domingo, 12 de noviembre de 2023

FACHA BORROKA

FACHA BORROKA


Ante la ley de amnistía pactada entre PSOE y Junts y la cercana posibilidad de una reedición de un gobierno de izquierdas, la derecha se ha echado al monte que son las calles de nuestras ciudades.

Gustará o no, pero Pedro Sánchez tiene derecho a ser investido con los votos independentistas porque son partidos democráticos que han obtenido los suficientes apoyos como para hacer posible la investidura. Esta amnistía les ha causado una enorme indignación, tienen derecho a estar indignados, por qué no, pero con la amnistía fiscal fueron menos escrupulosos. Y es que el dinero no tiene patria.

Estos días la facha borroka toma las calles, ciudadanos alentados por los mensajes de unos dirigentes políticos desmelenados. Desde el PP y sobre todo desde Vox se habla de: dictadura, golpismo, totalitarismo, felonía, ETA, traición. Una pura hipérbole. Los seguidores toman las calles al grito de golpe de estado. Aunque viendo la profusión de símbolos franquistas cuando hablan de golpismo no sabe una si están a favor o en contra, la verdad.

Dicen que el malestar social es responsabilidad del gobierno, pero el malestar social lo han alentado tanto PP como Vox al transmitir a sus votantes un falaz discurso apocalíptico en el que el universo España se pliega sobre sí mismo y desaparece al contacto con el elemento Puigdemont y su entorno. Ayuso ha llegado a decir que vamos a dejar de ser españoles (si se puede elegir, me pido ser sueca). Si eso no es catastrofismo, ya dirán ustedes. Si a mí me convence mi líder de que me van a arrebatar la esencia de lo que soy, me echo a las calles, ¿cómo no me voy a echar, si no tengo nada que perder? Y ahí es donde naufraga la democracia, la constitución, la política, la moderación, la convivencia y el copón de la baraja. A partir de ahí no queda nada y el recurso a la violencia es el siguiente paso.

El PP se ha desmarcado de la violencia de las manifestaciones tarde y con la boquita pequeña. Pero en la expresión de su alma doble entre la moderación y el hooliganismo, entre lo centrista y lo ultra, no saben dosificar la indignación de su electorado frente a los acuerdos entre PSOE y Junts. No saben o no quieren. Hemos visto a Esperanza Aguirre, esa abuela hooligan, animando a cortar las calles. Pero luego los violentos son los otros. Siempre son los otros. Tienen una idea de España que yo no comparto, pero que tienen todo su derecho a defender. Lo que no pueden es defenderla de cualquier manera. Y ellos piensan que sí. 

¿Dónde está ese constitucionalismo de pacotilla al que tanto aluden? Porque no parece muy constitucionalista pedirle a la policía que se abstenga de intervenir ante actos violentos como ha hecho Abascal. Vox ve la vida política como una trinchera en la que ellos son los buenos y todos los demás los malos. Y ese es el problema. Y el problema del PP es su esquizofrenia, esa que le impide decidir si son de centro, de derecha, de arriba o de abajo. El PP no acepta que el resultado electoral no le haya permitido llegar al gobierno y como consecuencia de esa falta de aceptación, considera ilegítima la posibilidad de que Sánchez sea investido, resumido en esta frase de su líder: “Quien aspira a dirigir la nación, tras ser derrotado en las urnas, se confabula con los que quieren mutilar nuestra nación”. Esa sí que es una amenaza a la democracia.

Por cierto, el nivel demócrata de los pacíficos manifestantes queda expuesto con los elementos con los que se llevan a cabo las protestas:

Consignas tales como: con los moros no tenéis cojones; España acaba de despertar, hijos de puta; Viva Franco; Perro Sánchez, hijo de puta; que te vote Txapote; España cristiana y no musulmana.

Acoso a los periodistas, hostigamiento, lanzamiento de huevos, insultos: hijoputa, vete a tu puta casa, vendido, cabrón, prensa manipuladora, peazo maricón. 

Insultos a la policía: sois unos piolines, os tenían que haber tirado al mar en Barcelona, no tenéis vergüenza, desgraciados, cobardes, maricones.

Pancartas con eslóganes como “La constitución destruye la nación”. 

Uso de bengalas, petardos, adoquines, piedras, banderas carlistas (¡carlistas!). Y por supuesto banderas franquistas, que no pueden faltar en una mani súper demócrata.

¿Nos pareció un exceso el asalto al Capitolio en Washington? Pues estamos a un pasito de que nuestros demócratas a machamartillo más constitucionalistas que nadie en el mundo protagonicen un remake celtibérico liderados por algún capitán fachatriste. Ojalá que no.


https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/facha-borroka_132_10677415.html




LA ORACIÓN DE LAS MADRES


LA ORACIÓN DE LAS MADRES

El salvaje atentado de Hamás contra la población civil israelí ha sido un crimen sin paliativos. Un crimen que está trayendo mucha más violencia todavía, como si no hubiera habido bastante. A esta hora ya se ha triplicado en Gaza la cifra de muertos y heridos a raíz del atentado de Hamás en Israel. Pero no es suficiente.

Hablaba en la radio un militar israelí en la reserva, movilizado ahora por este espanto que se ha cernido sobre una población ya devastada. El militar hacía recuento con total normalidad de las crueldades que se van a cometer: forzar la evacuación del norte de Gaza en 24 horas (cosa imposible), entrar por tierra, mar y aire en la franja, impedir la llegada de ayuda humanitaria e incluso desentenderse de los rehenes, porque Israel no va a ceder ni un milímetro: serán inflexibles en la administración del dolor. Pero de toda la lista de crueldades que Israel va a cometer, para este militar sólo Hamas será responsable. El dolor que está sufriendo el pueblo israelí por el salvaje ataque de Hamás será una coartada para infligir un dolor aún mayor a la población civil inocente de Palestina. 

Así funciona la lógica de la guerra. Y nadie para pararla. Porque la OTAN y los organismos internacionales dan el beneplácito a Israel para defenderse, cuando en realidad deberían decir para vengarse. La defensa es proporcionada, la venganza irracional. E irracional está siendo la respuesta. Le piden, eso sí, moderación, en sus ataques. Que sea benévolo en la aplicación de los bombardeos, de la presión sobre el territorio, de las muertes, de las torturas. La guerra también se alimenta de hipocresía.

Mientras tanto, en Europa se prohíben manifestaciones en favor del pueblo palestino en países con tan sobrada trayectoria democrática como Francia y Alemania, asumiendo que la población civil palestina es responsable subsidiaria del acto criminal de Hamás; se prohíbe la exhibición de banderas palestinas; se detiene a manifestantes por portar el pañuelo palestino; se difunden sin contrastar noticias disparatadas de una atrocidad inédita.  Se alienta, en definitiva, una violencia que se tendría que estar contribuyendo a desactivar. En otra vuelta de tuerca de ese respaldo a la violencia, la presidenta de la comisión europea, Ursula Von der Leyen, ha viajado a Israel, apoyando con su visita las represalias del gobierno de Netanyahu contra Gaza. El apoyo occidental hacia Israel y la indiferencia (en el mejor de los casos) hacia Palestina dan tristeza, vergüenza y rabia.

Asistimos con espanto a la liturgia infame de la guerra. Nadie apuesta por la paz, se hacen rígidos bandos de adhesión, los muertos civiles no merecen una misma compasión dependiendo de su origen.

Una cascada de noticias se sucede superándose en horror día tras día. Para aliviarnos de tanto dolor, traemos aquí hoy una canción que se escribió en 2014, durante la escalada de violencia en Gaza.  Varios miles de mujeres árabes, judías y cristianas la cantaron juntas en Israel reclamando el cese de la violencia. Lo podemos ver en el vídeo del movimiento Women Wage Peace, cuyo enlace dejamos aquí: https://youtu.be/YyFM-pWdqrY . En él, la cantante israelí Yael Deckelbaum interpreta la canción “Prayer of the Mothers”, en el que mujeres de distintos orígenes y religiones cantan unidas para pedir la paz, en un gesto que se parece al del colibrí que pretendía apagar el incendio de la selva trasladando desde el río agua en su pico. Su contribución no era mucha, pero puso de su parte todo lo que pudo.

La apelación a la paz puede parecer un clamor en el desierto, un colibrí frente a un incendio, pero es imprescindible en estos tiempos trágicos, en medio de este derrumbe de todo lo valioso, en medio de este desprecio por la vida.

Para mantener la esperanza y la fe en la humanidad, necesitamos gestos que contrarresten otros gestos que nos avergüenzan.


https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2023/10/19/oracion-madres-93506811.html





CENIZAS

CENIZAS

Desde el domingo por la mañana se ha instalado en mi corazón un dolor que llora en silencio sin descanso. Pienso en mi hijo, en mi hija, que ese día volvió a las seis de la mañana, pienso en el azar de la tragedia. Hago recuento de los hijos de amigos habituales de Teatre con un temblor de angustia. Avanza la mañana, no hay noticias de personas cercanas, y se hace cierto el lema inglés no news, good news. No nos ha tocado a nosotros esta vez, pero esta lotería de dolor reparte de forma ciega. Es inevitable, así es el alma humana, cuanto más cercana la tragedia más interpelados nos sentimos, precisamente por la angustia y el sobresalto que producen el sentimiento de que podríamos haber sido cualquiera de nosotros o de los nuestros.

Por ese motivo no puedo evitar identificarme con los padres y las madres, huérfanos hoy de hijos. No existe una palabra en castellano que designe al padre que pierde a un hijo, una hija, porque va contra natura. El lenguaje se resiste a definir algo que no debería suceder nunca. Me pregunto cómo se entierra a un hijo, a una hija, sin enterrar la propia vida con ellos. Cómo es posible que todo lo que han sido pueda quedar reducido a cenizas.

Pero sobre todo pienso en quienes han perdido la vida, en sus cortas vidas porque la mayoría eran jóvenes o muy jóvenes. En sus terribles últimos momentos antes del final. Qué injusto, qué injusto todo. Trece vidas, trece, el número aciago, más aciago hoy que nunca. Cómo ha podido pasar, qué ha fallado. Esto es algo que habrá que analizar con detalle porque es intolerable que algo así pueda suceder. Intolerable. Insoportable. Pero en este momento solo podemos atender a nuestro dolor. Sé que la indignación vendrá inmediatamente después.

Ojalá el dolor y la zozobra que me acompañan desde el domingo pudieran hacer más liviana la carga de quienes han perdido a sus hijos, hermanas, amigos, amigas, seres queridos. Solo aspiro hoy poner una mano en el hombro de quienes han perdido a alguien y acompañarlos en su dolor. 

https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/cenizas_132_10564204.html



OPERACIÓN INVESTIDURA

OPERACIÓN INVESTIDURA

Feijóo aprovechó bien la investidura que sabía que iba a perder: se ganó a su propio partido y al de Abascal, que era a lo que iba. Los suyos le esperaban de pie y le recibieron con una ovación cerrada, como a una estrella de rock. Cualquiera diría que se los hubiera ganado igual declamando el monólogo de La venganza de don Mendo, pero sabemos que es mejor que no se confíe demasiado porque el PP es un partido que aúpa y defenestra líderes sin pestañear.

El día anterior, durante la manifestación en Madrid para subir la autoestima del líder, mostraban carteles donde se podía leer el extraño lema “Feijo fijo”, con más entusiasmo conservador que acierto ortográfico; un slogan con menos futuro que la investidura del homenajeado.

Durante su discurso, como era de esperar, volvió a dar la tabarra con lo de la lista más votada (que sí, caballero, tomamos nota, ha ganado usted las elecciones, qué tostón). Por muy obvio que resulte hay que volver a recordarlo: en una democracia parlamentaria no gobierna la lista más votada sino la que más apoyos suma en el Congreso. ¿Acaso no se sabe las reglas del juego al que está jugando?

En alemán Stimme significa voz y también significa voto (algo que no ocurre en ningún otro idioma que yo conozca), en un prodigio de precisión de esta lengua tan bella y endemoniada como precisa. 

Los votos son voces, voces a veces serenas, a veces indignadas, a veces distorsionadas. A veces más que voces parecen aullidos o rebuznos o cacareos. Pero siempre reflejan el ánimo del pueblo que vota. Hace veinte años las voces eran más unánimes, hoy son más diversas, pero siguen siendo fieles al carácter de la sociedad que las emite. También por ese motivo no es válido el argumento de la lista más votada como partido ganador. Porque ese partido ganador tiene que mezclar sus voces con otras. Si no es capaz, la polifonía que es la política no funciona. Y se tiene usted que quedar en el banquillo de la oposición por mucho que patalee, señor. Impugnar este principio equivale a impugnar la base de nuestra democracia. Para luego ir presumiendo de demócrata y constitucionalista. Por no hablar de su corta memoria o amplia caradura cuando olvida los numerosos casos en los que la liga PP-Vox ha impedido que gobierne el Psoe, vencedor en las urnas. Oscar Puente se encargó de recordárselo, de ganador a ganador.

También se atrevió a decir que él no es presidente porque no quiere, porque si transigiera con Junts, obtendría sus votos, como si no supiéramos que los votos de Vox y los de Junts son mutuamente excluyentes. Pero él lo intentó por si colaba. Y es que los chulos no se caen, se tiran.

Acusó al gobierno y sobre todo a Sánchez de ceder, transicionar y negociar, cuando ellos han cedido hasta cruzar líneas rojas que sus propios presidentes autonómicos no estaban dispuestos a saltarse. Y si no que se lo digan a María Guardiola.

La política cambia porque cambia nuestra sociedad, cambiamos nosotros y nuestro modo de relacionarnos. Es posible que no volvamos a ver las grandes mayorías de hace veinte y treinta años, esas mayorías que luego gobernaban con una apisonadora y no negociaban con nadie porque no les hacía falta. Un parlamento multicolor es distinto a uno apoyado sobre dos columnas y, por supuesto, mejor reflejo de nuestra sociedad actual. Más difícil de gobernar, pero más ajustado a las voces que la conforman. Feijóo no lo ha entendido y alude todo el tiempo al espíritu de la transición, a los grandes pactos (curiosa nostalgia, cuando él sólo puede pactar con Vox), a otro tiempo pasado que según él fue mejor. Es esa misma nostalgia la que le lleva a él y a los suyos a echar mano del comodín de ETA (esa que dejó de existir en 2011) a cada paso. Afortunadamente Txapote ha salido de escena, visto el mal rendimiento que le han sacado. Feijóo parece estar perdiendo el tren de los nuevos tiempos, no es capaz de adaptarse al Zeitgeist. Habría que recordarle que lo que no se renueva termina por morir.

El líder de la oposición tiene en una mano el megáfono de insultar a Perrosanxe y en la otra el teléfono para proponerle pactos. Si no ha conseguido centrarse es porque ha vivido en una dualidad desgarradora todo el tiempo: ha comprendido que debe emitir un discurso menos ultra (es el extremismo el que le ha impedido ganar los votos necesarios para ser presidente), pero al mismo tiempo es rehén de Vox. De la misma manera tampoco sabía si acudía a esta investidura en calidad de presidenciable o de jefe de la oposición. Para este segundo viaje, por cierto, no hacían faltan las alforjas de la designación del rey. Ha querido hacerlo así para crecer frente a un electorado que empezaba a ponerse nervioso (y susurrar “Ayuso” por el conducto del aire acondicionado), cosa que parece haber conseguido después de un par de meses dando volantazos. En pocos meses Feijóo ha ganado perdiendo y ha perdido ganando, una esquizofrenia difícil de sobrellevar. Y el partido no ha hecho más que empezar. 


https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2023/10/04/operacion-investidura-92883104.html