivo dificulta la comprensión lectora. Sin que, por lo visto, en esa comprensión lectora influya la falta de inversión en profesorado para rebajar las ratios. Sin que en esa comprensión lectora influya la escasa atención que se presta a la educación pública. Sin que influya la puesta en marcha de nuevos centros privados con fondos públicos. Sin que influya el impulso a la enseñanza concertada o el cheque escolar que Vox propone para que cada familia mande a sus hijos e hijas al colegio que quiera, detrayendo con ello recursos a la educación pública. No. Lo que sobra es el lenguaje inclusivo.

Hay una realidad social que el feminismo combate desde hace siglos: la flagrante desigualdad histórica y cotidiana entre hombres y mujeres, desigualdad que nos convierte a las mujeres en ciudadanos de segunda. Sabemos que en nuestro idioma el uso del masculino es genérico y abarca a ambos géneros, por lo tanto el masculino incluye al femenino, lo sabemos señores académicos y demás señoros, no nos lo repitan más. Lo que se persigue con el lenguaje inclusivo no es cambiar el idioma, difícilmente podría hacerlo, sino dar una presencia más igualitaria a ambos sexos, dar un poco de visibilidad a las mujeres, siempre invisibilizadas. No parece tan grave como para conllevar una prohibición.

Pero Vox es un partido que niega que exista el machismo, con lo cual el feminismo se convierte en algo innecesario. Mabel Campuzano sería como Larry Elder, el republicano de raza negra que niega que exista el racismo. Por eso el problema que tienen con el lenguaje inclusivo no es semántico ni morfológico y mucho menos de comprensión lectora, el problema es político porque lo que realmente molesta es que se impugne el “masculino universal y femenino particular” para comenzar a introducir cambios que conduzcan a un uso del idioma un poco más equilibrado. No debemos olvidar el hecho de que el lenguaje construye la realidad hasta el punto de que lo que no se nombra no existe. Y las mujeres existimos y queremos seguir existiendo.