RUIDO
DE FONDO
Llevamos
un mes de julio como para enmarcar. Las noticias se suceden en cascada: la
ruptura de Vox con el Pp por el reparto de menores inmigrantes, la victoria
española en el mundial de fútbol, el nuevo ataque infame de Israel a las
últimas zonas seguras de Gaza, el intento de asesinato de Trump… es casi
imposible concentrar nuestra atención en un punto y las noticias se hacen
viejas al día siguiente. Nuestra atención se diluye. El calor, las vacaciones,
los viajes también contribuyen a esa disipación.
En ese
contexto, los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas quedan
en un segundo o en un tercer plano, se convierten en ruido de fondo. Pasan a
ser algo cotidiano como el parte meteorológico o los números de la bonoloto.
Cotizan a la baja en nuestro espacio de interés.
Pero
este mes de julio está siendo especialmente sangriento: ha habido catorce
asesinatos machistas en 16 días; dos de ellos un niño y una niña, lo han sido
por violencia vicaria. Las asesinadas: Ammal, Hiba y Adam en Las Pedroñeras
(Cuenca). Petra en Fuengirola (Málaga). Laura y María Angustias en Zafarraya
(Granada). Susana en Ejea de los Caballeros (Zaragoza). Rosa en Villena
(Alicante). Otra mujer, de la que no se conoce el nombre, en Antequera
(Málaga). Juliana en Buñol (Valencia). Y ahora, desde la pasada madrugada, la
policía catalana ha detenido a un hombre de 86 años como presunto asesino de su
pareja en Salou (Tarragona), a otro por matar a su expareja delante de sus
hijas pequeñas en Sabadell (Barcelona), y a un tercero en Madrid también como
principal sospechoso de la muerte de su pareja.
Siempre
se ha dicho que el verano y la Navidad favorecen la violencia de género: a más
tiempo de convivencia, mayor incidencia de conflictos. Según Victoria Rosell, delegada
contra la Violencia de Género en la anterior legislatura, los periodos fuera de
la rutina del agresor, como las vacaciones, coinciden con los picos de
violencia machista. Los asesinos atacan cuando sienten que pierden el control
sobre las mujeres a las que consideran de su propiedad y eso sucede sobre todo
en fechas de mayor relajación como el verano o mayor estrés como la Navidad.
El
asesinato es la última muestra de violencia, pero no se presenta de repente.
Esa violencia extrema ocurre al final de años de vejaciones, insultos, golpes,
control obsesivo. El hombre que asesina ya había fantaseado con ello antes de
ejecutarlo. Por eso, hay que ir a la raíz del asunto que es la erradicación del
machismo. El problema es que las leyes no se cumplen y no se hace una
valoración eficaz de los riesgos: algunas de estas mujeres asesinadas habían
denunciado y los protocolos han fallado o no se han puesto en marcha. Es
imprescindible que haya cada vez más expertos entre los profesionales que son
capaces de detectar y dar seguimiento a estas agresiones. Pero sin embargo nos
encontramos con que, en la Generalitat Valenciana, donde hasta ahora gobernaban
Pp y Vox, se ha eliminado la formación en violencia de género para los policías
locales. Y eso cuesta vidas de mujeres.
Porque
si no se conceptualiza la violencia contra las mujeres como un tipo de
violencia específica que hay que prevenir no se podrán poner los medios para
luchar contra ella. El número dos la Generalitat afirmó en unas declaraciones
que “la violencia de género no existe, la violencia machista no existe”. La
negación de la violencia de género cuesta vida de mujeres.
Han sido tantas este mes de julio que resulta difícil
incluso hacer una lista de nombres, hacer un seguimiento de las asesinadas, dar
a cada una la mínima atención que merece. Algunas no sabemos ni como se
llamaban y aparecen en la página que lleva el recuento de los asesinatos (https://efeminista.com/asesinadas-violencia-genero-espana-2024/
) como “Nombre no conocido”. Pero sus vidas y sus muertes no deben dejar de
inquietarnos. No nos deberíamos acostumbrar a estos listados sangrientos.
El verano nos dispersa, resulta difícil si no imposible,
organizar concentraciones de protesta contra esta violencia terrible. Pero no
podemos dejar de indignarnos, no pueden seguir siendo esos asesinatos mero
ruido de fondo ni para la ciudadanía ni para las instituciones.
https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2024/07/18/ruido-fondo-105772734.html
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