RENOVATIO
Pablo Casado ha ganado las
primarias de Partido Popular frente a Soraya Sáez de Santamaría, convirtiéndose
en su nuevo presidente y candidato a la presidencia del gobierno español. El PP
se renueva haciéndose un poco más de derechas, si es que esto era posible. ¿Cómo
cuánto más?, pues, a ver: propone regresar a la ley del aborto de 1.985,
ilegalizar partidos independentistas, defender políticas aún más conservadores
en lo referente a vida y familia, migración, educación, relaciones con la
iglesia… Vamos, que para el PP los viajes en el tiempo existen sin necesidad
del Delorean, siempre que sean hacia el pasado.
El video anónimo “Cuéntame
cómo vais a renovarnos” ha sido un torpedo a la línea de flotación de Sáez de Santamaría a base de poner a caer de
un burro a viejas glorias del PP
(Arenas, Villalobos y Montoro) en quienes Soraya se había apoyado. Este video,
que al parecer ha salido de las filas de compromisarios de Casado, muestra a un
Partido Popular caduco en contraposición a este PP que ha ganado, joven,
triunfador, neoliberal a tope y con raya del pelo (más) a la derecha. El video
da cuenta también de que las puñaladas traperas entre compañeros de partido (¡cuerpo
a tierra, que vienen los nuestros!) no ocurren sólo en la izquierda. La guerra
por el poder dentro del PP ha sido sangrienta y sucia como son todas las
guerras, ha sido una pelea en la trinchera embarrada y cuerpo a cuerpo. Sirva
como ejemplo la animadversión manifiesta del ex ministro Soria, el de los
papeles de Panamá, hacia Soraya SS o las acusaciones de excarcelar etarras del
equipo de Casado hacia la vicepresidenta. Todo muy fraternal y muy bonito.
Finalmente ha ganado el macho alfa, joven y soberbio, frente a la leona que
defendía el territorio del viejo macho.
Hacia la interna ha quedado
claro que funciona bien: un candidato hombre (no olvidemos que para un partido
conservador el feminismo es, como mucho, un mero adorno), joven, apuesto (fashion trend últimamente entre los políticos
europeos) y enfrentado al aparato de un partido que cae en picado según las
últimas encuestas. La política cada vez se parece más a Gran Hermano y en este
tipo de reality shows gana
invariablemente aquel que se enfrenta al grupo hegemónico. Realmente Pablo
Casado tenía todos los elementos para triunfar.
Sin embargo, Casado es el
candidato “nominalmente” más corrupto, de hecho está al borde de la imputación.
Tiene un currículo como para enmarcar y poner encima de la tele si no fuera
porque, por lo visto, es todo mentira. ¿Qué
nos demuestra esto?, algo que ya sabíamos: que a los votantes del Partido
Popular la corrupción les chupa un pie, les importa tanto como los índices de
precipitación en Suecia. Si les incomodara de verdad no habría llegado este
partido a los niveles de enfangamiento a los que ha llegado. Sólo les interesa
que el que esté ahí encarne el ideario que se espera de un dirigente de
derechas y esto suele incluir ser corrupto, o sea que, en realidad, ese adorno
no le sobra.
La regeneración del PP consiste
en hacerse más viejunos, o cómo nos pensábamos que se iba a modernizar este
dinosaurio monolítico. Por lo que vemos, la puesta al día va a significar que
Casado se convierta en un nuevo Aznar o en un mini-Trump. Así que, resumiendo,
un presidente del PP más de derechas y por si fuera poco, bajo la sombra de la
corrupción. Todo OK. Brindemos por la renovación.
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