domingo, 23 de octubre de 2016

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Felipe González, al que cada vez le asoma más el  relleno del disfraz por las costuras,  es una reedición del padrino en sevillano y cañí. Parece ir a proferir en cualquier momento un altisonante y tejeriano: ¡quieto todo el mundo! Su lenguaje corporal nos está diciendo que si lo dejamos solo esto lo arregla él en dos días. Lástima que le tocara liderar al partido socialista tantos años porque con esa carga de soberbia facha que exhibe habría sido un espléndido líder ultraderechista. Despliega sus años, sus canas y sus kilos como si fueran un aval que hiciera bueno cada uno de los disparates que deja caer en cuanto pilla un micrófono. Cada día recuerda más a Fraga y está tan cómodo en su papel de viejo prócer de la patria que dudo mucho que le molestara la comparación. Para que se le note lo muy socialista que es y ha sido toda la vida ha propiciado, con la ayuda inestimable de Cebrián, el golpe interno de Psoe (al objeto de darle el gobierno a Rajoy mediante la abstención) y el advenimiento del Susanato, como le llama Rosa María Artal, tan acertada siempre. Todo ello porque era lo más conveniente. A sus propios intereses, claro. Cómo agradecerte tanto socialismo, camarada Isidoro.
La manipulación, la propaganda y la intoxicación mediática no son punibles. El lucro indecente por vía del tráfico de influencias tampoco. Pero sin embargo la protesta, como se ha visto a principio de esta semana por parte de los estudiantes de la Autónoma, sí que lo es, tanto moral como penalmente.
Creo que los estudiantes tenían derecho a decirles un par de cosas a estos dos manipuladores de oficio, esa es la libertad de expresión, lo malo es que se han victimizado que es algo que se les da muy bien merced a su control de los mass media, como si se les hubiera puesto una mordaza, como si no tuvieran foros donde expresarse ampliamente, un ex presidente y el director de un periódico nada menos. Por lo visto la libertad de expresión también les pertenece. A los demás nos queda la Ley Mordaza.


1 comentario:

  1. Decirles..SÍ, pero con el debido respeto; impedir que hablara en el lugar más apropiado para confrontar ideas y argumentos, NO.

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