LOS CONSTITUCIONALISTAS DEL PIN
Un seguidor de Hombres y Mujeres y viceversa dijo en Twitter
que él creía que “viceversa” significaba “bisexual”. Les pasa un poco lo mismo
a estos constitucionalistas de nuevo cuño. Dicen “constitucionalismo” sin saber
bien lo que quiere decir, deben pensar que significa “nosotros somos los
buenos”. El arco conservador de nuestro país, con Vox encabezando el pelotón,
se cubre con la manta del constitucionalismo (idea ampliamente difundida por
algunos medios de comunicación) aunque
las ideas que defienden lo pongan en cuestión de forma permanente. Buen ejemplo
de ello es el pin parental.
Esta medida, aprobada en nuestra región por el triunvirato
“constitucionalista” Vox, Cs y PP, autoriza a los padres a bloquear de manera
individual el acceso de sus hijos e hijas a actividades extraescolares
previstas por el currículo escolar. Una decisión que se lleva por delante leyes
educativas, libertad de cátedra, principios de respeto y tolerancia… En fin,
una apisonadora en forma de ley.
Ignoran que nuestra Constitución prevé unos valores comunes
para la convivencia que no son cuestionables. Valga como ejemplo (y pido
disculpas por citarme a mí misma) lo que escribía la semana pasada en el
artículo para este mismo medio, titulado “¿Libertad de expresión?”:
La homofobia no es “una opinión tan respetable como otra cualquiera”,
porque atenta contra los derechos fundamentales de un colectivo. El racismo no
es “un punto de vista”, es un ataque contra la convivencia de los pueblos. El
machismo no es “una opción igual que el feminismo”, porque el machismo mata
mientras que el feminismo defiende la igualdad efectiva entre hombres y
mujeres. […]El objetivo y el deber de la educación en democracia debe ser
erradicar el machismo, el racismo, la homofobia y cualquier forma de odio que
atente contra la convivencia en igualdad.
El personal conservador se ha enterado ahora de que los
hijos no nos pertenecen y está flipando: ¿cómo qué los hijos no nos
pertenecen?, ¿a quién pertenecen entonces? Pues a nadie, los hijos no
pertenecen a nadie. Los padres somos sus tutores, no sus dueños. Y esto no es
porque los rojos hayan decidido que vivamos todos en una macro comuna. No nos
pertenecen porque, desde que se abolió la esclavitud, ningún ser humano
pertenece a otro. No nos pertenecen y hay todo un marco legal en materia de
educación que no nos podemos saltar porque “son mis hijos y los educo como me
da la gana”, esto no funciona así. Los hijos de padres conservadores también
tienen derecho a ser educados en la tolerancia y el respeto que recogen
nuestras leyes.
Esta medida ha sido aprobada con la colaboración necesaria de
Ciudadanos, que tiene un talento especial para sorber y soplar al mismo tiempo:
son la indefinición en estado puro. Con una frivolidad que asusta, han firmado
junto al PP y Vox, una ley que es inconstitucional y que, como es normal, el
gobierno de la nación va a recurrir. Tal es la indefinición, que la propia
Isabel Franco dice que ella no ha firmado ese acuerdo que su partido respalda,
que lo ha firmado la gestora, tomando distancia así de una decisión que nos va
a afectar a todos. “Yo no he sido, dice Franco, han sido mis compañeros de
partido. Esos a los que yo lidero”. El propio partido de Ciudadanos duda de la
legalidad de esta medida, lo cual no les ha impedido firmarla. Una
irresponsabilidad flagrante.
Con el tema del pin parental Vox ha abierto la caja de los truenos
en materia de educación, creando un
problema donde no lo había. Han venido para eso, para generar tensión en la
vida política y social del país, y lo están consiguiendo. Pero no nos vamos a
quedar callados ante la vulneración del derecho a una educación en el respeto y
la convivencia que supone el pin parental. O pin neandertal, como ustedes
prefieran.
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