Soñando Europa
El mar, tumba de África, el mar donde miles de olvidados
cadáveres africanos sueñan para siempre el sueño europeo, un sueño mezquino y
escurridizo bordeado de valla de concertina y con trampa de fondo de mar, un
sueño que consiste en ser camarero, albañil, asistenta, prostituta, un sueño
hecho de no pasar hambre, huir de la guerra, mantener a los tuyos mandando la
exigua paga, un sueño como una dura carrera de obstáculos donde la menor
preocupación es el desprecio europeo por el africano que viene a ocupar un
puesto de trabajo de ínfima calidad, un sueño europeo como un campo minado de
explotación, xenofobia, trata de mujeres, cárcel en forma de CIE, esa cárcel
encubierta donde el único motivo para que te encierren es ser africano pobre y
que aún así sigue siendo mejor que morir de hambre, persecución y guerra en el
bello continente africano. Hoy, otros catorce cadáveres africanos sueñan en el
fondo del mar porque las pelotas de goma de la guardia civil les impidieron
alcanzar la orilla. Cómo puede ese mar albergar tantos sueños eternos, cómo
puede custodiar tanta muerte sin crecer, levantarse en una ola gigante y
tragarse de un trago la mezquindad europea con sus aires de guardián de Europa
y su ridícula superioridad de raza.
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