VOLADURA DESCONTROLADA
Diecisiete dimitidos en el PSOE esta semana de una tacada,
diecisiete, que se dice pronto. Dieciocho con Pedro Sánchez. O sea que saber
dimitir, sabían, sólo que era un paso de baile que reservaban para cuando a
alguien se le ocurriera virar hacia la izquierda.
El Partido Socialista ha implosionado porque aquellos dirigentes
no electos y moradores de puertas giratorias le han retorcido el brazo a la
militancia para salirse con la suya que no es ni más ni menos que posibilitar
que se mantenga el statu quo con
independencia de que gobierne el PSOE o el PP, porque ésta es una cuestión
menor, como se ha podido ver.
El PSOE ha preferido hacerse el harakiri antes que gobernar
pactando con la izquierda. Pedro Sánchez ha tenido la posibilidad de alcanzar
la presidencia (era complicado pero no imposible) y sin embargo el aparato del
partido ha decidido que era mejor defenestrarlo de la forma más ignominiosa
(sólo me ha faltado el cerdo como en Black Mirror). El mensaje que manda todo
esto es el de que realmente el poder no reside en el Parlamento, que el cargo
electo es sólo un paso previo al sillón de directivo de una gran empresa
energética o de telecomunicaciones que son el poder real. Lo que pasó ayer en
el PSOE fue un auto de fe donde ardió lo que les quedaba de democracia.
Ahora el PSOE ha volado en pedazos e intuimos que el plan es dejar
que gobierne Rajoy y reconstruir el partido en los próximos cuatro años. La
pregunta es: ¿con qué materiales van a construir ese nuevo PSOE? ¿Con los votos
de los militantes de los que se han burlado cruelmente? ¿Con editoriales
mercenarios de El País? ¿Con la soberbia corrupta de Felipe González? ¿Con la
costura envenenada de Susana Díaz? ¿Con qué? ¿Cómo se reconstruye un partido
que ha perdido la confianza de sus votantes? ¿Van a lobotomizar a todo su
electorado para que olvide esta infamia? ¿De qué manera gestionarán la ruptura
entre la militancia y el aparato? Citaré
a Zapatero: buenas noches y buena suerte.
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