SITCOM
No había
visto yo la película "Ocho apellidos catalanes". La vi el domingo. Para quien no la
haya visto puedo decir que es una sitcom flojucha donde lo único notable para
mí es la actuación de Karra Elejalde, por quien siento debilidad. Ni siquiera
es original: es un mal plagio de “Good bye Lenin!”, con un nieto que monta un
tinglado para que la yaya viva la llegada de una República catalana. La cosa es
que la vi y no daba crédito a lo que veía. Lo más inquietante fue comprobar
cómo las escenas de una película de hace dos años se han visto reproducidas a
lo largo del Procès. Todo parece
indicar que desde hace semanas estamos viviendo en una comedia mediocre.
Hemos
tenido de todo: unas urnas de quita y pon, un referéndum chiripitifláutico que
ignora la opinión y el deseo de, como mínimo, la mitad de la ciudadanía; un
ataque vergonzoso a gente que quiere votar por parte del ejecutivo español con
guardia civil alojada en el barco de Piolín (algo como esto no se les ha
ocurrido ni a los guionistas de “Ocho apellidos catalanes”, les debía parecer un
exceso); una proclamación de República fugaz,
que sí, pero no, pero sí, pero yo qué sé; Puigdemont asilado en Bélgica (no en
vano los belgas son los leperos de Europa, para que sigamos con las risas)
mientras Don Tancredo entrulla a un buen puñado de consellers y sacando pecho dice:” he cesado a los miembros del
Govern, eso no se hacía desde la Segunda Guerra Mundial” (sic). Claro, no se hacía
porque es una salvajada. Sin olvidar que la actuación de la justicia exprés
para empapelar a los actores del Procès ha sido fascinante.
Que si DUI fake, que si 155 blando (para entenderlo
hay que saber que la rima está dando pistas), todo simbólico, todo un poquito
de mentira, ya sabéis, como cuando los matones amagan sin dar. Aunque los palos
sí que han sido de verdad, eso sí. La emoción de la gente indepe pensando que
habían llegado a Oz, como Dorita, también verdadera. Por lo demás estamos ahí,
valorando la incógnita que se abre ante las elecciones del 21D, intentando por
ejemplo que nos quepa en la imaginación
a una Soraya SS como presidenta de la Generalitat y que gobierne en Cataluña un
partido como el PP que hasta ahora no alcanzaba allí ni el nueve por ciento de los
votos. O que, tras las elecciones Kinder sorpresa barra el independentismo y
entonces declare una DUI de las de verdad, no como esta. Esto último no parece
probable porque ellos mismos han admitido que no están preparados para esta
tarea, pese a haber montado la que han montado. Pero qué sabemos, después de lo
que llevamos visto, todo es posible. ¿Qué nos dice todo esto? Pues que estamos
en una sitcom, en una mera puesta en escena. Cabe preguntarse si no será todo
una farsa, el pañuelo de colorines con que el mago nos distrae mientras realiza su truco de magia. La cuestión es,
como en los juicios, cui prodest?, a quién
beneficia esta situación. Pues sacad cuentas:
1- Merced a todo este revuelo
los políticos nacionalistas catalanes van camino del martirologio indepe y los nacionalistas
españoles, camino de la victoria electoral vía exaltación patriótica. Ya lo tenían
previsto, claro. Y otro aspecto que tienen previsto es que el conflicto se
quede entre nosotros per molt anys.
Aplicar a un problema el remedio equivocado puede tener consecuencias nefastas.
Sí tienes tos y te dan un laxante, pues ya sabes... En el conflicto catalán se
está aplicando un remedio no solo equivocado sino contraproducente como es
considerar por la vía penal un conflicto político. Los dirigentes independentistas
son los representantes políticos de más de dos millones largos de personas y encarcelando
a siete o a veinte o a cien, si sabemos algo de matemáticas, no hacemos
absolutamente nada. Y no tenemos cárcel para dos millones. La falta de altura
de miras, el oportunismo político, la chapucería industrial de estos
descerebrados nos llevará, ojalá me equivoque, a algo peor.
2- No hablamos de otra cosa desde hace dos meses.
Entretanto hemos visto a un inspector jefe de la UDEF afirmando que existen indicios de que el presidente del gobierno ha cobrado
sobresueldos en negro. En cualquier país civilizado ese presidente no hubiera
durando ni 24 horas. Pero nada, prietas las filas porque aquí lo importante es
que España se rompe ¿Y por dónde se rompe España? Pues por lo visto se rompe
por el marco, porque lo verdaderamente relevante es evitar la ruptura de lo
simbólico, es tener un marco de referencia inamovible, a saber: que España es
tal y como la describe Cine de Barrio. Que prevariquen, que mientan, que roben,
que se enriquezcan a nuestra costa quienes nos gobiernan es, por lo
visto, una cuestión menor. Cualquiera diría que es más importante mantener
el juego al que jugamos que el hecho de que nos estén desplumando.
3- Sorprendentemente, la gente
se vincula con más facilidad a conceptos
abstractos como lo son el de nación y el de patria que a circunstancias
complejas pero concretas que exigen toma de conciencia y posicionamiento (los
casos de corrupción o el desmantelamiento del estado del bienestar) y los
atentados contra la democracia (la Ley Mordaza o la aplicación del 155). Desde que
empezó toda esta movida las banderas se han multiplicado como si no
hubiera un mañana porque son un símbolo inmediato y sencillo de adhesión. Se requiere
poca reflexión y es fácil colocar una en la ventana con el plus de que alimenta
la fantasía de haber hecho algo, de ser actor del momento histórico. El florecimiento
de la fiebre banderil indica que lo petarán en las elecciones aquellos que se
arropan en rojo y gualda, con o sin estrella blanquiazul. Los demás, aquellos a
quienes los símbolos textiles seducen tan poco como los gestos testiculares
(muy abundantes también en todo este proceso) quedaremos a merced del aguacero
durante algún que otro lustro. Así está la cosa: atrapados en una comedia
patética y sin poder cambiar de canal.
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