Los
votantes del PP dejan de comer para pagar la hipoteca. Para que luego digan que
el PP no tiene programa electoral. Aquí tenéis uno, resumido magistralmente,
porque María Dolores de Cospedal cuando se pone, se pone. Ya nos hizo un
magnífico resumen de la historia del humor español con su chiste del finiquito,
que a mí por lo menos todavía me tiene riendo hasta dormida. Pero volviendo al
tema y repito la frase porque es importante: los votantes del PP dejan de comer
para pagar la hipoteca, frase semánticamente polivalente aunque así al pronto
nos pueda parecer una tontá campestre. He aquí varias de sus lecturas:
Uno: la
gente bien (o sea, los que votan al PP) son capaces de prescindir de educación,
sanidad, servicios y finalmente, hasta de comer, para que el banco no deje
nunca de lucrarse, que es de lo que se trata. Porque dar de comer a sus hijos y
que tengan libros y que estén sanos no es tan importante como que el banco no
vea mermados sus ingresos.
Dos: no
hay traslación más acertada al lenguaje de la calle del perseguido objetivo gubernamental
de déficit cero.
Tres:
esos que tienen la jeta de andar comiendo cuando saben que le deben dinero al
banco son unos rojos perroflautas que se dedican a poner pegatinas y a ir en
pandilla a las sedes del PP a gritarnos cosas feas. Los que comen en lugar de
pagar no son de los nuestros.
Cuatro:
yendo de lo particular a lo general, el país no debe comer (ni educarse, ni
estar sano, ni tener ayudas sociales, ni disfrutar de infraestructuras…) hasta
que haya pagado el último céntimo de euro a los bancos europeos, porque ellos,
pobrecicos, sí que están pasando calamidades.
Y esto
es, en fin, lo que pretende el PP resumido en una frase. Pero temo que les puede
pasar como al labriego que quería enseñar a la burra a no comer y cuando la
tenía ya casi enseñada se le murió. Lo malo es que la burra somos todos nosotros,
votantes o no del PP.
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