NO ES LA RAZA, ES EL RACISMO
No es la
raza ni tampoco la religión: es el racismo y el racismo mata, en Barcelona y en
Charlottesville. Sin embargo se culpa de los asesinatos terribles de Las
Ramblas a toda la comunidad árabe y musulmana. En el suceso de Charlottesville
tenemos bien identificada la clave del asesinato, que pudo haber sido múltiple:
el racismo. Pero vemos que los racistas blancos, con Trump a la cabeza, echan
balones fuera: es violencia por ambas partes, se trata de un enajenado… Tratan
de ocultar que el núcleo duro en esta cuestión es su racismo violento, quieren
ocultar que lo que ellos piensan y dicen y comparten impulsa a los más
descontrolados a agredir y asesinar. Esto está más o menos claro y los medios
de comunicación no se desvían demasiado de la clave del problema, aunque El
País, que no es ni sombra ya de lo que fue un día, se haya alineado junto a
Trump. Por el contrario, en los sucesos de Barcelona, para una gran parte de la
población los culpables son todos, TODOS los árabes y musulmanes, o, por
decirlo llanamente: los moros, en un totum
revolutum en el que se mezcla raza y religión, en el que se incluye (por
supuesto) a los ya maltratadísimos refugiados que huyen de ese mismo
terrorismo, un disparate de ignorancia donde se mete a 1.600 millones de
personas… Parece increíble tener que
decirlo pero no todos los musulmanes son del DAESH como no todos los vascos
eran de ETA. De hecho, el DAESH mata sobre todo a musulmanes (leed este
artículo si queréis datos: http://www.eldiario.es/internacional/atentados-organizaciones-islamistas-mayoria-musulmana_0_497301265.html),
sin embargo, una vez más, un atentado de estas características les hace sospechosos
a todos de forma automática. He leído un post en Facebook que pide, atención:
deportaciones masivas, cierre de fronteras, ilegalización del Islam,
prohibición del burka. Entristece el nivel combativo de tamaña ignorancia.
En
realidad, los racistas anti islamistas y los racistas anti occidentales, aunque
parezca lo contrario, luchan en la misma trinchera: la trinchera del odio, de
la segregación, de la superioridad de la propia raza, en la trinchera de la
solución definitiva, en la trinchera de la muerte. Enfrente, sin trinchera, sin
armas y sin odio, estamos todos los demás. Sucesos terribles como el de
Barcelona, se llevan vidas inocentes por delante y se llevan, además, a mucha
gente tibia a la trinchera del odio, personas que con su opinión alentarán y
armarán aún más a los atrincherados.
Dejadme que
lo diga una vez más: no asesina la raza, asesina el racismo. El racismo es el
refugio de los cobardes, de los que no soportan la alteridad, de los que, por
no atreverse a mirar al otro, se sienten amenazados y quieren su destrucción.
Si de verdad queremos contribuir a la paz, si de verdad es ese nuestro
cometido, no podemos dividirnos entre blancos y negros, entre moros y
occidentales. La división real es entre violentos y no violentos. Debemos
contribuir a la paz de pensamiento, palabra y obra. La paz es la prioridad, no
la venganza porque es obligación de los que seguimos vivos, cuidarnos, amarnos,
rechazar el odio. Si no identificamos bien el problema difícilmente podremos
darle solución.
Buenísimo Ramona..con tu permiso comparto creo que es más que digno de ser leído , y creo que publicaciones como esta tuya , han de ser leídas por todo el mundo , con la intención de que la gente vaya espiando el porque de sus pensamientos equívocos ( normalmente como sabemos son metidos con calzador por los medios de des-comunicación del odio , un abrazo Maestra de tu compañero ahorita pepe Ruiz
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