CARLOS FABRA NO ENGAÑA
Hay ciertas personas que no engañan, es imposible que
engañen, no pueden engañar ni aunque quieran. Una de esas personas es Carlos
Fabra. Tú te ves a Carlos Fabra de frente y dices: “Hostia, un mafioso”. No te
puedes equivocar en la vida, porque todo en él: sus gafas negras ocultando el
ojo del Dioni, sus trajes caros, su medio sonrisa de perdonavidas, su lenguaje
corporal, su pelo engominado para atrás, todo, todo te está diciendo que es el
Padrino Castellonense. No hace falta acudir a las hemerotecas, no hace falta
informarse, no hace falta ni tan siquiera saber leer. Sólo hace falta verle
para tener claro que, si por azares del destino, te llegaras a cruzar en su
camino terminaría robándote la cartera él a ti, sí, a ti, que eres un pringao y
que no has visto un billete de quinientos ni en la tele. Él te robará a ti. Bueno,
ya lo ha hecho, durante años. Y con la bendición y los parabienes del PP para
quien este sujeto es un “ciudadano ejemplar”. En fin, no está mal saber qué
modelo de ciudadano es el que fomenta y propicia el PP. Es tiempo de quitarse
la careta. Aunque este tipo no la ha necesitado nunca, él ha ido toda la vida
sin careta, el que se ha sentido engañado será porque ha querido. Porque Carlos
Fabra no engaña. Él miente, roba, extorsiona, compra voluntades, vende humo, se
lleva comisiones, amenaza, desvía fondos, inaugura aeropuertos para paseantes, intimida
jueces, blanquea dinero negro con
billetes de la bella lotería de Navidad (qué anuncio el de este año, madre
mía…), pero ¿engañar?, ¿engañar él?, no. Carlos Fabra no engaña.
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