domingo, 12 de noviembre de 2023

FACHA BORROKA

FACHA BORROKA


Ante la ley de amnistía pactada entre PSOE y Junts y la cercana posibilidad de una reedición de un gobierno de izquierdas, la derecha se ha echado al monte que son las calles de nuestras ciudades.

Gustará o no, pero Pedro Sánchez tiene derecho a ser investido con los votos independentistas porque son partidos democráticos que han obtenido los suficientes apoyos como para hacer posible la investidura. Esta amnistía les ha causado una enorme indignación, tienen derecho a estar indignados, por qué no, pero con la amnistía fiscal fueron menos escrupulosos. Y es que el dinero no tiene patria.

Estos días la facha borroka toma las calles, ciudadanos alentados por los mensajes de unos dirigentes políticos desmelenados. Desde el PP y sobre todo desde Vox se habla de: dictadura, golpismo, totalitarismo, felonía, ETA, traición. Una pura hipérbole. Los seguidores toman las calles al grito de golpe de estado. Aunque viendo la profusión de símbolos franquistas cuando hablan de golpismo no sabe una si están a favor o en contra, la verdad.

Dicen que el malestar social es responsabilidad del gobierno, pero el malestar social lo han alentado tanto PP como Vox al transmitir a sus votantes un falaz discurso apocalíptico en el que el universo España se pliega sobre sí mismo y desaparece al contacto con el elemento Puigdemont y su entorno. Ayuso ha llegado a decir que vamos a dejar de ser españoles (si se puede elegir, me pido ser sueca). Si eso no es catastrofismo, ya dirán ustedes. Si a mí me convence mi líder de que me van a arrebatar la esencia de lo que soy, me echo a las calles, ¿cómo no me voy a echar, si no tengo nada que perder? Y ahí es donde naufraga la democracia, la constitución, la política, la moderación, la convivencia y el copón de la baraja. A partir de ahí no queda nada y el recurso a la violencia es el siguiente paso.

El PP se ha desmarcado de la violencia de las manifestaciones tarde y con la boquita pequeña. Pero en la expresión de su alma doble entre la moderación y el hooliganismo, entre lo centrista y lo ultra, no saben dosificar la indignación de su electorado frente a los acuerdos entre PSOE y Junts. No saben o no quieren. Hemos visto a Esperanza Aguirre, esa abuela hooligan, animando a cortar las calles. Pero luego los violentos son los otros. Siempre son los otros. Tienen una idea de España que yo no comparto, pero que tienen todo su derecho a defender. Lo que no pueden es defenderla de cualquier manera. Y ellos piensan que sí. 

¿Dónde está ese constitucionalismo de pacotilla al que tanto aluden? Porque no parece muy constitucionalista pedirle a la policía que se abstenga de intervenir ante actos violentos como ha hecho Abascal. Vox ve la vida política como una trinchera en la que ellos son los buenos y todos los demás los malos. Y ese es el problema. Y el problema del PP es su esquizofrenia, esa que le impide decidir si son de centro, de derecha, de arriba o de abajo. El PP no acepta que el resultado electoral no le haya permitido llegar al gobierno y como consecuencia de esa falta de aceptación, considera ilegítima la posibilidad de que Sánchez sea investido, resumido en esta frase de su líder: “Quien aspira a dirigir la nación, tras ser derrotado en las urnas, se confabula con los que quieren mutilar nuestra nación”. Esa sí que es una amenaza a la democracia.

Por cierto, el nivel demócrata de los pacíficos manifestantes queda expuesto con los elementos con los que se llevan a cabo las protestas:

Consignas tales como: con los moros no tenéis cojones; España acaba de despertar, hijos de puta; Viva Franco; Perro Sánchez, hijo de puta; que te vote Txapote; España cristiana y no musulmana.

Acoso a los periodistas, hostigamiento, lanzamiento de huevos, insultos: hijoputa, vete a tu puta casa, vendido, cabrón, prensa manipuladora, peazo maricón. 

Insultos a la policía: sois unos piolines, os tenían que haber tirado al mar en Barcelona, no tenéis vergüenza, desgraciados, cobardes, maricones.

Pancartas con eslóganes como “La constitución destruye la nación”. 

Uso de bengalas, petardos, adoquines, piedras, banderas carlistas (¡carlistas!). Y por supuesto banderas franquistas, que no pueden faltar en una mani súper demócrata.

¿Nos pareció un exceso el asalto al Capitolio en Washington? Pues estamos a un pasito de que nuestros demócratas a machamartillo más constitucionalistas que nadie en el mundo protagonicen un remake celtibérico liderados por algún capitán fachatriste. Ojalá que no.


https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/facha-borroka_132_10677415.html




LA ORACIÓN DE LAS MADRES


LA ORACIÓN DE LAS MADRES

El salvaje atentado de Hamás contra la población civil israelí ha sido un crimen sin paliativos. Un crimen que está trayendo mucha más violencia todavía, como si no hubiera habido bastante. A esta hora ya se ha triplicado en Gaza la cifra de muertos y heridos a raíz del atentado de Hamás en Israel. Pero no es suficiente.

Hablaba en la radio un militar israelí en la reserva, movilizado ahora por este espanto que se ha cernido sobre una población ya devastada. El militar hacía recuento con total normalidad de las crueldades que se van a cometer: forzar la evacuación del norte de Gaza en 24 horas (cosa imposible), entrar por tierra, mar y aire en la franja, impedir la llegada de ayuda humanitaria e incluso desentenderse de los rehenes, porque Israel no va a ceder ni un milímetro: serán inflexibles en la administración del dolor. Pero de toda la lista de crueldades que Israel va a cometer, para este militar sólo Hamas será responsable. El dolor que está sufriendo el pueblo israelí por el salvaje ataque de Hamás será una coartada para infligir un dolor aún mayor a la población civil inocente de Palestina. 

Así funciona la lógica de la guerra. Y nadie para pararla. Porque la OTAN y los organismos internacionales dan el beneplácito a Israel para defenderse, cuando en realidad deberían decir para vengarse. La defensa es proporcionada, la venganza irracional. E irracional está siendo la respuesta. Le piden, eso sí, moderación, en sus ataques. Que sea benévolo en la aplicación de los bombardeos, de la presión sobre el territorio, de las muertes, de las torturas. La guerra también se alimenta de hipocresía.

Mientras tanto, en Europa se prohíben manifestaciones en favor del pueblo palestino en países con tan sobrada trayectoria democrática como Francia y Alemania, asumiendo que la población civil palestina es responsable subsidiaria del acto criminal de Hamás; se prohíbe la exhibición de banderas palestinas; se detiene a manifestantes por portar el pañuelo palestino; se difunden sin contrastar noticias disparatadas de una atrocidad inédita.  Se alienta, en definitiva, una violencia que se tendría que estar contribuyendo a desactivar. En otra vuelta de tuerca de ese respaldo a la violencia, la presidenta de la comisión europea, Ursula Von der Leyen, ha viajado a Israel, apoyando con su visita las represalias del gobierno de Netanyahu contra Gaza. El apoyo occidental hacia Israel y la indiferencia (en el mejor de los casos) hacia Palestina dan tristeza, vergüenza y rabia.

Asistimos con espanto a la liturgia infame de la guerra. Nadie apuesta por la paz, se hacen rígidos bandos de adhesión, los muertos civiles no merecen una misma compasión dependiendo de su origen.

Una cascada de noticias se sucede superándose en horror día tras día. Para aliviarnos de tanto dolor, traemos aquí hoy una canción que se escribió en 2014, durante la escalada de violencia en Gaza.  Varios miles de mujeres árabes, judías y cristianas la cantaron juntas en Israel reclamando el cese de la violencia. Lo podemos ver en el vídeo del movimiento Women Wage Peace, cuyo enlace dejamos aquí: https://youtu.be/YyFM-pWdqrY . En él, la cantante israelí Yael Deckelbaum interpreta la canción “Prayer of the Mothers”, en el que mujeres de distintos orígenes y religiones cantan unidas para pedir la paz, en un gesto que se parece al del colibrí que pretendía apagar el incendio de la selva trasladando desde el río agua en su pico. Su contribución no era mucha, pero puso de su parte todo lo que pudo.

La apelación a la paz puede parecer un clamor en el desierto, un colibrí frente a un incendio, pero es imprescindible en estos tiempos trágicos, en medio de este derrumbe de todo lo valioso, en medio de este desprecio por la vida.

Para mantener la esperanza y la fe en la humanidad, necesitamos gestos que contrarresten otros gestos que nos avergüenzan.


https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2023/10/19/oracion-madres-93506811.html





CENIZAS

CENIZAS

Desde el domingo por la mañana se ha instalado en mi corazón un dolor que llora en silencio sin descanso. Pienso en mi hijo, en mi hija, que ese día volvió a las seis de la mañana, pienso en el azar de la tragedia. Hago recuento de los hijos de amigos habituales de Teatre con un temblor de angustia. Avanza la mañana, no hay noticias de personas cercanas, y se hace cierto el lema inglés no news, good news. No nos ha tocado a nosotros esta vez, pero esta lotería de dolor reparte de forma ciega. Es inevitable, así es el alma humana, cuanto más cercana la tragedia más interpelados nos sentimos, precisamente por la angustia y el sobresalto que producen el sentimiento de que podríamos haber sido cualquiera de nosotros o de los nuestros.

Por ese motivo no puedo evitar identificarme con los padres y las madres, huérfanos hoy de hijos. No existe una palabra en castellano que designe al padre que pierde a un hijo, una hija, porque va contra natura. El lenguaje se resiste a definir algo que no debería suceder nunca. Me pregunto cómo se entierra a un hijo, a una hija, sin enterrar la propia vida con ellos. Cómo es posible que todo lo que han sido pueda quedar reducido a cenizas.

Pero sobre todo pienso en quienes han perdido la vida, en sus cortas vidas porque la mayoría eran jóvenes o muy jóvenes. En sus terribles últimos momentos antes del final. Qué injusto, qué injusto todo. Trece vidas, trece, el número aciago, más aciago hoy que nunca. Cómo ha podido pasar, qué ha fallado. Esto es algo que habrá que analizar con detalle porque es intolerable que algo así pueda suceder. Intolerable. Insoportable. Pero en este momento solo podemos atender a nuestro dolor. Sé que la indignación vendrá inmediatamente después.

Ojalá el dolor y la zozobra que me acompañan desde el domingo pudieran hacer más liviana la carga de quienes han perdido a sus hijos, hermanas, amigos, amigas, seres queridos. Solo aspiro hoy poner una mano en el hombro de quienes han perdido a alguien y acompañarlos en su dolor. 

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/cenizas_132_10564204.html



OPERACIÓN INVESTIDURA

OPERACIÓN INVESTIDURA

Feijóo aprovechó bien la investidura que sabía que iba a perder: se ganó a su propio partido y al de Abascal, que era a lo que iba. Los suyos le esperaban de pie y le recibieron con una ovación cerrada, como a una estrella de rock. Cualquiera diría que se los hubiera ganado igual declamando el monólogo de La venganza de don Mendo, pero sabemos que es mejor que no se confíe demasiado porque el PP es un partido que aúpa y defenestra líderes sin pestañear.

El día anterior, durante la manifestación en Madrid para subir la autoestima del líder, mostraban carteles donde se podía leer el extraño lema “Feijo fijo”, con más entusiasmo conservador que acierto ortográfico; un slogan con menos futuro que la investidura del homenajeado.

Durante su discurso, como era de esperar, volvió a dar la tabarra con lo de la lista más votada (que sí, caballero, tomamos nota, ha ganado usted las elecciones, qué tostón). Por muy obvio que resulte hay que volver a recordarlo: en una democracia parlamentaria no gobierna la lista más votada sino la que más apoyos suma en el Congreso. ¿Acaso no se sabe las reglas del juego al que está jugando?

En alemán Stimme significa voz y también significa voto (algo que no ocurre en ningún otro idioma que yo conozca), en un prodigio de precisión de esta lengua tan bella y endemoniada como precisa. 

Los votos son voces, voces a veces serenas, a veces indignadas, a veces distorsionadas. A veces más que voces parecen aullidos o rebuznos o cacareos. Pero siempre reflejan el ánimo del pueblo que vota. Hace veinte años las voces eran más unánimes, hoy son más diversas, pero siguen siendo fieles al carácter de la sociedad que las emite. También por ese motivo no es válido el argumento de la lista más votada como partido ganador. Porque ese partido ganador tiene que mezclar sus voces con otras. Si no es capaz, la polifonía que es la política no funciona. Y se tiene usted que quedar en el banquillo de la oposición por mucho que patalee, señor. Impugnar este principio equivale a impugnar la base de nuestra democracia. Para luego ir presumiendo de demócrata y constitucionalista. Por no hablar de su corta memoria o amplia caradura cuando olvida los numerosos casos en los que la liga PP-Vox ha impedido que gobierne el Psoe, vencedor en las urnas. Oscar Puente se encargó de recordárselo, de ganador a ganador.

También se atrevió a decir que él no es presidente porque no quiere, porque si transigiera con Junts, obtendría sus votos, como si no supiéramos que los votos de Vox y los de Junts son mutuamente excluyentes. Pero él lo intentó por si colaba. Y es que los chulos no se caen, se tiran.

Acusó al gobierno y sobre todo a Sánchez de ceder, transicionar y negociar, cuando ellos han cedido hasta cruzar líneas rojas que sus propios presidentes autonómicos no estaban dispuestos a saltarse. Y si no que se lo digan a María Guardiola.

La política cambia porque cambia nuestra sociedad, cambiamos nosotros y nuestro modo de relacionarnos. Es posible que no volvamos a ver las grandes mayorías de hace veinte y treinta años, esas mayorías que luego gobernaban con una apisonadora y no negociaban con nadie porque no les hacía falta. Un parlamento multicolor es distinto a uno apoyado sobre dos columnas y, por supuesto, mejor reflejo de nuestra sociedad actual. Más difícil de gobernar, pero más ajustado a las voces que la conforman. Feijóo no lo ha entendido y alude todo el tiempo al espíritu de la transición, a los grandes pactos (curiosa nostalgia, cuando él sólo puede pactar con Vox), a otro tiempo pasado que según él fue mejor. Es esa misma nostalgia la que le lleva a él y a los suyos a echar mano del comodín de ETA (esa que dejó de existir en 2011) a cada paso. Afortunadamente Txapote ha salido de escena, visto el mal rendimiento que le han sacado. Feijóo parece estar perdiendo el tren de los nuevos tiempos, no es capaz de adaptarse al Zeitgeist. Habría que recordarle que lo que no se renueva termina por morir.

El líder de la oposición tiene en una mano el megáfono de insultar a Perrosanxe y en la otra el teléfono para proponerle pactos. Si no ha conseguido centrarse es porque ha vivido en una dualidad desgarradora todo el tiempo: ha comprendido que debe emitir un discurso menos ultra (es el extremismo el que le ha impedido ganar los votos necesarios para ser presidente), pero al mismo tiempo es rehén de Vox. De la misma manera tampoco sabía si acudía a esta investidura en calidad de presidenciable o de jefe de la oposición. Para este segundo viaje, por cierto, no hacían faltan las alforjas de la designación del rey. Ha querido hacerlo así para crecer frente a un electorado que empezaba a ponerse nervioso (y susurrar “Ayuso” por el conducto del aire acondicionado), cosa que parece haber conseguido después de un par de meses dando volantazos. En pocos meses Feijóo ha ganado perdiendo y ha perdido ganando, una esquizofrenia difícil de sobrellevar. Y el partido no ha hecho más que empezar. 


https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2023/10/04/operacion-investidura-92883104.html




jueves, 7 de septiembre de 2023

LA CULPA ES DEL FEMINISMO

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LA CULPA ES DEL FEMINISMO

Sí, Rubiales tiene razón: toda la culpa de lo que le pasa es del feminismo.

Si bochornosa fue la actuación de Rubiales durante la celebración de la victoria del equipo de fútbol femenino como campeonas del mundo, su discurso en la asamblea de la RFEF con motivo de esa polémica performance ha estado al mismo nivel, porque superarlo es difícil. En ese discurso un par de cosas nos quedan claras:

Para Rubiales, la culpa de todo la tiene el feminismo porque él cuando quiere besar a una mujer la besa y ya está, cuál es el problema, si solo ha sido un “piquito”. Y es que sujetos como este van soltando por ahí besos o manoseos no consentidos (vean este video alucinante de Julio Iglesias: https://www.youtube.com/watch?v=DdTRg69DH78 ) porque se creen irresistibles cuando en realidad son insoportables.

Pero hay algo en lo que este señor no se equivoca. Es el feminismo el que ha conseguido que actitudes como la suya no queden impunes. Según él, se trata de “falso feminismo”. Afortunadamente, tan integrado está ya el sentimiento feminista en nuestra sociedad que ni él, que se atreve a todo, ha osado en público impugnarlo en su totalidad y en su lugar habla de “falso feminismo”. Evidentemente, si hay un falso feminismo también habrá uno verdadero. Sospechamos que el “verdadero feminismo” para este ciudadano es uno que le ríe las gracias ante cualquier ocurrencia y que se pone rodilleras para entrar en su despacho; uno que consiente, calla y traga. El “feminismo” que le conviene está encarnado en una mujer que dice sí a todo, que no se queja y que entrega la victoria a sus legítimos amos. Porque, ¿qué es eso de campeonas? -llegó a decir en su comparecencia- que también estábamos allí el entrenador y yo y eso se llama campeones. Otro aspirante a filólogo al que le sobra el femenino incluso cuando la victoria es netamente de ellas. 

Porque, para que a nadie se le olvide, era por esto por lo que luchábamos: por la dignidad de las mujeres, para que nadie devalúa nuestros legítimos logros infantilizándonos, ninguneándonos. Que nadie manipule nuestros éxitos, que nadie se los apropie en un ataque de testosterona. Ellas son campeonas. Han ganado ellas.

Tuvo incluso la desfachatez de utilizar a sus hijas como escudo humano en un espectáculo que dio auténtica vergüenza ajena. El mensaje que quería enviar vendría a ser: ¿cómo voy a ser machista si tengo hijas? 

Hizo un discurso profundamente político y desde lo político hay que contestarle. Se ha abierto en el ámbito del fútbol un choque entre una concepción de las relaciones laborales entre hombres y mujeres rancia y desigual que agoniza y una avanzada e igualitaria que quiere nacer. Y han sido las chicas de la roja quienes han iniciado esta proeza porque es precisamente en el mundo del fútbol donde se atrinchera el machismo más cerril.

El feminismo ha traído dignidad y autoconciencia a las mujeres, respeto por sí mismas y valor para actuar, porque ya no estamos solas. Y de esa autoconciencia ha nacido una actitud que no va a tolerar ya cualquier atropello y que se enfrenta a comportamientos inadmisibles, un tipo de comportamientos que hasta ahora habían sido pasados por alto. Recordemos aquí el caso de Nevenka en el que una concejala del PP que denunció a su jefe por acoso sexual fue convertida en culpable a los ojos de la opinión pública y tuvo que abandonar el país, mientras el agresor continuaba tranquilamente con su vida y en su cargo político. El feminismo ha calado en la sociedad, la ha transformado. De no ser así, Rubiales no tendría pegas para seguir gobernando su satrapía como a él le viniera en gana. Pero si parecía Benny Hill, correteando a las jugadoras por el campo como si fueran su propio harén…

La actitud y la resistencia de las futbolistas españolas ha difundido la dignidad feminista a nivel mundial. Pocas acciones reivindicativas han llegado tan lejos. Pero si ha podido hacerse es porque el discurso feminista lleva muchos años preparando el terreno y calando en la sociedad. Teorizar, manifestarse, hablar, escribir, reivindicar, es avanzar en el feminismo. 


Viendo a lo que han tenido que enfrentarse con ese presidente de la federación, con ese entrenador y ese seleccionador que aplaudían los disparates de su jefe hasta quemarse las manos, aunque al día siguiente le hayan dado la espalda, más que campeonas estas mujeres han sido auténticas heroínas. 


BESO FORZADO, DISCULPA FORZADA

https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2023/08/23/beso-forzado-disculpa-forzada-91232682.html


BESO FORZADO, DISCULPA FORZADA

Hace ahora unos cuarenta años una compañera del instituto recibió un premio, no recuerdo de qué. Su momento de celebración se vio truncado por un chico de otra clase que, cuando ella iba a subir al escenario del salón de actos a recibir el galardón, le levantó la falda de manera que todo el auditorio le vio las bragas. La felicidad de ella se convirtió de pronto en humillación. Y él lo hizo porque no estaba acostumbrado a que una chavala brillara en el centro de la escena y porque estaba demasiado acostumbrado a ver que son los hombres y no las mujeres quienes ocupan los espacios públicos. Porque el machismo se aprende, se enseña y se transmite de generación en generación. Porque la educación que había recibido le decía que los varones son los niños mimados del universo y cuando no lo son, hacen todo lo que saben para dar la nota. Y porque sí, porque son ellos los que mandan. Donde pone compañera de instituto pongan ustedes Jenni Hermoso y donde pone levantar la falda pongan dar un beso no consentido. El resto del mensaje no cambia. 


Tú le explicas esto a Rubiales y no lo entiende. De hecho, creo que no ha entendido nada desde el domingo a mediodía hasta ahora mismo.  Él dice que qué hay de malo en dar un beso en la euforia del momento (que te dé un morreo tu jefe porque has hecho bien tu trabajo, lo más normal del mundo). Y es sincero en su perplejidad. No lo entiende porque los mecanismos patriarcales funcionan en automático, de puro integrados en la psique. Rubiales, Igual que el chico de mi instituto, lo ha hecho porque puede hacerlo. O eso pensaba él.  Y es que, lamentablemente, hasta ahora ese tipo de actitudes, lejos de ser castigadas, han sido consentidas cuando no jaleadas por la sociedad.


Tampoco podemos aceptar la coartada del momento de euforia. Cabe preguntarse en este caso si le hubiera dado el mismo beso a Iniesta. Y con la homofobia que existe en el mundo del fútbol ya les digo yo a ustedes que rotundamente no, no le hubiera dado ese beso bajo ningún concepto a un futbolista hombre. Entre otras razones porque, al no ser consentido (él le sujeta a ella la cara con ambas manos, para impedir que pueda zafarse) es una falta de respeto, algo que entre iguales no se tolera, independientemente del nivel de euforia que se tenga. Y ahí está la clave: que no es entre iguales. Él no la considera una igual. Ni a ella ni a ninguna de las campeonas de la selección femenina de fútbol entre las que iba repartiendo besos y palmaditas como un adolescente rijoso.

Por no hablar de la imagen en el palco de autoridades agarrándose el paquete para que se sepa quién es el más machote de todos. Pero vamos a ver, ¿de verdad no hay en la RFEF alguien con control sobre sus impulsos que pueda representar a la institución?, ¿es esto lo mejor que tienen?

Las collejas empezaron a caerle por el beso forzado y se han multiplicado con la disculpa forzada. Dice que se disculpa (o como se llame lo que ha hecho) porque “fuera no se ha entendido”, y no sabemos si se refiere a fuera de la federación o fuera del planeta. Y también que “no hubo mala fe por ninguna de las dos partes”. ¿Qué partes, si aquí lo has hecho todo tú solico?


En fin, un espectáculo bochornoso. Cuando le critican, insulta con palabras gruesas a todo el mundo. Cuando le presionan, da una disculpa tan forzada como el beso. Y puestos a forzar, ya solo falta que fuercen su dimisión. 

Porque estamos hartas, la verdad. Cuando deberíamos estar hablando del juego impresionante de las futbolistas, celebrando su victoria y comentando una hazaña única, ya son otra vez ellos, con su machismo, quienes protagonizan la escena, como en el instituto. Porque ellas habrán ganado pero los titulares se los ha llevado él, mal que le pese.

Yo no quería escribir este artículo. Yo quería escribir sobre las 23 mujeres valientes y su proeza en el terreno de juego, sobre cómo se han convertido en un referente en el deporte para futuras generaciones de niñas. Yo quería hablar de que estas mujeres han hecho mucho más que ganar un mundial: han derribado un muro, han abierto un camino. Dicho queda.








MOLINA DE SEGURA: ELIMINAR EL FEMINISMO

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/molina-segura-eliminar-feminismo_132_10425372.html


MOLINA DE SEGURA: ELIMINAR EL FEMINISMO

Como viene siendo habitual en los municipios donde ha ganado la coalición PP-Vox, el partido ultra suele reclamar la concejalía de igualdad, ¿porque les preocupa la situación de las mujeres, porque quieren mejorar sus vidas en lo posible? No, para eliminarla. No creen en la igualdad y quieren borrar todo vestigio. Niegan que exista la violencia de género y niegan que exista el patriarcado (por cierto, si van al cine a ver Barbie les va a dar un síncope).

Molina de Segura, donde gobierna la coalición PP-Vox desde las pasadas elecciones del 28 de mayo, no ha sido una excepción. La concejalía de igualdad ha sido eliminada, pasando a ser sustituida por la concejalía de familia. La titular es la concejal Escarlet Marielén Piñero. Ella prefiere el nombre del cargo en masculino, considera “concejala” un exceso feminista. Niegan el patriarcado, pero son sus mejores representantes. Si el sustantivo “concejala” le suena raro es porque ha habido pocas, un desequilibrio que el feminismo se está encargando de corregir. Pero la animo a buscar en el diccionario de la RAE: concejal, concejala: 1.m y f. Miembro de una corporación municipal. Tal es el grado de borrado de las mujeres que quiere Vox que les hace incumplir las normas más básicas de una institución tan poco sospechosa de ser feminista como la RAE.

El lunes 31 de julio ha tenido lugar el pleno del ayuntamiento al que asistieron varias asociaciones feministas del municipio cuya intención era protestar por la desaparición de la concejalía de igualdad. Entre esas asociaciones están Mujeres con Nombre, que da asistencia a mujeres víctimas de violencia de género y también la asociación Horizontes. Durante la intervención de la concejal se produjo una sonora protesta al hilo de la cual el alcalde, Jose Ángel Alfonso, en un alarde de déficit democrático, pidió que se identificara a la vecina Maruja Vera, de la asociación Horizontes (asociación que realiza concentraciones todos los jueves primeros de mes contra los asesinatos machistas). En ese momento se produjo una refriega con los policías locales que intentaron desalojar por la fuerza a la señora, de 74 años, a lo que ella se negó ya que no consideraba que hubiera hecho nada punible. 

Pero el problema no es la bronca que se generó en el pleno, donde un alcalde recién llegado transformó su autoridad en autoritarismo, ordenando identificar a una señora que había hecho un comentario. El auténtico problema es la que se nos viene encima pues las concejalías de igualdad son imprescindibles. Es necesario poner nombre a las cosas para saber lo que se está sufriendo porque lo que no se nombra no existe. 

No debemos permitir que la polvareda levantada por la refriega oculte el verdadero drama: ya ha desaparecido la información en el centro de atención a víctimas, ha desaparecido el número de emergencias, ha desaparecido la información sobre talleres. Es lamentable (además de costoso) desmontar una estructura que ya existe. Borran la posibilidad de informarse y vulneran los derechos de las mujeres, dejándolas desprotegidas, tiradas a los pies de los caballos. En adelante las mujeres agredidas no tendrán información, no podrán acceder a un número de teléfono de asistencia, no encontrarán quien las ayude en el durísimo trance, se sentirán más solas, no habrá mecanismos de prevención, no se identificará la raíz de las agresiones, retrocederemos décadas en la lucha contra la violencia de género.

La desaparición de la concejalía de igualdad es una desgracia para el municipio.  Y Vox pone al frente de esta infamia a una mujer. Échales barro y que se peleen entre ellas, parecen estar diciendo. Después de 300 años de feminismo hay que recordar a la señora concejal que si puede estar sentada en una tribuna pública es gracias a ese feminismo del que abjura en su ignorancia. Bien decía Simone de Beauvoir que, sin la complicidad de los oprimidos, los opresores no tendrían ninguna posibilidad. Y ahí seguimos.

Por todo ello, el Fórum de Política Feminista de Murcia se solidariza con las asociaciones feministas de Molina de Segura y les traslada toda su sororidad y todo su apoyo en estas circunstancias lamentables.




RAMÓN TAMEMES

RAMÓN TAMEMES

El que esté preocupado por que España se convierta en una autocracia absorbente que levante la mano. Lo digo porque ha sido lo más original de la moción de censura de Vox. Todo lo demás: pura broza ultra archiconsabida. Encima se presentan con un discurso que ya se había filtrado a la prensa y cuando creíamos que nos iba causar indignación descubrimos que solo puede causar bostezos. La ultraderecha solo alcanza a justificar su visión alucinada de la realidad mediante la existencia de un enemigo colosal: el comunismo (que, como sabemos, ya no asusta a nadie). Para ello han fingido haber domesticado a un dóberman comunista hasta convertirlo en un chihuahua que ladra sus consignas. Todo es puro teatro: el temible gigante rojo está más cerca del abuelo Simpson que de un estadista de altura. El ego hipertrofiado del antiguo dirigente comunista le ha convertido en un filón de memes para darles algo que hacer a los tuiteros. Que un converso haya sido la mejor baza de Vox no es mala noticia.


PACTANDO SIN VERGÜENZA

PACTANDO SIN VERGÜENZA

El Pp pacta a todo trapo, sin vergüenza ninguna, con Vox (en Valencia negocia con un maltratador y le entrega cultura a un torero, ese oxímoron), en lo que supone un retroceso masivo de derechos para las mujeres, para las y los trabajadores, para el colectivo Lgtbi, para los migrantes, para la educación pública, para la sanidad pública. En Extremadura ya han puesto fin al teatrillo y se han entendido con los ultras, cosa que no dudábamos. El Partido Popular al pactar con Vox pacta consigo mismo porque de dónde ha salido esa ultraderecha tanto tiempo agazapada, fingiendo constitucionalidad, normalidad, centralidad, europeidad. Ahora se han desinhibido, al rebufo de los nuevos tiempos erizados de amenazas involucionistas. Fingieron ser lo que no son: una derecha seria, moderada, dialogante y es ahora cuando muestran sus verdaderos colores.

NEGAR LA VIOLENCIA

NEGAR LA VIOLENCIA

En las últimas 48 horas tres mujeres han sido asesinadas por violencia machista, esa violencia que no existe.

Los negacionistas de la violencia niegan la existencia de todo: de la violencia,  del cambio climático, de la pandemia. Niegan incluso ser negacionistas. 

Por desgracia las muertes siguen ahí  por mucho que se nieguen.


CONCLUSIONES DE LA NOCHE ELECTORAL

CONCLUSIONES DE LA NOCHE ELECTORAL

- ¡La vida te da sorpresas, sooorpresas te da la vida, ay dios!

- Silvia Intxaurrondo podría conservar su puesto de trabajo.

- A la izquierda se le ha quedado el moco a medio sorber y a la derecha el champán a medio descorchar.

- Las encuestas las carga un diablo con mucho sentido del humor.

- España es menos cavernícola de lo que nos pensábamos.

- Habrá que leer "Manual de resistencia" y tomar apuntes.

- Vox se ha caído por un barranco (del cual ojalá no salga).

- Si Feijóo de verdad cree que ha ganado, que se lo diga a su cara que todavía no se ha enterado.

- Y de paso que se lo diga a la cara de Ayuso.

- Anoche fue la primera vez que Abascal nos dio una alegría.

- Sumar no resta mucho.

- Al Pp, Txapote se le ha vuelto chapapote.

- Los tertulianos profetas ya pueden ir cambiando de trabajo.

- Desde ayer a las ocho hemos comenzado a respirar con alivio.

ENVEJECER MAL

ENVEJECER MAL

Las viejas glorias socialistas apuestan por dar el apoyo de su partido a la investidura de Feijóo; ese Psoe de lomo plateado, aquejado de la misma dolencia que Tamames, propone aglutinar el centro para desconectar al país de las periferias, o lo que es lo mismo, de lo que creen que les sobra: por una parte, nacionalismos no españolistas y por otra, movimientos generados a la izquierda del Psoe. Como si España toda fuera Pp y Psoe, como si España toda fuera Madrid y alrededores. En ese espacio central sin ventanas al exterior, hermético y casposo, se siente cómodo hasta Vox, que anda buscando socialistas buenos (¿a que flipais?) para pegar otro tamayazo.

23J: TRAGAR SAPOS

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23J: TRAGAR SAPOS

Las elecciones generales han dejado claro todo un clásico: que hasta el rabo todo es toro. No sé si las encuestas privadas se hicieron con el fin de desanimar al votante de izquierda. Si es así, objetivo conseguido porque si no le disuadieron completamente de la pertinencia de ir a votar (a muchos miles sí), sí que le deprimieron de modo que algunas llegamos a las urnas con ánimo funerario. Pero al final el efecto rebote ha sido demoledor para las derechas porque esas encuestas se han comportado como el cortesano adulador que lo único que consigue es que el rey haga el ridículo saliendo desnudo a la calle. 

También han dejado claro que no hay que llorar antes de tiempo porque después lo llorado perdido. Eso lo sabe ahora una izquierda que pasó demasiado tiempo lamentando una desgracia que no había ocurrido: hizo mal en comprarle el relato mendaz a la derecha mediática y política. Qué desperdicio de lágrimas.

Ahora los medios y los políticos de derechas se levantan después del revolcón, se palpan el cuerpo y se preguntan qué ha pasado, cómo han podido equivocarse tanto si tenían claro que iban a ganar sin bajarse del autobús. Pues probablemente que de tanto repetir mentiras, han llegado a creérselas. Pero los votantes, por fortuna, no.

El PP ha ganado las elecciones perdiendo estrepitosamente la posibilidad de formar gobierno. Nunca una victoria electoral ha supuesto tal derrota. En el balcón de Génova bailaban llorando, no creo que haya nada más triste. 

Feijóo seguramente no había imaginado que le tocara tragar tantos sapos la noche de su previsible victoria. Sapo número uno: salir a un balcón a festejar una victoria con cara de que se te haya muerto alguien, sin ser capaz de hilar un discurso coherente. Sapo número dos: que los congregados al pie del balcón coreen el nombre de Ayuso cuando tú sales, quitándote toda autoridad y de paso la poca confianza que te queda en ti mismo. Sapo número tres: que coreen de nuevo el infame eslogan “que te vote Txapote” y que tengas que contestarles que eso se lo digan a Sánchez, no a ti. Si esto es una fiesta, cómo será un funeral.

Sapo número cuatro y más importante: al PP le toca ahora pedir el apoyo del Partido Socialista para sacar adelante su investidura. Con qué cara le piden ahora un favor a Sánchez, al mismo Sánchez al que han querido derogar como único eje de campaña, al mismo Perrosanxe insultado hasta la náusea, al presidente al que solo votaba Txapote. A ver cómo, cuando su campaña se ha basado no en argumentar contra unas políticas con las que no estaban de acuerdo, algo perfectamente legítimo, sino en tirarle piedras al adversario. En dialéctica hay algo que nunca se permite y es el argumento ad hominem, bien pues ese es el único que han utilizado el Partido Popular y Vox en comandita, haciendo de pandilleros de la política. Y ahora se preguntan cómo es que no han arrasado, cuando lo tenían todo tan amarradito. 

Vox ha salido aún peor parado, perdiendo un tercio de sus escaños, pero al menos a ellos no les toca hacer como si hubieran ganado. Eso sí, la autocrítica se la dejan a Forocoches, porque según Abascal la culpa de todo la tiene Feijóo.

Algo ha fallado en la campaña electoral del PP. Quizás han sobrado mentiras, pero mentiras de bulto, como la de que su partido siempre había subido las pensiones. Quizás ha sobrado hemeroteca, a la que hubieran querido prender fuego cuando salió la foto con Marcial Dorado, ese narco que para Feijóo solo era un contrabandista, que es algo así como si se hubiera ido de vacaciones con Curro Jiménez.  Quizás ha sobrado confianza, esa que le hizo rechazar un debate a cuatro con los principales adversarios políticos por considerarlo irrelevante. Y si esto en campaña es una minucia, qué será lo importante. Quizás ha sobrado baño de realidad en forma de muestras locales y autonómicas de lo que supondría un gobierno PP-VOX con su censura, su borrado LGTBI, su negacionismo de la violencia de género y del cambio climático.

En la casa del ganador había ambiente de funeral impostando una alegría que no convenció ni a los suyos y en la casa del perdedor había ambiente de genuina fiesta pues consiguió vencer los peores augurios. En términos reales, la derecha ha ganado las elecciones, sin embargo, las ha perdido de largo contra sus propias expectativas y eso es algo que toca directamente a las emociones, que son las que mandan, sobre todo en una campaña del PP como esta, tan cargada de visceralidad y tan vacía de contenido; el objetivo no era ofrecer un cambio que mejorara la vida de las personas sino tumbar al sanchismo, signifique eso lo que signifique.

Se abren muchas incógnitas. La principal es que no sabemos qué pasará con la gobernabilidad de nuestro país. Tampoco sabemos qué pasará con Feijóo pero hacer el ridículo en política suele costar el cargo. 



(VIDEO)JUEGOS PARA NIÑAS

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(VIDEO)JUEGOS DE NIÑAS

Nuestro mundo está en constante cambio. La forma de jugar también ha cambiado. Desde hace varias décadas, el videojuego forma parte del entretenimiento cotidiano. Una gran parte del tiempo de ocio se destina a esta actividad, sobre todo por parte de la juventud. Es un ámbito novedoso, de muy reciente creación y en el que cabía la opción de partir con reglas renovadas. ¿Ha sido así? Pues no. El patriarcado es un marco de pensamiento, una estructura invisible que inficiona todos los aspectos de la sociedad. También los videojuegos. 

Las mujeres han estado tradicionalmente excluidas de los trabajos fuera del hogar, de puestos de toma de decisión y de cualquier lugar que las impulsara hacia el ámbito público. De esa manera, aunque la cocina ha sido siempre un espacio de trabajo feminizado, los grandes cocineros son hombres. Lo mismo ocurre con la costura; coser se ha considerado cosa de mujeres, pero en ese terreno quienes acaparan fama son los modistos. 

Resumiendo, si en un trabajo hay implicados dinero y fama, es muy probable que deje a las mujeres fuera de la ecuación. Así ha sido siempre y aunque los tiempos por fortuna han cambiado aún hay ámbitos cuyos comportamientos están más cerca del siglo XIX que del siglo XXI. ¿Alguien se imagina en nuestra época a una mujer adoptando un nombre masculino para evitar ser excluida? Pues eso pasa en el mundo de los videojuegos, una industria milmillonaria y machista. 

El sector de los videojuegos arroja unas cifras de negocio siempre al alza que dan cuenta de un negocio en permanente expansión, además de ser un poderoso transmisor cultural donde los y las jóvenes pasan de media unas ocho horas a la semana. Por desgracia nos encontramos aquí con las mismas actitudes que en otros sectores: enorme sexualización de los personajes femeninos, repetición de los roles de género, hostilidad hacia las mujeres y baja visibilidad femenina en el ámbito profesional.

La escasa presencia de mujeres en las STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés), precisamente los espacios de mayores avances tecnológicos, aquello que nos proyectan hacia el futuro, hace que haya pocas creadoras de contenidos en este sector. Las mujeres consumen tantos videojuegos como los hombres, aunque ellas juegan menos horas, pero al no ser creadoras lo más probable es que el sesgo de género se siga manteniendo. En los videojuegos como en la sociedad el reparto de roles es el mismo. Las mujeres quedan relegadas a una posición siempre secundaria, ocupadas de los cuidados y de dar apoyo al héroe. En cierto que vez hay más protagonistas mujeres, aunque siguen estando por debajo del veinte por ciento.

La demanda femenina no se le pasó por alto a esta industria, que generó juegos destinados específicamente a mujeres; juegos que, por supuesto, tenían que ver con la moda, las citas y las relaciones. Este es el caso de “Imagina Ser”, denunciada en 2008 por la Confederación de Consumidores y Usuarios de Madrid (CECU), por su contenido sexista. Cometieron el error de percibir a la mujer como un sujeto pasivo, pero las jugadoras buscan también una interacción dinámica con el juego.

Además del contenido de los videojuegos, se da un ambiente hostil hacia las mujeres en los juegos online. Hay una conducta en esta actividad denominada flaming que consiste en hostigar e insultar al oponente. Cuando juegan mujeres este hostigamiento es pura misoginia, con la coartada de “así es como nos tratamos aquí”. Marina Amores, experta en videojuegos y autora del libro “Play like a girl” cita un estudio de la Universidad de Maryland (2006) que revelaba que "jugadores con un nombre de usuario o voz femeninas reciben una media de 100 mensajes con contenido sexual explícito o amenazas cada día, mientras que los masculinos reciben 3,7 mensajes diarios”.

Este hostigamiento provoca que en las partidas multijugador haya poquísimas mujeres (menos del 8%), que éstas abandonen el juego o bien que cambien el nombre en femenino por uno en masculino o neutro. Con demasiada frecuencia también deben apagar el micro para ocultar su voz si es que quieren seguir jugando. Esto se multiplica en los eSports donde apenas hay mujeres compitiendo a alto nivel.

Así las cosas, las mujeres han tenido que crear espacios seguros para poder jugar, ser valoradas, sentirse seguras, promocionar a creadoras de contenido y dar visibilidad a su presencia en los videojuegos. Algunos de estos espacios son: “Todas gamers”, “Women in games”, “Gaming ladies” y “FemDevs”.

Aquí se juega, literalmente, una batalla cultural de enorme interés, que dejará su impronta en el presente y tendrá su peso en el futuro. Es para tomárselo en serio.


SI LOS PECES VOTARAN

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SI LOS PECES VOTARAN

El Mar Menor es el gran desastre ecológico de nuestra región, perpetrado durante décadas por unas autoridades negligentes en materia de defensa ecológica en combinación, cuando no en connivencia, con un negocio turístico-inmobiliario sin freno y un agronegocio imparable, dos depredadores de territorio sin corrección natural ni institucional que permita que los ciclos se renueven. El Mar Menor es un callejón sin salida, una vía muerta, una anomalía dolorosa, una sangría de fauna y flora, una herida en el alma de la Naturaleza. El Mar Menor está cerca de ser un mar muerto. En el proceso de esa agonía surgió una iniciativa para intentar salvar la vida de un ecosistema único en el planeta. La Iniciativa Legislativa Popular liderada por Teresa Vicente tuvo un éxito sin precedentes en el mundo; esta ILP consiguió más de seiscientas mil firmas y recibió en el Senado el voto favorable de todas las fuerzas políticas a excepción de Vox. Retengan el dato. Gracias a esta iniciativa, ahora tenemos un ecosistema con entidad jurídica que le proporciona protección legal. No solo eso: con su entrada en vigor, cualquier persona podrá presentar una acción judicial en nombre de la laguna.

Las imágenes en televisión de un suicidio masivo e involuntario de peces, que se lanzaban a tierra buscando el oxígeno que el agua les negaba, removió las conciencias de una sociedad anestesiada durante lustros. La gente se unió independientemente de su adscripción política, los colegios se llenaron de manualidades inspiradas en la defensa del mar, se organizaron mesas para la recogida de firmas, se hicieron canciones, se representaron obras de teatro, se abrazó mediante una cadena humana un Mar Menor doliente con un abrazo lleno de ternura, como se abraza al enfermo en su cama de convaleciente, para insuflarle la energía que le falta. Bellos gestos. Bellísimos gestos. Pero con los gestos no es suficiente. Ni siquiera las leyes son suficientes, porque esas leyes hay que aplicarlas para que se hagan efectivas y tiene que haber en la Asamblea Regional partidos políticos convencidos de la pertinencia de esas leyes haciéndolas valer para que éstas surtan algún efecto, de lo contrario son poco más que papel mojado. Sin embargo en las últimas elecciones, a la hora de votar, la ciudadanía ha tenido más presente a una banda terrorista que ya no existe, que el ecocidio que se está perpetrando ante sus ojos, en la puerta de sus casas.

Y tras la victoria de las fuerzas conservadoras, el Mar Menor está ahora en manos de Vox, los únicos que votaron contra la ILP, los que siempre han negado y que niegan el ecocidio, que es lo mismo que apagar un incendio con una manguera de gasolina. La laguna pedía oxígeno y se le ha dado voxígeno. En el cambalache post electoral la Comisión de Medio Ambiente de la Asamblea Regional se le ha concedido a la ultraderecha. El presidente de esta Comisión será Antonio Martínez Nieto, un diputado de Vox que acusa al ecologismo de catastrofista y que niega que se estén agotando las fuentes de energía, que reclama que no se ponga límite a la explotación de los recursos naturales, que afirma que el fanatismo climático es una agenda suicida y que advierte que dotar de derechos a los animales nos conduce a la debacle. Como si no la estuviéramos viviendo ya. Como si el estado del Mar Menor no fuera de facto una distopía presente. 

El discurso no es nuevo porque para la ultraderecha tanto española como planetaria, una de las bestias negras a combatir es el ecologismo. El problema es que con el panorama existente en el Mar Menor esta designación es una vuelta de tuerca a un ecosistema que ya no resiste otra legislatura en su contra. Se cierra un círculo catastrófico.

El tiempo es un enemigo implacable, en esta carrera contrarreloj el ecosistema de la laguna está doblando las rodillas y ya no le queda aliento. Aún tenemos las próximas elecciones para acudir a él con un balón de oxígeno. 


PANORAMA POST Y PRE ELECTORAL

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PANORAMA POST Y PRE ELECTORAL

Bueno, pues como era perfectamente previsible, el PP pacta ya a calzón quitado con Vox, con quienes se entienden con una rapidez que abochorna. Se podrían cortar un poquito, pero para qué. Ya sabemos lo que van a suponer esos pactos en la vida de las personas porque las consecuencias se están dejando ver a la velocidad de la luz: concejalías de igualdad eliminadas, banderas arcoíris escondidas, amago de suspensión de la libertad de manifestación frente a asesinatos machistas, acoso policial en el día del Orgullo LGTBI… En Extremadura ya han puesto fin al teatrillo y se han entendido con los ultras, cosa que no dudábamos. El Partido Popular al pactar con Vox pacta consigo mismo porque de dónde ha salido esa ultraderecha tanto tiempo agazapada. El PP se desmelena ahora con un regocijo ultra tan desinhibido que tiene más que ver con la derecha americana que con la europea, de la que tanto presumían. Queda claro que fingieron ser lo que no son: una derecha constitucional, centrada, moderna; es ahora cuando muestran su verdadera cara. Pero no pasa nada, chavales, las contradicciones a la derecha, como todo lo demás, les salen gratis.

Sin embargo, en la izquierda el panorama es completamente distinto. Y es que todo español lleva en su cabeza un seleccionador nacional y un analista político de izquierda. La derecha está exenta de toda crítica generalista, dispone de patente de corso, una de sus muchas ventajas. Su líder podría salir, qué diría yo, de vacaciones en el yate de un narcotraficante convicto y confeso y no pasaría nada. Ahora, como al líder de la izquierda se le ocurra utilizar el avión presidencial para labores relacionadas con su cargo, que se prepare para el aluvión de collejas. Si una pareja de líderes de izquierdas se compran una casa y la pagan con su dinero, se convierte para la prensa de derechas en los marqueses de Galapagar, además de ser objeto de un acoso inhumano. Si una ministra de derechas se encuentra, oh sorpresa, un jaguar (el coche de lujo, no el animal) en su garaje, el personal simplemente se encoge de hombros. Eso por lo que respecta a la crítica que le hace la derecha mediática. Pero la crítica en el seno de la propia izquierda no es más benevolente, porque cada volante de izquierda lleva en su cabeza, además de un seleccionador nacional y un analista político, un director espiritual de la verdadera izquierda, que reparte y retira carnés de pureza ideológica a diestro y siniestro.  

La izquierda posee una concepción ética de la persona y de la sociedad de la que carece la derecha cuyo timón es darwiniano y se basa en la ley del más fuerte. Pero ese sentido de la ética es al mismo tiempo fortaleza y debilidad porque en cuanto el votante detecta una desviación de esa rígida línea, castiga a sus líderes. Los dirigentes de la derecha podrían salir por la televisión merendando gatitos vivos y su electorado les reiría la gracia. Ahí tenemos el caso de Trump cuyas imputaciones no le debilitan, sino que le refuerzan. El nefasto Berlusconi, enterrado con honores de estado después de décadas destruyendo el tejido cultural y político de su país es otro ejemplo de la misma relajación ética. La derecha apela a lo más atávico, lo más primitivo, lo más primario del votante. Por eso a sus líderes todo les sale gratis. Todo: sacar el cadáver de ETA del armario, secar Doñana, darle la puntilla al Mar Menor.


Partimos con desventaja, por eso hay que reaccionar rápidamente. La sorpresiva convocatoria de elecciones dejó a la gente de izquierdas con la lágrima a medio caer mientras que al personal de derechas se le atragantaba el champán recién descorchado. Hay que aprovechar el impulso que da la rabia y hacerlo mejor que nunca. No podemos pensar que la ola conservadora que recorre el mundo es una catástrofe natural contra la que no se puede luchar. Las masivas manifestaciones del orgullo LGTBI la semana pasada han mostrado la fuerza que somos capaces de desplegar para detener el avance de la ultraderecha. Ese es el camino que debemos seguir porque lo que nos amenaza es más grande que lo que nos aflige.


¿RACISMO DICE USTED?

¿RACISMO DICE USTED?

Hemos descubierto gracias al fútbol, quién lo hubiera dicho, que somos racistas. Y el personal se echa las manos a la cabeza, oh sorpresa. ¿Cómo? ¿racismo en España? Imposible. Pues sí. Quien más quien menos alberga en su interior un pequeño o gran xenófobo que se manifiesta a la menor oportunidad. Hay quien lo lleva por fuera y le deja tomar el control, pero por lo general somos más bien civilizados y solo se nos ve el plumero de vez en cuando. Oigo a alguien hablando de “un amigo que es senegalés pero muy buena persona”. ¿Cómo que “pero”? ¡La conjunción correcta es “y”!  Recientemente me comentaba alguien el caso de una chica gitana “que va súper bien en el instituto”. Claro, porque lo normal sería que estuviera diciendo la buenaventura en la puerta de la catedral. Microrracismos se podría llamar esta sección. El racismo puede actuar solo, ya que tiene la suficiente entidad propia, pero por lo general suele ir acompañado de sus inseparables clasismo y aporofobia, constituyendo un conjunto de deméritos humanos que hacen de la convivencia un ámbito irrespirable.

Mientras escribo este artículo un coche de propaganda electoral me pasea la calle anunciando la mercancía que vende un partido conservador en estas elecciones: seguridad. Seguridad a favor de quién y contra quién, me pregunto. Con total certeza el amigo senegalés sería uno de los damnificados de la venta de ese producto envenenado. Recuperando la seguridad en nuestras calles, dice el eslogan... Porque los partidos de derechas llevan en su programa electoral y en su ADN el miedo/rechazo/prevención contra las personas extranjeras, contra las que les resulta imprescindible levantar barreras de seguridad. A ver cómo se llama eso.

Pero vamos a centrarnos. La noticia del mes ha ocurrido en el fútbol, aunque tampoco es que sea una novedad. Yo misma, que no veo un partido a menos que me aten a la silla, puedo recordar unas cuantas broncas desde las gradas hacia futbolistas de otros orígenes y colores. Cuánto más oscuro el color, más groseros los insultos. Al menos esta vez han reaccionado:

La fiscalía ha recibido una denuncia presentada por el Real Madrid para que se investiguen los delitos de odio y discriminación en el caso de los insultos recibidos por Vinicius Jr. durante un partido contra el Valencia. Está muy bien que el propio club haya presentado la denuncia cuando lo habitual es que los clubes de fútbol arropen y amparen a grupos ultras, fijos en cada partido, una de cuyas dudosas virtudes es ser profunda y militantemente racistas. Así que, sorprende tanta sorpresa a estas alturas. La noticia ha ido creciendo en olas concéntricas llegando hasta la declaración de repulsa de Lula da Silva. Ahí es nada.

Pero cuántas formas distintas y perversas adopta el racismo. Es necesario que sepamos que esos insultos que ahora sorprenden tanto no se generan en el vacío, sino que se han ido gestando largamente. 

Porque el racismo no es un capricho (esta raza me gusta más, esta menos…) sino que cumple una función muy clara: el racismo es la campaña de marketing de la explotación. Cuanto más despreciado socialmente es un ser humano por su procedencia, raza, origen o color de piel, peor pagado y peor tratado será. Aquellos que se juegan la integridad física, cuando no la vida, para llegar a las costas de Europa y que sólo podrán acceder a los peores trabajos, tienen la obligación luego de volverse invisibles. No pueden hacerse notar, su presencia resulta molesta en las calles, en el transporte, en los colegios, en los centros de salud. Cuidan de nuestros ancianos, cosechan nuestra fruta, limpian nuestras casas, pero son distintos, son pobres, afean nuestras calles, colapsan nuestro sistema social, es mejor que no los veamos, estorban: ese es el racismo nuestro de cada día. 

Dicen que no caben aquí, que ya somos muchos (como si el país fuera el metro en hora punta) pero los refugiados ucranianos han sido recibidos con los brazos abiertos, que es como debería ser siempre, porque huyen de una guerra y dejan atrás su país para salvar la vida, no para amenazar la de nadie. Pero los refugiados procedentes de África o de Oriente Medio, que huyen por las mismas razones, han sido y están siendo sistemáticamente abandonados a su suerte. O peor, empujados al mar como ocurrió hace pocos días, cuando la guardia costera griega llevó a un grupo de migrantes, entre los que se encontraban niños, hasta el mar y los abandonó en una balsa. Los refugiados se enfrentan en este caso y en otros tantos a la dura odisea de alcanzar una tierra que no suponga esclavitud, hambre, cárcel o muerte. No siempre lo consiguen; son incontables los que se quedan en el camino. Es el racismo, que tanto escandaliza ahora en un partido de fútbol, el culpable de esas muertes.

El racismo se genera en la sociedad y se ratifica en las urnas. O sea que, si de verdad no queremos racismo, ya sabemos lo que tenemos que hacer.


ESCONDER EL ARCOIRIS

ESCONDER EL ARCOIRIS

 


Como sabéis, ya ha comenzado la retirada de la bandera arcoíris de los balcones de los ayuntamientos donde PP y Vox han ganado. La retiran porque según el líder de Vox esa bandera no representa más que a un puñado de pervertidos que quieren obligar a todo el mundo a hacerse maricón o boyera. A ver cómo les explicas que nadie obliga a ser homosexual, a ver cómo se lo explicas porque no lo van a entender. ¿Cómo lo van a entender si ellos quieren obligar a todo el mundo a ser heterosexual? Que para eso disponen de unas maravillosas terapias de conversión a la sexualidad verdadera, porque, por supuesto solo hay una. Como solo hay una religión verdadera y una sola bandera que nos representa a todos. Bueno, a todos no porque bajo esa bandera no caben:

- Nacionalistas periféricos (solo hay una nación verdadera, la suya)

- Ciudadanía LGTBI (solo hay una sexualidad verdadera, la suya)

- Inmigrantes (solo hay una nacionalidad verdadera, la suya)

- Mujeres feministas (solo hay una forma de ser mujer, la suya)

- Ecologistas (solo hay una forma de entender el futuro del planeta, la suya)

Pero ellos la quitan, nosotros la ponemos. El despliegue del Orgullo LGTBI de esta semana ha sido un bellísimo y colorido zas en toda la boca a esa gente que quiere esconder el arcoíris dentro de un armario.


PIEDRAS CONTRA LA IGUALDAD

PIEDRAS CONTRA LA IGUALDAD

La violencia de género es el terrorismo cotidiano que no cesa. Sin embargo, en estas últimas elecciones, el inexistente terrorismo de ETA ha sido introducido a martillazos en campaña por los partidos de derechas, los mismos que niegan el terrorismo machista, que de media mata una mujer por semana. Y ese terrorismo se quedará sin recursos para ser eliminado porque se le ha borrado el nombre: ya no existirá la violencia machista, una violencia específica en contra de las mujeres. A partir de ahora será un tótum revolutum que se llamará violencia intrafamiliar por llamarse algo. Involuciones socio políticas que se hacen más presentes cada día y contra las que tendremos que luchar los próximos años. El avance reaccionario quiere hacer desaparecer derechos que creíamos inamovibles. Esto demuestra que nada es inmutable, que la lucha feminista era imprescindible y lo será aún más de ahora en adelante. Cuando nos decían: “¿qué quieren las feministas si ya lo tienen todo?”. Pues no, no lo teníamos todo y siempre hemos sabido que estábamos a un paso de perder los avances conseguidos. Es terrorífico constatar con qué rapidez se pierden logros imprescindibles.

Hay noticias más que alarmantes en ese sentido. Tras las elecciones, las primeras medidas de los gobiernos de coalición reaccionarios anticipan un retroceso histórico en los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI, que se quedan sin departamentos específicos que pongan en marcha políticas frente a las violencias machistas o que luchen contra la discriminación. Y por supuesto, se ha retirado de los ayuntamientos la bandera arcoíris, ese símbolo de igualdad. Bruselas da una advertencia a PP y Vox tras expresar estos su pretensión de prohibir las manifestaciones y concentraciones contra la violencia machista cada vez que se produzca un asesinato. Con esta medida acabarían de un plumazo con dos principios constitucionales básicos: el de igualdad y el de libertad de expresión. Ha tenido que venir Bruselas a recordarles que “las manifestaciones pacíficas son un derecho fundamental en todos los países democráticos”. Cuando ya creíamos que habíamos puesto las bases para seguir evolucionando, nos atrapa el pasado más cavernario.

En esa cruzada contra el feminismo que ha sido uno de los ejes de campaña de los partidos reaccionarios, siete grandes ayuntamientos (Huelva, Valladolid, Burgos, Talavera de la Reina, Toledo, Elche y Orihuela), pactados entre PP y Vox, han eliminado las concejalías de igualdad.  Sabemos que la igualdad no se conseguirá a menos que reciba el impulso institucional a todos los niveles: nacional, regional y local. Las concejalías de igualdad dejarán de existir. A cambio tenemos cultura en manos de toreros, promocionando la tauromaquia y la caza. 

En Murcia, durante el tradicional desfile del Orgullo LGTBI este pasado fin de semana, la artista Rocío Sáiz, en cuya performance mostraba el pecho, fue obligada por un policía municipal a cubrirse bajo amenaza de salir esposada. Como no hay ninguna prohibición municipal contra este tipo de espectáculos en este contexto, el policía ha sido expedientado 48 horas después por extralimitarse en sus funciones, pero está claro que el clima reinante de acoso y censura le ha empoderado en su papel de guardián de la moral. Mucho nos tememos que no será este un caso aislado.

Como tampoco será un caso aislado el de una residencia de estudiantes de Málaga donde ha aparecido un cartel que advierte sobre una “epidemia homosexual”, anima a unirse al mes de la caza y ofrece veinte euros “por cada enfermo capturado”.  La rigidez mental de los votantes de derecha se siente amenazada por expresiones de sexualidad diferentes y reaccionan con violencia. No sirve de nada recordarles que nadie obliga a nadie a ser homosexual, sin embargo, ellos sí que están dispuestos a obligar a todo el mundo a ser heterosexual. 

Vox es un partido ultramontano, pero el PP presumía de cierta modernidad: está en el pacto institucional contra la violencia de género, tiene en sus filas a Maroto encargado de un pinkwashing de futuro incierto con este panorama, Feijóo debutó como líder con un perfil moderado. Estaban fingiendo porque a Vox no le ha costado nada hacer bascular el tablero y llevarse al averno ultra a un PP que se decía avanzado y europeísta. Ojalá ese desequilibrio puesto en evidencia tras las últimas elecciones sirva de reflexión a la ciudadanía para las próximas.

Eso en nuestro país. Pero desde países vecinos nos llegan noticias igual de preocupantes o más, si cabe: el ejecutivo ultraderechista italiano de Giorgia Meloni ha iniciado una lucha particular contra las familias no normativas. Desde el Ministerio del Interior italiano se ha ordenado a los alcaldes que dejen de registrar a los hijos de parejas homosexuales. En Padua se ha dado una vuelta de tuerca a esta medida infame e inhumana y se ha aplicado a niños y niñas que nacieron y fueron inscritos desde el año 2017 hasta el presente. Más de treinta familias han recibido la notificación de que deberán eliminar el nombre de la madre no biológica en el caso de familias de lesbianas con hijos. Estas madres perderían todo derecho sobre sus hijos e hijas, que dejarían de llevar su apellido. Y lo hacen esos que dicen defender a las familias. 

Tenemos motivos para preocuparnos. Se ponen en marcha en nuestro país medidas similares a las aplicadas en países como Hungría o Polonia, que nos espantaban pero que no creíamos que fuéramos a sufrirlas en España. Vemos caer una lluvia de piedras contra la igualdad.


MOVILIZAR AL FEMINISMO

MOVILIZAR AL FEMINISMO

Shock es la palabra más escuchada desde la noche del 28-M hasta ahora. Entre el tsunami conservador, que deja un mapa de España que ha virado de golpe al azul (o peor aún, al azul verdoso), y el anuncio de las elecciones para el 23 de julio, la ciudadanía aún no se ha repuesto de tanta conmoción. Se suceden las noticias en cascada, si pestañeas te pierdes algo. 

La época post COVID está siendo un tiempo de incertidumbre (energética, climatológica, bélica, demográfica), una incertidumbre que lanza a una parte del electorado a los brazos de partidos ultras. Ninguna novedad, esto es un clásico. Estamos viviendo un cambio de ciclo en todo el mundo, no solo en España, lo cual es poco consuelo. Ahí están Erdogran, Meloni o el incombustible Trump que amenaza con volver. Por desgracia estos cambios de ciclo siempre los pagan los mismos. Y muy especialmente las mismas. 

El feminismo está siendo la gran revolución pacífica de este siglo, una revolución que desborda los límites de la mera igualdad hombre-mujer y propone un modelo distinto de sociedad, un modelo socioeconómico más racional (son las mujeres las que están liderando los grandes retos ecológicos en todo el mundo), donde quepan personas de otros orígenes, una sociedad más abierta, más amplia, más plural. Pero toda revolución tiene una involución. La agenda de la derecha está diseñada a partir de una gran línea maestra: el retorno a una identidad rígida. Un único modelo de país, un único modelo de sexualidad, de familia, de fe, un rechazo al extranjero. O sea, religión, españolismo, homofobia, xenofobia y machismo. Esa identidad está atravesada por la construcción de un hombre dominante y una mujer sumisa, una mujer que sea lo que ha sido hasta hace bien poco: madre y esposa, complaciente y entregada a los demás, descanso del guerrero y ángel del hogar.

Nos amenaza una negra nube de machismo. 

Ahora debemos preguntarnos qué va a pasar con la lucha contra la violencia de género con unos partidos que niegan que exista a pesar de que cada semana están siendo asesinadas mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Y la niegan porque aceptar la evidencia de que existe, sería aceptar que existen la desigualdad y el dominio de los hombres sobre las mujeres, culpable de esa violencia. En estos últimos días han sido asesinadas cinco mujeres. Si no hay un análisis específico de la violencia de género y no se dota de medios la lucha contra esa masacre silenciosa, jamás conseguiremos avanzar. Pero, claro, cómo será esa lucha contra este tipo de violencia en la próxima legislatura autonómica cuando, por ejemplo, en Valencia hay un candidato a presidente autonómico, Carlos Flores Juberías, de Vox (clave para que el Pp gobierne) que está condenado a un año de prisión por maltrato.

Qué va a pasar con el derecho al aborto. No se nos puede olvidar la propuesta disparatada y antediluviana de Vox en Castilla-León de un Juan García Gallardo que pretendía que las mujeres que decidieran interrumpir su embarazo debían hacerse antes una ecografía en 4D y escuchar el latido fetal. Y que sigue insistiendo en que las medidas «contra el aborto» son «de obligado cumplimiento».

Qué va a pasar con la comunidad LGTB+ con una gente en el gobierno que cree en las terapias de conversión a la sexualidad única y verdadera. Eso en un país donde estamos viviendo el preocupante aumento de casos de violencia y acoso contra homosexuales, transexuales y lesbianas. 

Qué va a pasar, en fin, con las medidas por la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, contra la brecha salarial, por la igualdad de oportunidades, contra el techo de cristal, con gobiernos autonómicos y locales cuyos representantes son los inventores del término feminazi. Para que vayamos preparando el cuerpo, Feijóo ya ha anunciado esta semana que apuesta por eliminar el Ministerio de Igualdad, recurrente reivindicación de Vox. Al parecer, en este país igualdad es lo único que sobra.

El mundo necesita al feminismo porque feminismo significa igualdad de derechos y deberes para mujeres y hombres, ni más ni menos. No es una opinión, es un hecho, recogido por todo texto constitucional avanzado. Puede parecer una simpleza, pero debemos tener la frase a mano porque nos va a tocar hacer mucha pedagogía de ahora en adelante. No olvidemos que el feminismo ha cambiado a mejor la vida de millones y millones de mujeres en todo el planeta. Para evaluar la dimensión de ese cambio solo hay que pensar en la vida que llevamos nosotras y la que llevaron nuestras madres y abuelas.

Estamos en shock con el catastrófico resultado electoral para las izquierdas. En shock con el anuncio de elecciones generales para el 23 de julio. Pero no podemos perder el foco. La izquierda debe movilizarse porque cuatro años de gobierno Pp-Vox arrasarían con los logros conseguidos en el avance de la igualdad. Debemos aparcar las legítimas diferencias de pensamiento que hay en la izquierda (y que son su fortaleza y su debilidad) y actuar en bloque.

Y la movilización de la izquierda pasa por la movilización del feminismo. Nos va mucho en ello, compañeras. 


martes, 11 de abril de 2023

VIENTRES Y CORAZONES

VIENTRES Y CORAZONES

Todo parece indicar que el debate del año versará sobre órganos humanos, en concreto sobre vientres y corazones.

Por si alguien no ha visto aún la portada de una célebre revista del corazón, pondré un poco de contexto: una mujer famosa aparece en la foto saliendo en silla de ruedas de una clínica con un bebé en brazos. No, no ha dado a luz, tiene 68 años, hubiera sido un milagro, de la ciencia o de los otros. Ha pagado a otra mujer para que se quede embarazada, pase los nueve meses de incomodidad, náuseas, vómitos, cambios hormonales, dolor del parto y ese largo etcétera que es un embarazo y después de todo ese proceso le entregue a ella el fruto de su vientre. Para que la madre entregue la hija que ha gestado a la parte contratante de la primera parte. Pero vemos que de las dos partes de esta transacción económico-sentimental solo importa el socio capitalista. Es la perversión del mercado.

Cuando pagamos por algo, ese algo se convierte inmediatamente en una cosa.  Si esto lo llevamos a la llegada de una criatura al mundo, estamos aceptando que se puedan comprar seres humanos. Ahora le podemos llamar como queramos (gestación subrogada, maternidad de intención, paternidad comitente) para que el lenguaje oculte la dureza del hecho, pero el hecho no cambia y si media dinero, es compraventa. El que en el contrato de subrogación al importe entregado se le llame “compensación” en lugar de “pago” solo añade cinismo al hecho, no justicia. El altruismo es uno de los argumentos más utilizados para justificar esta práctica. Paradójicamente solo son altruistas las mujeres pobres, qué casualidad.

Hay un dilema sobre el deseo de tener hijos y el derecho de conseguirlos a cualquier precio, sobre cómo el neoliberalismo convierte, gracias al dinero, los deseos de paternidad/maternidad de personas occidentales en derechos, frente al derecho al propio cuerpo (esta vez sí, derecho) de mujeres económicamente vulnerables. No nos puede valer todo, no todo lo que se acepta es aceptable.  Como sociedad nos estamos haciendo esa pregunta, pero la discusión, lejos del debate serio que debería ser, se está tiñendo de rosa víscera cardiaca. Durante toda la semana, el debate en los programas del corazón (con audiencias masivas, como sabemos) versaba sobre si la foto era un robado o un pactado. Algunos opinaban que, sin duda, era un robado porque cómo va nadie a comerciar con un momento tan íntimo, por favor. Sí, estáis leyendo bien:  lo grave, lo inmoral no es la compra del bebé sino la venta de la foto. 

Posteriormente, en un inesperado giro de los acontecimientos, se descubre que la criatura ha sido gestada con material genético del hijo de la famosa, fallecido por cáncer. Y aquí ya sí que se abandona definitivamente el debate serio para instalar la discusión en el culebrón turco. La coartada que justifica este acto ilegal e inmoral es el dolor de una madre que ha perdido un hijo. Todos empatizamos con ese humanísimo dolor, olvidando que no es la única que lo ha sufrido, que hay muchísimas madres que han perdido hijos. Olvidando que ese dolor no puede bajo ningún concepto entregar patente de corso para que esté justificado todo lo que el dinero pueda pagar. Olvidando que el sufrimiento combinado con el dinero no puede ser la coartada que nos permita traspasar una barrera humana. 

En los medios de comunicación se está aprovechando esta noticia para hacer un lavado de imagen abrumador a los vientres de alquiler, para hacer una campaña masiva a favor de una práctica que es ilegal y cuya ética está más que en entredicho. La discusión suele plantearse a partir de la foto de la portada: si es robado o pactado, quién estaba al corriente y quién no, cómo se llamará la criatura, de manera que la fase previa, la de pagar por obtener un bebé, se da por aceptada. 

En el debate sobre vientres de alquiler esta noticia supondrá un antes y un después y por desgracia la balanza se inclina del lado de la mercantilización porque no hay nada más eficaz que la emoción para justificar un acto humano. Hasta el dolor de los ricos es más valioso que el de los demás: gracias a ese dolor ellos tienen la comprensión pública para clonarse un nieto con el material genético del hijo. Ellos que pueden pagarlo.



viernes, 7 de abril de 2023

¿QUÉ DERECHO?

¿QUÉ DERECHO? 

Las agencias que ofrecen el servicio de gestación mediante vientres de alquiler aluden al derecho a la procreación. Pero el deseo de procrear no es ni ha sido nunca un derecho. Y desde luego, el deseo de procrear de las personas occidentales con alto poder económico no puede convertirse en derecho por vía económica frente al derecho al propio cuerpo (esta vez sí, derecho) de las mujeres pobres. En el debate sobre vientres de alquiler comprobamos cómo el poder adquisitivo despoja a unas personas de un derecho genuino para dárselo de forma espuria a otras. El neoliberalismo pretende convertir en derecho todo aquello que el dinero pueda pagar y considera legítimo comprar y vender cuerpos de personas. ¿Qué cuerpos? Los de las mujeres, claro, que es la parte de la población más precarizada económicamente. Se pone el foco sobre la ansiedad de esas pobres parejas que no pueden gestar, sobre su sufrimiento al no poder formar una familia, se recuerda lo esperados y lo amados que serán esos bebés (como concluye el frívolo artículo de Rosa Montero en El Paísdel pasado 7 de mayo). Pero igual se podría haber puesto el foco sobre el sufrimiento de las personas que están esperando un riñón o una córnea o un hígado. Si seguimos esta lógica de compra-venta neta, estaremos de acuerdo en que estas personas verían acortado su padecimiento si se legalizara la libre venta de órganos y, al mismo tiempo, hombres y mujeres pobres podrían mejorar su situación económica vendiendo un ojo o un riñón o parte de su hígado ¿Por qué no? Si dinamitamos los límites de lo humano ¿por qué dejar aún esa barrera? Yo diría que es porque todavía existe un escrúpulo en generalizar la comercialización del cuerpo de los hombres. Pero el cuerpo de las mujeres, ése, siempre ha estado en almoneda, ese mercado ya existe merced a la prostitución; se trata sólo de darle otro uso, se trata sólo de ampliar el negocio abriendo una línea de venta específica, aprovechando un nicho de mercado en plena expansión.

"¿Y las madres? Son vientres de alquiler, no podemos llamarlo maternidad subrogada ya que precisamente esta práctica consiste en borrar a la madre del esquema"

Libertad.Según Karl Marx, “el reino de la libertad empieza donde acaba el reino de la necesidad”. En el mismo sentido Kant decía que aquel ser humano cuyo sustento depende de la voluntad arbitraria de otra persona o clase o género, no es libre. Así que estas mujeres que se prestan voluntariamente a gestar los hijos y las hijas de otras personas están muy lejos de ser libres. Y sin embargo, aquellos que defienden la gestación subrogada hacen de la libertad su bandera, poniendo al mismo nivel la libertad de quien lo tiene todo frente a la libertad de quien no tiene nada, como si fueran una sola y la misma libertad. En realidad lo que sucede es que los privilegiados ejercen su libertad contra las desposeídas. Ellas aceptan, sí, pero no todo lo que se acepta es aceptable, no basta que las partes se pongan de acuerdo: nada que atente contra la dignidad humana debería ser aceptado. El hecho de que se pague por una actividad la convierte en consensuada, pero no en socialmente válida.

Inversión. En los contratos de subrogación no se contempla siquiera el que, eventualmente, la mujer se pueda arrepentir y quiera quedarse, al cabo de los nueve meses, con el fruto de su vientre, gestado por ella, alimentado con su linfa y sus huesos, arriesgando su integridad mental y física. Esto es así porque prima claramente la parte crematística sobre la humana, porque el contrato no es equilibrado, porque quien tiene el cien por cien de los derechos en este contrato es la parte que suministra los fondos económicos mientras que la que aporta el material físico y psicológico, humano al fin, no tiene nada, ningún derecho fuera del pago estipulado. Se protege la posición del que compra y es necesario que el pagador sepa que no corre ningún riesgo y que tenga la completa seguridad de que su inversión no se verá defraudada en ningún caso.

¿Maternidad? Cuando alguna celebridad se ha presentado a los medios con su criatura o criaturas gestadas gracias a este método, nadie ha preguntado por la madre, a quién le importa. El pagador sí es visible, se relata su periplo: ha tenido que viajar lejísimos, ha tenido que aparcar por un corto tiempo su carrera, estaba emocionado o emocionada esperando que nacieran las criaturas, que todo saliera bien. Pero ¿qué hay de la madre? Nada. Nada. Ha sido poco más que un horno cocinando un bizcocho. Son vientres de alquiler, no podemos llamarlo maternidad subrogada ya que precisamente esta práctica consiste en borrar a la madre del esquema. No existe la madre porque no existe la persona. La mujer es “recortada” hasta quedar reducida a un mero órgano reproductor que generará el producto que el comprador espera. Sólo que ese producto es otra persona. El lenguaje no es inocente, se utiliza un eufemismo descarado para ocultar una realidad inhumana como lo es el uso de mujeres pobres como simples incubadoras. El hecho de que se pague por ello ni lo legitima ni lo dignifica.

Sentimientos. En la publicidad de la Surrofair, en los anuncios de las agencias, todo es cálido y amoroso, todo son sonrisas envueltas en luz tenue y colores suaves. Se excita la sensibilidad de las personas inclinadas a formar una familia. Se explotan los sentimientos. ¿Los sentimientos de quién? De los que pagan, por supuesto. Las mujeres que gestarán los hijos de esas parejas o personas individuales no tienen derecho a tener sentimientos. Lo pone su contrato. Nuestra sociedad empatiza mejor con los deseos de personas occidentales con dificultades para procrear que con el potencial trauma de mujeres del tercer mundo, cuya visión sobre el tema queda completamente en la sombra.

Se genera, pues, con esta práctica un mundo un poco más deshumanizado, donde los únicos sentimientos que cuenta son los de aquellos que pueden pagárselos.

Hay un video de una de estas clínicas en el que vemos a una mujer hindú dar a luz, le muestran al bebé brevemente antes de llevárselo para siempre, ella le acaricia la mejilla y llora. "¿Por qué lloras? –le preguntan– ¿No estás feliz?"


domingo, 2 de abril de 2023

CUENTOS TERRORÍFICOS PARA NIÑAS PEQUEÑAS

CUENTOS TERRORÍFICOS PARA NIÑAS PEQUEÑAS

Es sabido que el aprendizaje del rol que debemos desempeñar en sociedad nos llega por distintas vías. En nuestra socialización los cuentos y las canciones infantiles, como expresiones culturales que entretienen y educan a la misma vez, juegan un papel fundamental. El contenido de estos transmisores culturales no suele ser neutro. Los cuentos y las canciones infantiles están inmersos en una sociedad y no son ajenos a ella. No son específicamente aleccionadores, o sea, no tienen la intención concreta de instruir en unos determinados valores y sin embargo lo hacen porque son generados por el mundo de pensamiento que nos envuelve y que ha sido y es profundamente machista: 

Veamos algunos ejemplos:

La cancioncilla “Al pasar la barca”:

Al pasar la barca/Me dijo el barquero/Las niñas bonitas /no pagan dinero./Al pasar la barca/me volvió a decir/las niñas bonitas/no pagan aquí./Yo no soy bonita/Ni lo quiero ser/Yo pago dinero/Como otra mujer.

Esta canción la cantábamos las niñas (nunca los niños) al saltar a la comba y al jugar al elástico. Hay algo espeluznante en ser niña y aprender que hay otra forma de pagar que no es con dinero y saber que ese pago tiene que ver con ser bonita. Hay algo terrorífico en ser niña y saber que un hombre (el barquero u otro) te puede pedir que pagues con algo relacionado con tu físico, porque eres una niña bonita, porque eres joven y guapa. 

Es así como empezamos a saber que cualquier mujer es susceptible de poder o deber realizar un pago con su cuerpo, así es como empezamos a saber que los hombres pueden reclamar tener acceso al cuerpo de cualquier mujer. 

Normalizamos muy pronto que la belleza y la juventud de las mujeres son valores que los hombres tienen derecho a reclamar para su disfrute. Y lo aprendemos con canciones infantiles, de un modo tan inocente como espeluznante.

La Sirenita: en este cuento, tanto en la versión de Andersen con en la de Disney, ella entrega su voz a cambio de un par de piernas para enamorar a un hombre. La metáfora es muy esclarecedora. Se las consigue Úrsula, la bruja, quien la convence diciéndole:

Tienes tu belleza, tu linda cara y no debes subestimar la importancia que tiene el lenguaje corporal. Hablando mucho enfadas a los hombres, se aburren y no dejas buen sabor, pues les causan más placer las chicas que tienen pudor, ¿no crees que estar callada es lo mejor? ¡Vamos! No lograrás tu meta conversando, escúchame y no te equivocarás. Admirada tú serás si callada siempre estás, sujeta bien la lengua y triunfarás

Y ella, por supuesto, renuncia a su voz. A su voz, a su cola de sirena, a su familia y a su medio natural, el mar, para poder estar al lado de un hombre. Eso sí, sin molestar con su cháchara y con sus ideas, muda depositaria del destino que se decida para ella. El sacrificio es desproporcionado puesto que todo lo que ella sabe del príncipe es que es un mal nadador y que es guapo. En la versión de Andersen ella nunca llega al corazón del príncipe y acaba convertida en espuma de mar, o sea, acaba en la irrelevancia total. En la edulcorada versión de Disney se nos presenta una lucha entre dos mujeres para conseguir la atención de un hombre (todo un clásico), de la que Ariel sale triunfadora. Pero no deja de dar miedo el destino que se les va marcando a las niñas con cada cuento.


En Aladdín el amoroso padre de Jasmine, a pesar de todo su cariño, prefiere entregar el reino a un ladronzuelo callejero y mentiroso antes que a su propia y única hija. Y así es como se inicia nuestro aprendizaje en el hecho de que el testigo de poder pasa de un hombre a otro, poniendo la fratría masculina por encima de los lazos familiares. Las mujeres son excluidas sin pestañear de los círculos de poder. El papel de Jasmine es testimonial e irrelevante: ella se limita a esperar ser rescatada de su propio destino. Solo le reclama al padre poder casarse con quien ella quiera y no por obligación. No le pide regir los destinos del país, siendo como es la sucesora, no está interesada en el poder solo en el amor, esa vieja y efectiva trampa del patriarcado para las mujeres. Y si esto es así en la familia, imaginemos en el trabajo o en la política o en la universidad...

Estos son solo unos pocos ejemplos. Así han estado las cosas hasta ahora. Nos toca entre todas cambiar el cuento.





EL FEMINISMO EN LA VEJEZ

EL FEMINISMO EN LA VEJEZ


Algunas mujeres han llegado al feminismo a edades ya muy avanzadas: setenta años, ochenta años. El trabajo, la crianza de hijos e hijas y unos compañeros poco empáticos (por decirlo suavemente) las han mantenido alejadas de la vida pública y del devenir de los tiempos. En muchos casos han estado aisladas: no estaba bien visto que una mujer estuviera fuera de su casa, la socialización femenina ha estado siempre bajo sospecha. No han tenido contacto con los movimientos de liberación de las mujeres, los han visto en televisión sin pesar que eso podía tener que ver con ellas y con sus vidas, algo que se acentúa en el caso de las mujeres en el ámbito rural: un bar de pueblo es un bar donde solo entran hombres. El aislamiento de las mujeres, la obligación de permanecer dentro del hogar ha sido una de las claves de la construcción del patriarcado.

Pero al liberarse de los trabajos, de la doble jornada, al crecer los hijos e hijas y marcharse de casa, en ocasiones también al enviudar, han encontrado el tiempo para entrar en contacto con otras realidades. Y se han liberado. A su edad, dicen ellas. A veces la relación con las nietas (a menudo más relajada que con las hijas) las ha acercado al feminismo. En otras ocasiones han sido charlas en centros de la tercera edad o en los ayuntamientos; la posibilidad de poder salir, de viajar, las ha conectado con otras mujeres, las ha ayudado reflexionar sobre sus vidas. El feminismo les ha servido para revisar y revisarse. Para comprender, para iluminar zonas de su trayectoria vital que estaban en sombra. Y se asombran de sí mismas, de la vida que han llevado, de su contribución involuntaria, por desconocimiento, al patriarcado educando a las hijas para servir y a los hijos para ser servidos. Igual que las educaron a ellas, algo de lo que solo conscientes ahora. Qué tontas éramos, dice una. Cómo si hubiera tenido otra opción. El feminismo les ayuda a comprender sus vidas, a contemplarlas bajo otra luz. Y se sienten agradecidas. Hablan entre ellas, ahora dicen cosas como eso es el patriarcado o bien ella está sometida al marido y no se da cuenta. 

Es tan interesante escuchar sus conversaciones:

- Éramos muy ignorantes. Figúrate yo, que no sabía lo que votaba, era mi marido el que me ponía el voto en la mano. Y ahora mira, estoy aquí con vosotras. 

- Pues mi marido me tuvo que firmar para que yo pudiera trabajar en la fábrica, sin eso en aquellos tiempos no hubiera trabajado. Y de qué habríamos vivido, que éramos siete de familia.

La conversación va cambiando de rumbo:

- Pues mira, si se acuesta con otro muy bien que hace.

- Yo cuando era joven, con mi novio ná de ná, porque la cosa solo se podía hacer después de casados. Y el cura me decía que me tenía que confesar igualmente porque podía estar teniendo pensamientos impuros, ¡ja ja ja!.

- Con cincuenta años y cinco hijos yo no sabía lo que significaba la palabra sexualidad, imagínate lo atrasada que estaba, ¿te lo puedes creer?

Son conscientes de la dureza de sus vidas:

- Las mujeres de ahora no pueden entender lo que hemos pasado. Las jóvenes piensan que la vida es así como ellas la conocen, pero ha costado mucho trabajo salir adelante. Y es una pena, pero todavía hay muchas mujeres que tienen un ramalazo de antes, algunas son muy antiguas.

Aún les resulta difícil desprenderse de su papel de cuidadoras.

- Cuando me fui al crucero le dejé a mi marido el frigorífico lleno de comidas y todo en orden. Es que es muy torpe.

Ponen en cuestión sus actitudes de antaño:

- ¿Os acordáis? Antes si el marido llevaba una mancha, decíamos que la marrana era ella.

- Como si ellos fueran críos. Había que darles todos los caprichos. Así han salido…

Y se proyectan hacia el futuro:

- Yo antes como a mi marido no le gustaba el teatro pos yo no iba y ahora sí voy. 

Y para todas ellas ese sencillo gesto es una revolución y una heroicidad. 



LAS HERIDAS DE LOS VIENTRES DE ALQUILER

LAS HERIDAS DE LOS VIENTRES DE ALQUILER 


Cuando se habla de maternidad subrogada, se suele poner el foco en el deseo de las parejas de tener descendencia, los padres y madres “comitentes” (uno de los eufemismos utilizados), con toda su carga emocional, son el centro de atención. Las mujeres que prestan su cuerpo para gestar los hijos de otras personas suelen quedar en un segundo plano, muy alejado de la ternura, el deseo y el anhelo de los pagadores de este servicio. El sufrimiento físico y psicológico de las que prestan su cuerpo no es relevante, ellas no ponen dinero, sólo su aparato reproductor, y ésta es una categoría inferior. Pero el elemento que queda definitivamente fuera del plano es el producto de esa transacción económico-sentimental: el bebé. Cuando un recién nacido es separado de forma traumática de su madre se produce lo que se conoce como herida primal, una pérdida equivalente a que la madre muera durante el parto. Que una madre, por los motivos que sea, no quiera o no pueda hacerse cargo de su hijo es algo que le puede pasar a una criatura; los eventuales padres adoptantes serían los encargados de reparar ese daño con su amor. Pero en el caso de los vientres de alquiler, esta violencia está prevista, consensuada y contratada, para mayor comodidad de los padres “de intención”, al objeto de evitar que la madre genere un vínculo sentimental hacia el recién nacido. El que un bebé sea separado de la madre nada más nacer es para la criatura una herida y la huella de ese dolor permanece. Hace pocas fechas se ha llevado con éxito al parlamento regional murciano una propuesta de modificación de ley que garantice que los neonatos puedan permanecer junto a sus madres “piel con piel” nada más nacer. Según esta propuesta, el contacto madre-hijo favorece la estabilización de las constantes vitales del bebé, de su temperatura corporal y de su ritmo respiratorio. Por el contrario, la separación del bebé recién nacido del cuerpo de su madre, da lugar a gritos de angustia, búsqueda de la posición fetal y otras conductas propias de la percepción de peligro del bebé: patrón de "protesta-desesperación". (1) Según el pediatra Ricardo García de León, “que madres e hijos no se separen tras el nacimiento es una norma clara biológica. Todos los mamíferos la cumplen. Las primeras horas son clave para que un recién nacido se pueda adaptar a su nuevo medio de vida” (2). Este derecho natural se está hurtando a los nacidos mediante maternidad subrogada. Una violencia, en el caso de los vientres de alquiler, que es ejercida por aquellos que han pagado por ser padres, inaugurando con ella el vínculo paterno-filial.


Todas las personas tenemos derecho a conocer nuestro origen. Es un derecho reconocido por la mayoría de las legislaciones y garantizado por la Convención sobre los Derechos del Niño. Los niños y niñas adoptados pueden, si así lo desean al ser mayores, conocer quiénes son sus padres biológicos, rastrear su origen. A veces es difícil, sobre todo en las adopciones internacionales, pero no imposible. En la mayoría de los casos de los vientres de alquiler, este derecho es conculcado. La madre es conminada a desvincularse por contrato de la criatura y ésta ya no puede tener opción a saber cuál es su origen, nunca podrá saber quién ha sido su madre. La máxima latina “mater Semper certa est” ya no es válida. Cuando un derecho no es universal, sino que es aplicado de forma arbitraria, entonces se convierte en un privilegio y un privilegio es una gracia que obtienen quienes pueden pagarla. En el caso de los niños y niñas nacidos merced a la gestación subrogada, sus derechos están siendo sistemáticamente cercenados. 


Hay otro derecho que la práctica de la maternidad subrogada se lleva por delante: el derecho a filiación. Este derecho se da de forma natural de madre a hijo y de hijo a madre, es inalienable e intransferible, al menos lo ha sido hasta ahora. Pondré un ejemplo: el derecho a voto es un derecho personal e intransferible, ninguna persona puede cederlo a otra ni siquiera en el caso de que no vaya a hacer uso de él. Imaginemos una sociedad donde los mejor situados económicamente pueden decidir comprar el derecho a voto de personas más pobres. Nos parece inconcebible, ¿verdad? Y sin embargo algo aún más grave se está dando en el caso de los vientres de alquiler, en un tema tan sensible como la gestación de un ser humano. ¿En qué momento hemos decidido que este hecho pueda ser posible?, ¿De qué manera tan sutil e imperceptible la lógica del mercado ha tomado esta decisión por nosotros y nosotras? ¿Cómo es posible que haya gente que se haya dejado convencer con tal facilidad? 


La publicidad de una clínica ucraniana de gestación por sustitución dice lo siguiente: “Nuestras donantes saludables, jóvenes y muy atractivas son un gran orgullo de nuestra clínica. Las madres de alquiler están bajo el control y tutela de los coordinadores durante 24 horas al día, por eso la clínica es responsable no sólo del estilo de la vida, sino también de la alimentación y exámenes médico necesarios para su tranquilidad y de la madre subrogada”. Asusta ponerse en la piel de una de estas mujeres que han de ser “saludables, jóvenes y muy atractivas” para ser luego controladas y tuteladas por la clínica, estas mujeres híper hormonadas que van a gestar una criatura para inmediatamente entregarla a otras personas. Se da además la circunstancia de que, en muchos casos, el parto es programado o incluso se realiza una cesárea, al objeto de que los pagadores del servicio puedan estar durante el alumbramiento, porque ellos son los más importantes: son los inversores. No se tiene en cuenta que inducir el parto, cuando no es imprescindible, conduce a un mayor sufrimiento fetal así como a riesgo de hemorragia posparto. Lo más difícil de imaginar es cómo será un postparto sin bebé en el que las hormonas indican a la madre que el hijo está muerto. Tras entregar al bebé, las mujeres pueden sufrir remordimientos, trastornos emocionales y depresión. Será problema de ellas ya que la transacción acaba con la entrega de la criatura, por tanto la posterior atención médica que ella pueda necesitar no es asunto de los “comitentes”.


Podemos decir que el cuerpo de las mujeres es el terreno donde pueden confluir todas las violencias. La última de esas violencias, los vientres de alquiler, está intentando pasar el filtro social poniendo el foco en las parejas que no pueden gestar y ocultando de forma torticera los sufrimientos de las madres de alquiler y de los bebés fruto de esa transacción. De nosotros depende que esa nueva violencia no se normalice porque si aceptamos la conculcación derechos humanos como el derecho a conocer el origen, el derecho a filiación y el derecho natural del bebé a estar en contacto con el cuerpo de su madre nada más nacer, si aceptamos la mercantilización de los cuerpos de las mujeres como un elemento más del mercado, habremos perdido una batalla fundamental de los derechos de las mujeres en particular y de los derechos humanos en general.



(1) Clara Sáez de Tejada, componente del colectivo que ha lleva esta propuesta a la Asamblea regional, ha proporcionado la información.

(2) https://elpais.com/sociedad/2018/11/19/actualidad/1542615691_043105.html


 



sábado, 4 de marzo de 2023

SOLASTALGIA

SOLASTALGIA

Tengo un sentimiento que solo podía expresar mediante una paráfrasis porque aún no había encontrado la palabra exacta: no solo desesperanza, algo más; la sensación de que les dejo a mis hijos un mundo acabado, un paisaje en ruinas, el mensaje punk de no future convertido en desoladora realidad. Me pregunto si viajamos en el vientre de un caballo de Troya que ignora que está siendo devorado por la carcoma, una carcoma que se llama pandemia, guerra, colapso ecológico, calentamiento global, crisis hídrica, extinción de especies, agotamiento de recursos, superpoblación. Quizás avanzamos por inercia, seguimos adelante, elaboramos proyectos como si fuéramos eternos, como si fuéramos a salir intactos de esto. Vemos en el telediario el cálculo de lo que tarda un misil desde Kaliningrado a Murcia (8 minutos y 13 segundos) y creemos que no va con nosotros. Creemos que nos va a dar tiempo… Queremos entrar con ese caballo en el futuro, como los aqueos entraron en Troya, pero ese caballo se va desmoronando como un iceberg a cuarenta grados, uno de esos icebergs cuyo tamaño disminuye sin cesar. Y no queremos hablar, nos atenaza algo cuyo nombre aprendemos también sobre la marcha: horresco referens, el miedo a la referencia, la angustia que nos atenaza cuando aquello de lo que vamos a hablar es de un espanto tal que excede la capacidad de ser puesto en palabras. 


Descansamos sobre lechos en llamas y aun así nos negamos a despertar. Arde el planeta, pero no queremos creer que lo que está sucediendo está sucediendo de verdad ni que tenga que ver con nosotros. El ser humano comete aquí un doble pecado: el pecado de la desmesura y el pecado de la soberbia. La soberbia le hace creer que el planeta está en función de los seres humanos y no al revés, que todos los recursos están a disposición de hombres y mujeres, que el planeta todo ha sido creado para disfrute única y exclusivamente del primate superior, sobre todo si es blanco, hombre, occidental y heterosexual. La desmesura le hace aspirar a tener más, a consumir más, a viajar más, como aquejado por una enfermedad acumulativa, un síndrome de Diógenes que le lleva a consumir y desechar bienes, experiencias y relaciones en un bucle interminable.


Crecimos impulsados por bellas utopías: la del cristianismo primitivo, tan parecido al comunismo antes de que el poder lo corrompiera, la del comunismo teórico tan parecido al cristianismo antes de que el poder y la real polítik lo corrompieran, la del flower power hasta que sus protagonistas se hicieron definitivamente adultos y se comieron las flores en caros platos de autor, la de la agricultura extensiva que iba a acabar con el hambre en el planeta hasta que descubrimos que no iba acabar con el hambre pero sí con el planeta.


Hemos construido un mundo que da miedo y todo es pura distopía. La cultura se hace eco de la realidad, y en cine, en series, en literatura proliferan los mundos distópicos. Nos preparamos para lo peor de forma inconsciente. Vivimos esperando la próxima catástrofe, la próxima guerra, la próxima pandemia, el apocalipsis. Vemos más cercano el fin del planeta que el fin del sistema económico depredador que lo devora. No sabíamos colocar Ucrania en un mapa y ha hecho falta una guerra para que sepamos que no podemos vivir sin Ucrania. Sin embargo, sus habitantes tenían que ganarse la vida fuera del país. La riqueza, como sucede tan a menudo, no pertenece al país que la produce sino a la capacidad extractora de grandes fortunas, casi siempre extranjeras, fortunas cuya única patria es su banco. Ellos gobiernan el mundo. Ellos acabarán con el mundo.


La palabra que buscaba es solastalgia, un sentimiento que los occidentales aún no habíamos experimentado, pero que sí hemos hecho experimentar a otros pueblos. La solastalgia es el dolor que sufre una comunidad tras cambios destructivos en su territorio, es el sentimiento de estar perdiendo el hábitat y con él, la cultura, las relaciones con los demás y todo lo que ello conlleva. En mi caso, que soy una picapedrera del optimismo, me pregunto cómo podremos vivir sin esperanza. Me niego a vivir sin esperanza mientras me abrazo a la tabla de salvación del ecofeminismo.