LA CABALGATA, CÓMO NO
La polémica que se ha montado
a cuenta de las Reinas Magas y los trajes de los Reyes Magos y toda la
estrafalaria polvareda que ha venido después no es un chiste, aunque nos
hayamos reído mucho, y no es hueca. Aunque parezca una ópera bufa, que lo es,
contiene sin embargo un potente mensaje. El Pp se auto erige como garante y
custodio (cuando no como dueño) de las tradiciones patrias y sus
correspondientes símbolos: España de una pieza, la fiesta nacional, la bandera,
la monarquía, el matrimonio convencional, la Navidad, la Semana Santa y todo
aquello, en fin, que nos define, según su criterio, como nación. El suyo ha
sido y es un partido casette, con cara A y cara B, y un gobierno mafioso según
sentencia judicial; su mandato de estos cuatro últimos años ha sido devastador,
pero qué importan los niveles de paro y la pobreza infantil mientras seamos los
defensores de una España unida bajo su bandera y con su himno y su cabalgata de
reyes barroca (porque al parecer no puede haber otra) que los soviets de
Carmena y las hordas rojas de Colau han venido a desbaratar. Si pensáis que
exagero con los adjetivos es que no habéis visto 13TV. Ni siquiera Cayetana
Alvarez de LOL, elevando su indignado puño al cielo para jamás perdonar a Carmena, jamás, ofrece un mensaje
vacío. Absurdo sí, vacío no.
Además, qué le iban a criticar
a Carmena, ¿que cambiara las sillas vips por sillas para minusválidos? Tienen
de todo menos de tontos.
Ésta, en apariencia, ridícula
polémica está cargada de contenido y el mensaje ha llegado donde tenía que
llegar: a su electorado y a las capas más básicas y desinformadas de la
sociedad. Un altísimo porcentaje de los votos que aún tienen radican en este
ideario conservador que lo que ofrece a su votantes no es mejora en las
condiciones de vida sino seguridad de continuar viviendo en el mismo escenario,
y en ello se inscribe esta defensa disparatada de las tradiciones ¿O qué nos
pensábamos? ¿Que éstos daban puntada sin hilo?
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