viernes, 6 de marzo de 2015

AUSTERIDAD

AUSTERIDAD
austeridad.
(Del lat. austerĭtas, -ātis).
1. f. Cualidad de austero.
2. f. Mortificación de los sentidos y pasiones.

austero, ra.
(Del lat. austērus, y este del gr. αστηρς).
1. adj. Severo, rigurosamente ajustado a las normas de la moral.
2. adj. Sobrio, morigerado, sencillo, sin ninguna clase de alardes.

Austeridad en el ámbito privado debería ser: reducir el gasto eléctrico, moderar la calefacción y el aire acondicionado, utilizar de preferencia transporte público, procurar no sacar  más medicamentos que los estrictamente necesarios, cuidar el mobiliario público,  y en definitiva no utilizar los recursos públicos como si no fueran de nadie, puesto que son de todos.
Austeridad en el ámbito público debería ser: procurar utilizar el transporte público en lugar de coches oficiales, moderar los gastos de representación, recortar en consejeros y en general cargos inútiles, no cobrar dietas por alojamiento en la ciudad donde se reside, no hacer viajes privados con dinero público, no pagar coches, comuniones, arreglos en casa a cuenta del erario público, en definitiva no utilizar los recursos públicos en beneficio propio puesto que son de todos.

Austeridad es básicamente no gastar lo que no necesitamos. Pensar que el bien común merece ser tratado con tanta o mayor delicadeza que el bien privado.


Lo que se propone como “austeridad” desde las instituciones económicas transnacionales es lo que hemos conocido siempre como “ley del embudo”, o sea, que la gran masa social viva con lo justito o incluso por debajo de lo justito mientras que las élites del poder no tiene reparos en malgastar los bienes públicos a manos llenas en conceptos que nos causan vergüenza, y si no, recordemos el listado de gastos de las tarjetas black. Llamarle austeridad a echar a la gente de sus casas, a quitar a los funcionarios las pagas extras, a despojar a los inmigrantes del derecho a sanidad, mientras los que proponen estas medidas meten las manos en el erario público de forma absolutamente indecente,  no es más que una perversión del lenguaje que persigue cubrir un acto de pura maldad con una bella palabra que alude a un hermoso concepto. Así que, que lo tengamos claro, cuando hablan de austeridad se refieren a la segunda acepción del Diccionario de la RAE: 2. f. Mortificación de los sentidos y pasiones. Pero sólo para la ciudadanía, claro está.

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