jueves, 22 de diciembre de 2016

SÓLO QUIZÁS

SÓLO QUIZÁS

No deberías haber sido tan alegre y tan extrovertida.
No deberías haber aspirado a estudiar.
No deberías haber querido ser una persona  independiente.
No debería haberte gustado tener opiniones propias.
No deberías haber querido vestirte como a ti te gusta.
No deberías haberte negado a que él controlara tus llamadas y mensajes.
No deberías haber salido con tus amigas algunos sábados por la noche.
No deberías haber aspirado a volver a trabajar después de haber criado a tus hijos e hijas.
No deberías haber reclamado igualdad de trato.
No deberías haberte negado a tener relaciones sexuales cuando a ti no te apetecía.
No deberías haber dejado de ser la mujer sumisa y complaciente que él reclamaba.
No deberías haberte quejado tanto.
No deberías haber levantado la voz.
No deberías haberlo abandonado.
No deberías haber hablado con tus amigas, con tu madre, con tu familia.
No deberías haber ido a un abogado o a una abogada.
No deberías haber solicitado el divorcio.
No deberías haberle contado a un juez o a una jueza que tu vida no era vida desde que te uniste a él.
No deberías haber dicho que habías querido separarte después de la primera bofetada pero te faltaron las fuerzas, la independencia económica, el respaldo familiar y el respaldo social.
No deberías haber solicitado una orden de alejamiento.
No deberías haber advertido a todos tus vecinos  y vecinas que no abrieran el portón del edificio a tu ex marido.
No deberías haberte defendido de la agresión.
Entonces quizás, quizás  aún seguirías viva.


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