domingo, 14 de noviembre de 2021

LA CAJA DE PANDORA Y LA DEMOCRACIA

 LA CAJA DE PANDORA Y LA DEMOCRACIA

Según la mitología griega, Pandora custodiaba una caja entregada por los dioses olímpicos que contenía todos los males susceptibles de aquejar a la humanidad. Al abrir la caja para satisfacer su curiosidad, Pandora liberó las desgracias que desde entonces campan a sus anchas por el mundo, castigando a los pobres mortales. Al cerrarla con precipitación solo logró dejar dentro la esperanza. Algo es algo.

No sé si los que han bautizado la lista de los Pandora Papers  pretendían hacer uso metafórico del mito en toda su extensión. En todo caso el nombre es muy apropiado. 

Los Pandora Papers destapan sociedades en más de treinta jurisdicciones opacas que, para empezar, no deberían existir. También ponen al descubierto una larguísima lista de defraudadores (el clan Pujol, Vargas Llosa, Shakira, Miguel Bosé, Corinna Larsen, Pep Guardiola, García  Albiol, Josep Santacana, numerosas empresas del IBEX 35…),  que, si hubiera justicia, deberían estar en la cárcel. 

Y deberían estar en la cárcel por dos motivos: primero por defraudar y segundo por poner en peligro la democracia. Me explicaré. Para mantener la cohesión social no solo son necesarios los impuestos: es imprescindible la justicia distributiva. La acumulación de riqueza va contra la democracia por una sencilla razón: esa acumulación lleva aparejada de forma indisoluble una concentración de poder en todas sus formas y con todas sus ramificaciones, legales e ilegales (corrupción, extorsión, chantaje), de modo que donde no existe esa justicia, la democracia es solo una cáscara vacía un engaño, un trampantojo. Solo la justicia distributiva es garantía de democracia.  Por eso los defraudadores no solo delinquen contra la economía: delinquen sobre todo contra la democracia. 

Si no hay justicia distributiva, no hay justicia. Todo, absolutamente todo está supeditado a esta cuestión. Hemos visto crecer la brecha social desde la caída de los países del Este, década tras década, de manera imparable. Los ricos son más ricos, los pobres son más pobres. Vemos que se está llevando a cabo un verdadero expolio económico donde los más ricos encuentran variadas e imaginativas formas de ser más ricos a costa del resto de la ciudadanía, empobreciendo al país, empobreciendo al planeta.

Los impuestos son imprescindibles para dotar de recursos a los servicios públicos de los que se beneficia el conjunto de la población, pobres y ricos (a ver qué sanidad privada se ha hecho cargo de la pandemia). Si no hay recursos no habrá hospitales, por poner solo un ejemplo sencillo; si no hay una sanidad adecuada, los ciudadanos del país culparán a los extranjeros de colapsarla, lo mismo ocurre con la educación y con todo otro servicio público. Crecerán las tensiones sociales, medrará un nuevo tipo de fascismo que es nuevo porque es de ahora, porque en realidad es siempre el mismo.

No olvidemos que los que alientan el enfrentamiento de pobres contra pobres son los mismos (los mismos, que no se olvide) que se ven favorecidos por esa injusticia distributiva. Echan a los pobres a pelear mientras se fuman un puro desde la barrera: generan y difunden (ellos pueden, les sobra el dinero) un discurso para convencer al que gana 900€  de que la culpa de todos los males sociales la tiene el que gana 400€ o el que no gana nada. Por ridículo que nos parezca el discurso fascista, no es absurdo y no es estúpido: obedece a una lógica precisa, todo está previsto en su guión. 

Son  unos maestros en culpabilizar a  las personas que viven en condiciones precarias, y de entre ellos a los más vulnerables, los inmigrantes, convirtiéndoles con su discurso en sospechosos de quitar el trabajo, de vivir de las ayudas sociales, de invadir el país, de robar, de matar, de violar. De una de estas acusaciones o de todas a la vez es culpable o como mínimo sospechoso el que viene de fuera a buscar un futuro mejor. Paradójicamente, los delincuentes fiscales son inocentes en apariencia, aunque se sepa sin lugar a dudas que han evadido cientos de millones de euros. Es más, les basta con hacer una mísera donación para ser percibidos como benefactores del país. Paradójicamente (o no) los mismos que no comprenden y no toleran que un pobre se vaya a otro país a buscar su sustento, sí comprenden y sí toleran que un rico se vaya a otro país para no pagar sus impuestos.

Si hacemos una lista de los males que aquejan a la sociedad: enfermedad, ignorancia, pobreza, violencia, injusticia… podemos creer que todos ellos estaban dentro de la caja de Pandora. Pero acertaremos más si nos convencemos de que todos esos males están contenidos en los Pandora Papers. Al menos queda la esperanza de que algún día se acabe con esa injusticia distributiva. Algo es algo. Pero no nos relajemos mucho que esa justicia no vendrá sola.





lunes, 1 de noviembre de 2021

LA PALABRA LIBERTAD

 

LA PALABRA LIBERTAD

Se ha clausurado en Valencia la última convención del PP en la que, como es habitual, se ha hecho uso y abuso del término “libertad”. Su lema ha sido: “Creemos en España. Creemos un futuro en libertad”.

Cuando libertad significa que cada uno haga lo que le dé la gana, el que parte en desventaja pierde. En un mundo desigual, esa falaz reclamación de libertad solo sirve para que el más desfavorecido se quede atrás. La derecha y la ultraderecha de este país (que viene a ser casi lo mismo…)  han descubierto hace poco este terminando y está abusando de él y vaciándolo de contenido. Es su estilo. La libertad era denostada y combatida cuando era reclamada por aquellos que querían acabar con la dictadura; y era denostada y combatida por los mismos que ahora hacen de ella su bandera. Curiosamente salen a la calle reclamando libertad mientras, muchas veces, ondean la bandera de una dictadura. Y no ven la incongruencia.

Cuando han pasado varias décadas del final de la dictadura y la palabra libertad es poco susceptible de tener auténticas connotaciones libertarias, los mismos que la perseguían toman el término al modo americano y la pervierten aplicándola a aquello que les interesa: libertad para no pagar impuestos, libertad para llevar las fortunas a paraíso fiscales, libertad para no obedecer leyes laborales,  libertad para no aplicar las restricciones pandémicas, libertad para eludir las responsabilidades políticas y empresariales sobre el desastre medioambiental provocado, libertad para favorecer la sanidad privada, esa insolidaria sanidad que en pandemia nos dejó en la cuneta, libertad, aunque no sea el caso de España, para que todo el mundo lleve un arma. Libertad, en fin, para que yo, que soy un privilegiado, pueda hacer lo que me dé la gana, como por ejemplo, elegir el colegio privado que yo quiera pero subvencionado por el gobierno mientras despotrico, eso sí,  de las ayudas públicas y de los impuestos. Libertad para que lo individual prevalezca sobre lo colectivo sabiendo que eso solo favorece a los que más tienen,  sabiendo que eso solo favorece a quien sale a la calle envuelto en la bandera de una dictadura y grita libertad como quien profiere una amenaza.

Háblales de libertad cuando se trata de inmigración y verás. Háblales de libertad cuando se trata de religión, de feminismo, de homosexualidad. Háblales de libertad de expresión cuando no es para que ellos difundan sus disparates homófobos y xenófobos.

Se confunde la libertad con la satisfacción de un deseo inmediata con lo cual se reduce ésta a la categoría de mero capricho. La libertad, como seres gregarios que somos, para que sea justa debe abarcar  a toda la sociedad  y se debe aplicar teniendo en cuenta cómo afecta a la comunidad el ejercicio de la libertad individual.

Como ocurre con todo otro bien común, o la libertad es igualitaria o solo será el privilegio de unos pocos. Si no hay igualdad la libertad puede ser una forma de opresión porque se trata de la libertad del que tiene todo frente a  la de quien nada tiene: la libertad del patrón agrícola frente al inmigrante sin papeles, la libertad del putero frente a la mujer prostituida, por poner solo un par de ejemplos. Del mismo modo,  qué tipo de justicia sería aquella de la que pudieran beneficiarse solo unos pocos.

Es un disparate reclamar libertad para sacar ventaja de las desventajas de otros y eso es lo que hace la maquinaria neoliberal. Ese mensaje está calando porque sus altavoces son muy potentes, ya que los medios de comunicación están en unas pocas manos, manos neoliberales, claro está.  Así que les vemos manifestarse reclamando libertad, pero es imposible imaginarlos reclamando igualdad y justicia, deben pensar que de eso ya hay de sobra. Ahí está la clave del asunto.

 

 

 

TRASHUMANCIA NEONAZI EN CHUECA

 

TRASHUMANCIA NEONAZI EN CHUECA

El neonazi es un mamífero sumamente territorial. Para él todos los barrios son suyos (menos la Moraleja, que tiene dueños legítimos). Para añadir color local este espécimen ha decidido expandirse por las zonas donde es menos bienvenido, verbigracia  Chueca. Hemos sido testigos recientemente de esta trashumancia que con sus cánticos animaba la tranquila tarde madrileña: se les podía oír berrear lemas tan pegadizos como “fuera maricas de Madrid” o “fuera sidosos de nuestros barrios”.  Quién podría sentirse intimidado por algo así, aunque los sujetos que los cantan hayan sido abrevados en  gimnasios y tengan brazos  como tinajas. Neonazis tamaño XXL, con botas de puntera metálica, palos, bengalas y hasta un puño americano, pero bien escoltados por la policía,  no sea que les pase algo,  a los pobres.

Bueno, vamos a cerrar el animalario y a ponernos un poquito serios. Lo cierto es que la manifestación, que había sido convocada bajo el lema  "Di no a las agendas 2030-2050",  tenía una intención oculta y fue aprovechada para proferir lemas homófobos en el barrio de Chueca, epicentro histórico del movimiento LGTBI.

Los medios de comunicación afines a Vox habían difundido la convocatoria. Sin embargo, cuando la polémica saltó se sacaron de la manga que la cosa era una especie de teatro de la izquierda: progres disfrazados de nazis ondeando banderas franquistas y luciendo brazaletes con esvásticas. Abascal llegó a decir que la marcha neonazi de Chueca apestaba a cloaca socialista. Todo muy loco.

Los delitos de odio están creciendo en España, entre ellos la homofobia que alcanza cada vez más revoluciones.  Las agresiones han aumentado un 25 por ciento,  con una muerte incluida. Y eso teniendo en cuenta que los datos del Ministerio del Interior registran un porcentaje mínimo de lo que en realidad ocurre, porque muchas personas que sufren agresiones no acuden a denunciar. Con frecuencia lo último que quiere la persona agredida es acudir a los tribunales o a la Policía porque eso revelaría su orientación sexual y a veces se prefiere no pasar por el trance de tener que decírselo al entorno o aún menos, tener que hablar de ello con desconocidos.

Desde que Vox ha llegado al escenario político, incitando al odio, Las agresiones homófobas y xenófobas han aumentado. El problema de fondo es que Ayuso y el PP madrileño necesitan a la canalla neonazi de Vox  y le hacen los coros a su discurso extremista. La presidenta madrileña dijo recientemente en la asamblea de Madrid: "La homofobia está en la cabeza de la izquierda", como si no existiera y fuera solo un invento progre. Bueno, pues  ahora también desfila por Chueca, ¿o tampoco se le puede llamar homofobia a esto?

El PP ha contribuido a la legitimación de la ultraderecha. Es un problema que no haya en nuestro país un partido conservador civilizado porque lo que ahora tenemos es ultra derecha y extrema derecha, a ver cómo las distingues. Recordemos que Ayuso dijo sin sonrojo que si te llaman fascista es que estás del lado bueno de la historia. Se empieza por ahí y se acaba con nazis desfilando por las calles al grito de  “fuera maricas de nuestros barrios”. Cualquiera diría que el PP madrileño finge transaccionar con la agenda de Vox como si viajara de paquete en la moto facha, cuando en realidad pilota el vehículo. Parece que Vox  está sirviendo de coartada al PP para que éste saque adelante su propia agenda ultra. Sirva de ejemplo el hecho de que la presidenta de la Comunidad de Madrid ha planteado modificar las leyes LGTBI y de violencia de género de la región, tal y como exige la ultraderecha, poniendo el foco sobre las denuncias falsas, denuncias que hay que recordar apenas suponen un 0,0069% del total.

Sería interesante saber qué opinión tiene Maroto sobre todo este asunto.

 

 

 

EL PEOR PAÍS PARA NACER MUJER

 EL PEOR PAÍS PARA NACER MUJER

Las mujeres afganas no tienen presente. Para sus padres, hermanos, maridos, para los hombres con los que conviven, para sus conciudadanos, para sus gobernantes, ellas no son enteramente humanas, son solo parte del patrimonio como los muebles, como el fusil, como el ganado. Quizás menos que el ganado. La libertad de acción de las mujeres será la misma que la del rebaño de ovejas, solo que las mujeres siempre serán susceptibles de ser culpables de algo. Siempre merecerán la bofetada, la paliza, la mutilación, la lapidación. Cómo es posible tanto odio, nos preguntamos. Pero no por parte del enemigo sino por parte de los más cercanos, por parte de los hombres de su familia. ¿Cómo se establecerán los afectos? ¿Cómo amará la hija al padre, la hermana al hermano,  la esposa al esposo? ¿Qué clase de afecto, si se da, será ese? ¿Cómo será la vida de un ser humano cuyo único destino es la prisión doméstica y la obediencia? Al menos el ganado podrá ver los paisajes libremente y no a través de una espesa malla de vainica.

Las mujeres afganas no tienen futuro. Las que hayan aprendido a vivir sometidas tendrán una vida miserable. Las que no estén acostumbradas al sometimiento total o hayan conocido otra vida (periodistas, profesoras, profesionales de todo tipo) tendrán una vida miserable e infernal, si es posible llamar vida a esa existencia.

No es que no tengan futuro, es que el futuro que les espera es un martirio. Se quedarán embarazadas, parirán y sabrán que si nace una niña ella también tendrá una vida como la suya, sabrán que han traído al mundo a una criatura destinada solo al encierro y a la obediencia ciega, en el mejor de los casos. Y si tienen un hijo sabrán que han parido un carcelero, en el mejor de los casos también.

Gracias a las neuronas espejo somos capaces de sentir lo que siente otra persona y ahora nos ahogamos todas bajo un burka imaginario. Nos espantamos de este cuento de la criada en versión horror movie que tiene lugar a las puertas de occidente. Imaginamos que ya a estas alturas todo el mundo será capaz de reconocer el patrón: este modelo salvaje de comportamiento contra las mujeres es la versión más extrema del patriarcado. 

Las mujeres afganas ha sido moneda de cambio en las distintas guerras que se han desarrollado en ese territorio desde hace décadas, en las que EEUU las ha utilizado como coartada y el gobierno afgano como rehenes. El gobierno americano, necesitado de una fuente segura de combustible utilizó a las mujeres como excusa para llevar a cabo una intervención militar en la zona para, seguidamente, transaccionar con el wahabismo (una de las versiones más integrista del Islam) como si estas no existieran. Se trata de la alianza patriarcado y capital en toda su extensión.

Porque lo cierto es que a nadie le importan las mujeres: ni a los talibanes para quienes la brutal discriminación de ellas se convirtió en un elemento de resistencia a los gobiernos occidentales, ni a la administración estadounidense como demuestra esta retirada a uña de caballo tras dejar un país devastado, ni a occidente que hasta ahora no había permitido la entrada de refugiadas afganas.

A miles de kilómetros de distancia, en la lejana Texas se ha prohibido el aborto en todos los supuestos, una ley tan retrógrada que ni siquiera contempla excepciones en casos de violación o incesto, con una persecución de las mujeres que nos asombra y, de nuevo, nos espanta. Nos preguntamos qué tienen en común lugares tan lejanos entre sí y de culturas tan distintas. Lo que tienen en común es un sistema milenario que privilegia a los hombres y discrimina a las mujeres y que se llama patriarcado. Afganistán es la trágica evidencia de que mientras este sistema no caiga estaremos siempre a un paso de volver al pasado. 



¿QUÉ TIENE LA BRMU CONTRA LAS MUJERES?

 ¿QUÉ TIENE LA BRMU CONTRA LAS MUJERES?

Arranca la nueva campaña de actividades de la Biblioteca Regional de Murcia (BRMU), bajo el nombre ‘Región de Murcia, Región de Letras’. Región de Letras masculinas deberían añadir, en aras de la precisión y de la verdad. También dice que ofrecerá un programa de alta calidad cultural por el que pasarán grandes autores. Y eso es muy cierto, serán grandes autores y solo autores porque solo hay tres autoras que son relegadas a un segundo plano y que ni siquiera aparecen en la nota que emite la biblioteca en su página web.

Veamos una a una las actividades que se proponen:

Thank you for watching

Ciclo sobre guionistas de cine en el que participará Rodrigo Cortés y Juanma Bajo Ulloa. Por lo visto no hay mujeres guionistas.

Ciclo de Historia y Patrimonio de la Región de Murcia. La Biblioteca Regional ha puesto aquí el acento en Cartagena, donde se celebrarán dos ponencias: una por parte del arquitecto y experto en patrimonio José Antonio Rodríguez Martín, y otra a cargo de Luis Miguel Pérez Adán, uno de los cronistas de la ciudad. Sorpresa: tampoco hay mujeres historiadoras.


Ciclo «La sangre, un género periodístico», en el que participarán los principales cronistas de sucesos de la Región, como Ricardo Fernández, Alejo Lucas, Alfonso Egea o el cronista gráfico Israel Sánchez. Y adivinen qué: tampoco hay mujeres expertas en criminalística.


Ciclo «El canon de la BRMU» donde diferentes autores elaborarán un canon de la literatura universal que contará con figuras del panorama literario actual como Manuel Vilas, Fernando Savater, Manuel Jabois, Luis Alberto de Cuenca y Andrés Neuman y también autores murcianos como Manuel Moyano y Miguel Ángel Hernández. Un canon universal, pero sin mujeres.

Pleno. Cuatro ciclos, quince hombres, cero mujeres. Es imposible no preguntarse si lo hacen a propósito.


A la vista de este programa de la BRMU no nos cabe ninguna duda de que el canon que saldrá de ahí será eminentemente masculino. Y si estamos equivocadas, por favor que nos corrijan con hechos. Nada nos gustaría más.


Desde el Colectivo +Mujeres hemos venido llamando la atención sobre este desequilibrio con distintas iniciativas a lo largo de los años. Por poner solo un par de ejemplos mencionaremos la campaña «Sé Legal en Igualdad» de 2017, en la que se pedía a las Administraciones públicas que incrementaran sus esfuerzos para alcanzar los objetivos constitucionales relativos a igualdad, y la campaña «por la paridad en la cultura» de 2019 en la que invitábamos a hombres implicados en este ámbito a comprometerse a no participar en actos culturales no paritarios. Pero está claro que toda reivindicación es poca y que a la hora de afrontar la programación cultural siguen sin tenerse en cuenta criterios de paridad. Grandes escritoras y expertas en temas culturales hay muchas, tanto a nivel nacional como a nivel regional, así que esta ausencia es injustificada y clamorosa y habla de una enorme falta de sensibilidad y de una gran ignorancia también. Todo indica que no hay voluntad política de avanzar en la igualdad, lo cual no es de extrañar con una consejera de Cultura de Vox, partido que niega la pertinencia del feminismo.


Debemos decir que parte de la responsabilidad de esta situación recae también sobre los hombres que acceden a asistir a mesas no paritarias. Ellos más que nadie deberían ser conscientes de que con esta desigualdad flagrante pierde la cultura y pierde la sociedad.

Nos parece muy grave que se trabaje para elaborar un canon literario universal (no se les puede acusar de falta de ambición…) sin contar con las mujeres. Deberíamos esperar que fuera precisamente el mundo de la cultura el que mostrara el camino a otros ámbitos a la hora de educar en igualdad. Pero tristemente no es así y nos parece alarmante que se haga toda una programación cultural no paritaria y sin darles visibilidad a la hora de la difusión. Y luego nos llamarán exageradas.