viernes, 28 de diciembre de 2018

AVISA CUANDO LLEGUES


AVISA CUANDO LLEGUES

No salgas sola a correr
A ver qué ropa llevas
Cuidado con la hora a la que sales
Ve sólo por lugares iluminados
No te alejes demasiado de casa
Llama si ves algo raro
Mete en la memoria del móvil el número de la policía
Y avisa cuando llegues.
Ten siempre miedo, no te despegues del miedo, el miedo te salvará la vida.

El cruel asesinato de Laura Luelmo nos ha metido otra vez el miedo en el cuerpo a todas. Laura ha sido secuestrada, violada y asesinada. Imagino que los jueces de La Manada estarán satisfechos en este caso con el nivel de resistencia de Laura frente a la violación, pero como la responsabilidad de la agresión siempre es nuestra, aún hay quien dice que a quién se le ocurre salir a correr sola por el bosque. A quién se le ocurre hacer uso de una libertad que no le corresponde, que no nos corresponde a ninguna de las mujeres. Lo de salir a hacer deporte solos, es cosa de hombres, como tantas otras cosas.

La violencia patriarcal tiene una función: limitar la libertad de todas las mujeres y produce periódicamente este tipo de muestras de violencia extrema para que no olvidemos que somos débiles, que somos vulnerables, que no somos independientes. Y sobre todo y por encima de todo, que no somos iguales.

El mensaje que recibimos las mujeres es el de que debemos tener cada vez más miedo aunque no debe ser cierto que el miedo nos salve la vida cuando no se corta el goteo de mujeres violadas o asesinadas o ambas cosas a la vez. Debemos empezar a sospechar que la cosa no depende de nuestro nivel de miedo, si no del nivel de acoso y violencia a que se nos somete. A lo mejor no es que nosotras no sepamos guardarnos lo suficiente, a lo mejor el foco hay que ponerlo en el acoso callejero, en la banalización de la violencia, en la cultura de la violación, en las prerrogativas masculinas que facultan a los hombres a considerarnos de su propiedad, en la erotización del acoso, en la normalidad de la intimidación, en el aumento de demanda de prostitución donde se desarrolla la masculinidad patriarcal basada en abuso, dominio e indiferencia emocional, en la falta de educación en igualdad. A lo mejor la clave está en el patriarcado que nos mata y no en que nosotras queramos ser libres y tener menos miedo. Cuando se nos pide que tengamos miedo se nos está diciendo también que somos nosotras las responsables de nuestra seguridad, o lo que es lo mismo: somos las responsables de nuestra inseguridad. De lo que hagamos o dejemos de hacer dependerá nuestra integridad o física.

Nunca se recomienda a un hombre que no salga solo a hacer deporte. No se nos puede pedir que renunciemos a nuestra libertad porque ése justamente es el objetivo de las agresiones. En lugar de educarnos a nosotras en el miedo, se debería educar a todos los hombres en la igualdad, en el respeto y en la empatía porque para que se produzca una violación solo hace falta que haya un violador y para que se produzca un asesinato, que haya un asesino. No olvidemos que cada vez que se nos responsabiliza a las mujeres por ser agredidas, se descarga de responsabilidad a violadores y asesinos.

No queremos tener más miedo porque en el momento que tenemos miedo, dejamos de ser autónomas y dependemos de otras personas, sobre todo de hombres. Para que la violencia machista acabe, nosotras debemos ser más iguales y más libres y el miedo nos hace renunciar a nuestra libertad. Quiero recordar aquí, para finalizar, uno de los twits de la propia Laura Luelmo: "Te enseñan a no ir sola por sitios oscuros en vez de enseñar a los monstruos a no serlo, ESE es el problema”.










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