ALUCINACIONES AUDITIVAS
Los montones se les hacen Antones. Eso dice mi madre
cuando alguien se obsesiona y oye o ve cosas que no son. Bueno, pues eso pasa en
el PP, ya empiezan a tener alucinaciones auditivas. Es una expresión del miedo,
ni más ni menos. Un alcalde del PP visita un albergue y entra en cólera cuando
cree oír que un grupo de niños gritan "podemos". Podrían gritarlo,
por qué no, los niños pueden gritar lo que
quieran, para eso son niños y
"podemos" es un enérgico grito de ánimo. Pero no, en realidad
lo que habían gritado era Pokémon: en una broma de complicidad el monitor dice “hazte
con todos” y los niños responden gritando “Pokémon”. Tiene sentido, ¿no? Pero
el alcalde no se cree la explicación que le dan porque en su delirio provocado
por el pánico que le genera este verbo maldito él realmente ha oído Podemos. E
inmediatamente realiza la analogía simplona que se repite sin parar en los
últimos tiempos. Podemos es ETA. Los niños gritan Podemos. Los niños son ETA.
Miedo, una sensación extraña para esta gente, acostumbrada a provocarlo pero no
a sentirlo. Miedo, y eso que, pase lo que pase ellos no van a perder la casa ni
se van a ver en Cáritas recogiendo una caja de alimentos básicos no perecederos
para que coma su familia, ni van a pasar a engrosar la cola del paro. Ellos
tienen la vida asegurada antes de empezar, juegan con cartas marcadas. Entonces, ¿miedo a qué? Pues seguramente miedo
a no poder seguir mandando, controlando, manipulando que es la única forma de
vida que conocen. Miedo a no seguir provocando miedo.
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