lunes, 18 de marzo de 2019

CASADO SIN BOZAL


CASADO SIN BOZAL
Leo por ahí que o Casado se ha olvidado la medicación o que se automedica. Ojalá, no es ninguna de las dos cosas. Lo que le ocurre a Casado (y ojalá fuera a él solo) es que carece de humanidad y lo que dice es lo que piensa, o como se llame ese proceso que tiene lugar en su cabeza. Luego lo sueltan sin bozal, le ponen un micrófono delante y pasa lo que pasa. En fin…
Repito, no es sólo Casado, lo que le ocurre a este individuo es que no tiene filtro y suelta en público lo que está en el hardcore de un partido neoliberal que considera que los inmigrantes no son completamente humanos. Un partido que propugna el extractivismo puro en todo ámbito: utilizar y desechar, ya sea recursos, esquilmando un planeta al límite de sus posibilidades, ya sea a seres humanos, extrayendo de ellos lo único que tienen de utilizable. Lo que propone Casado es puritito chantaje, chantaje inhumano a propuesta de instituciones estatales: si quieres vivir en el país unos meses más, danos a tu hijo, que es lo único que tienes para negociar, lo único que vale la pena. La experiencia del robo de bebés a lo largo del franquismo debe servir para algo, no permitamos que ser pierda un valioso know-how; y en este caso no sería un robo, sería un trato. Un trato despiadadamente desigual eso sí, pero oye, si no le ponemos adjetivos puede colar, que un trato es un trato.
No nos debería sorprender tanto porque, para aquellos que sólo creen en los privilegios, esto es simplemente una vuelta de tuerca más: la educación para quien pueda pagarla, la sanidad para quien pueda pagarla y ahora también, la maternidad para quien pueda permitírsela. Si eres inmigrante y mujer (vulnerable entre los vulnerables), no puedes pretender quedarte entre los privilegiados sin más, esto paga un peaje: entréganos a tu criatura para que te permitamos seguir fregando suelos en nuestro país durante otros cuantos meses.
Esta propuesta es algo más bestia que los vientres de alquiler, pero basada en el mismo principio: extraemos de mujeres pobres lo único que tienen para negociar y que nos interesa: su capacidad reproductora. El que, en el caso de los vientres de alquiler, intervenga el material genético del pagador no hace que el hecho en sí sea menos envilecedor para quien paga y menos deshumanizador para quien presta su útero.
Creemos que estamos siendo más modernos y más transgresores que nadie, cuando en realidad todo lo que se propone es tan antiguo como nuestra civilización occidental. En Mesopotamia cuando una mujer era estéril, el marido podía dejar embarazada a la esclava de ella, la cual daría a luz sobre las rodillas del ama, que inmediatamente se apropiaría del hijo nacido. Incluso aparece en la Biblia: Raquel y Jacob fueron padres gracias a la esclava de Raquel, Bilha, que dio a luz a los gemelos Dan y Neftalí. O sea, que lo moderno son las formas (hormonación, inseminación artificial, fecundación in vitro o entrega del hijo a cambio de unos meses de estancia en la tierra prometida) pero las intenciones y su resultado no han cambiado desde hace cinco mil años. Así de modernos somos.


domingo, 3 de marzo de 2019

ESCÁPATE, VA A ESTALLAR EL #HOBÚS


ESCÁPATE, VA A ESTALLAR EL #HOBÚS

Este era el estribillo de la canción más famosa del grupo Obús, cuyo cantante, Fortu, vemos ahora ganarse la vida en un reality ventilando intimidades junto al hijo de la Pantoja y otros intelectuales de la talla. 

Imagino que el creativo nombre de Hobús es el acrónimo de autobús homófobo.
Este obús nazi intenta volar por los aires unas leyes, las de violencia de género, tan imprescindibles como consensuadas y puede hacer un daño horroroso con su metralla infame de machismo mezclado con fake news. Solo que de este 
#Hobús no debemos escapar sino plantarle cara con todos los medios a nuestro alcance, de lo contrario dejará el escenario social hecho un solar. Eso es lo que pretenden, que la escena política sea una zona de guerra, un campo de minas y que los frentes abiertos se multipliquen. Mientras nos afanamos por denunciar las violencias machistas, que acaban con la vida de tantas mujeres, ellos las niegan. Mientras luchamos por una sociedad más justa e igualitaria, estos energúmenos ponen todo su capital y su energía en desacreditarla. Nos dan trabajito, sí, pero, también es verdad que cada vez somos más y todo lo que ellos vayan emborronando, lo iremos aclarando nosotras de nuevo. No hemos llegado aquí, después de tanta lucha para permitir que nos manden a fregar, otra vez.

Para mí, lo más molesto es que nos arrastran a un debate más que superado, negando una violencia que el feminismo ha conseguido hacer visible: la violencia de género existe y es tristemente cuantificable.

Para abundar en el lío, estos australopitecos, nostálgicos del nazismo, adornan su autobús con la imagen de un Hitler con los labios pintados. Genera un poquito de confusión porque ahora los ultras no tienen claro si deben estar a favor o en contra de las feminazis.

Hace poco Vox ha pedido al Parlamento andaluz los nombres de funcionarios que evalúan casos de violencia de género, ¿A qué me suena? Déjame que piense… Ah, sí, Hitler en el 33, recién llegado al poder, pidió hacer listas de funcionarios ideologizados, para depurar a los trabajadores estatales. Esto empieza a oler a República de Weimar. Están jugando, ellos sí, a cosas nazis (y qué curioso que acusen de nazis a las feministas, una esquizofrenia como para hacérselo mirar) y tanto C’s como PP les ríen las gracias sin tener en cuenta lo peligroso que es este juego.

Todo parece indicar que el franquismo sigue vivito y coleando y se pasea en autobús. Ahí lo tenemos, sacando pecho como un mandril enfurecido. No es de extrañar, es la reacción de la bestia machista ante el avance imparable del feminismo. Pues nada, nos tendremos que poner las pilas a tope este ocho de marzo porque somos muchas más y mucho más listas.