POPULUS ALBA
Esta semana han entubado otro tramo de
acequia, esta vez en Zeneta, algo que además de perfectamente innecesario y
caro, es un desastre medioambiental. Han destrozado una hermosa arboleda
compuesta por álamos y olmos. Populus nigra se llaman los álamos cuya hoja es
verde en haz y envés. Populus alba los álamos con hoja de envés
plateado, una amiga dice que cuando mira sus hojas que producen reflejos
metálicos a la luz del sol, casi está esperando oírlas tintinear. Estas
acequias se habían dejado perder, se embozaban por la falta de limpieza,
generaban olores e insectos. Pero la solución no es entubar, sino limpiar y
mantener las acequias en buen estado como se ha hecho siempre, que es justo lo
que no se está haciendo por parte de la Junta, el órgano gestor, la misma Junta
que impulsa el entubamiento y regala los tubos, interesados como están por
ocultar la cantidad de agua que corre por los cauces pues al parecer la están
vendiendo en negro, presuntamente.
Los vecinos están de acuerdo porque su visión del asunto
ha sido manipulada. Supongo que la mayoría de ellos habrán visto Avatar,
supongo que se les habrá hecho un nudo en la garganta al ver destruir el árbol
sagrado de los Nabii, imagino que se habrán puesto de parte del pueblo que ve
su ecosistema amenazado. Pero los malos de la peli son fáciles de distinguir,
les delata la avaricia y la soberbia al uno, al otro la ira; pecados capitales
sin matices, para no liar. Algo muy sencillito y que induce al público a
alinearse con los buenos de forma automática. Al mismo tiempo, detrás de
sus casas se destruye una hermosa arboleda, y no es la primera ni la última,
todo forma parte de un plan de destrucción masiva cuyo fin es dejar
la huerta como la M30. Pero eso les parece bien, no son capaces de
ver el alcance, la atención de la gente está fragmentada y tergiversada. A los
compañeros de la Asociación de defensa de la Vega de Granada, cuando empezaron
a tocar temas candentes, les dijeron las autoridades que lo que
tenían que hacer era ocuparse de la Amazonía y dejarse de cosas que no conocían
bien. Esas cosas que al parecer no conocían bien eran sus tierras,
su medio de vida, su entorno. Pero cuando se facilita que el personal centre su
atención en asuntos lejanos, reales o ficticios, se consigue que la
rabia y la indignación se deriven, se diluyan y acaben por perder fuerza.
Mientras que esa misma indignación focalizada en algo que está ocurriendo en la
puerta misma de tu casa, cada vez cobrará más fuerza.
Los huertanos creen que poner tubos es el progreso. Pues no,
no es ni progreso ni retroceso: es el camino de la destrucción por la vía de la
desertificación y el cambio climático. Los compañeros de Granada llevan a cabo trabajo medioambiental en centros educativos, y dicen que
cuando un niño o una niña está educado en la conservación de su entorno, la
familia empieza a estar educada. Aquí nos queda por delante una laaaarga
labor educativa.
Lo del sábado fue muy triste, la verdad, dan ganas de
ponerse a llorar, pero no queda tiempo, hay mucho trabajo por hacer y no
podemos dejarlo para luego porque, como dice Ovidio: "La gota abre la
piedra, no por su fuerza sino por su constancia". Y quien dice
piedra, dice hormigón.
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