LOS GOYA
Ha pasado la gala de los Goya que llegó como llegan las
golondrinas a la primavera: con puntualidad, ruido de graznidos y vuelos
raudos. En la gala los directores, actores y demás familia protestan, se suelen
sumar a la protesta que haya en vigor en
ese momento. La protesta, como sabemos, en general es de izquierdas, a menos
que se reivindique recortar derechos ciudadanos (derecho al matrimonio gay,
derecho al aborto…) y entonces es de derechas. Pero a éstas últimas no se une
el mundo de cine. Éste suele recoger la voz de la calle. La derecha, la
derechita y la derechona se rasgan las vestiduras, se une al linchamiento la
prensa del corazón y otros órganos internos: ¡una entrega de premios convertida
en un acto político, hasta ahí podíamos llegar, qué vergüenza, encima que son
unos subvencionados, más les valdría callarse!, éste es el discurso, muy
resumidito. Bueno, vamos por partes: en este país, el cine está subvencionado,
sí, como otras actividades culturales, pero no lo suficiente, también como
otras actividades culturales. Pero es que también están subvencionados los
partidos políticos, los sindicatos y hasta la patronal, y eso de que esté
subvencionada la patronal sí que debería escandalizarnos. Pero no, nos escandaliza
que se subvencione una actividad cultural. Bueno, cosas de este país. No,
miento: cosas de las empresas mass media de este país a quienes les interesa
vapulear y ridiculizar las legítimas protestas ciudadanas. Y por dios, que
éstas no se mezclen con el glamour, que eso es como mezclar caviar y chorizo.
En fin. Pero no he acabado. Vamos al meollo de la cuestión: ¿política en una
entrega de premios?, muy mal. Este es el mensaje. Pues queridos y queridas, ¿no
es política la simple convocatoria de los premios Príncipe de Asturias, creados
para promocionar una sucesión monárquica estafadora y espuria y no es éste un
premio creado específicamente a mayor gloria del heredero?, ¿no es política el
concurso infantil “qué es un rey para ti” con toda su carga de culto a la
personalidad?, ¿podría ser más político el desfile de las fuerzas armadas y más
tendencioso el denominado día de la hispanidad?, ¿no es política de
confesionalidad religiosa la presencia de un obispo en cada funeral de
estado?, ¿es necesario que siga?, ¿a que
no?, ¿a que os dais cuenta vosotros también de que todo es política, pero que
sólo se crítica hasta la extenuación y el ridículo aquella que refleja demandas
populares? Pues eso.
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