viernes, 24 de junio de 2016

LOS QUE LES VOTAN TAMBIÉN SON CULPABLES

LOS QUE LES VOTAN TAMBIÉN SON CULPABLES

            Tenemos un ministro del interior a quien le dirige la maniobra de aparcamiento un gorrilla imaginario llamado Marcelo (¿qué propina se le deja a un ángel?). Cómo contarle esto a alguien que no sea de aquí. Cómo contar esto sin reírte. Es el mismo ministro que ha concedido una medalla a una virgen, encarcelado a unos titiriteros y condecorado a un mamarracho televisivo. Dirige nuestros destinos un tío que es un cruce entre el Señor Barragán y Rouco Varela. Es todo de un absurdo que da risa. Luego caes  en la cuenta de que la seguridad del país y la garantía de las elecciones del domingo están en sus manos y se te quitan de golpe todas las ganas de reírte.
            Ahora nos enteramos por unas grabaciones de que esta perla de hombre y de ministro (a juego, eso sí, con el resto de piezas de su partido) ha encargado al jefe de antifraude de Cataluña que rebusque e invente casos de corrupción entre sus adversarios políticos. Flipando se deben haber quedado al no encontrar nada; teniendo en cuenta el nivel de porquería que hay en su propio partido deben haber pensado "¿y estos tontacos cómo es que no roban? Si es que hay gente pa tó". Las grabaciones las ha debido hacer el ángel Marcelo, por descarte, ya que en el despacho no había nadie más. Si la incompetencia tuviera un nombre y un oficio, se llamaría Jorge Fernández Díaz, ministro.
            ¿Y qué es lo grave de todo esto? Para cualquier persona con un mínimo de decencia lo realmente escandaloso es que: a) el ministro de interior utilice el aparato del estado para crear pruebas contra adversarios políticos y b) que lo graben en SU despacho y no sepa quién ha sido.  Vale, pues no. Para este elemento y sus acólitos lo grave es que haya periodistas que lo saquen a la luz. El presidente en funciones, máster en ignorancia total, ha declarado que no tenía conocimiento de que existiera una oficina antifraude (sic). Y ahí acaba todo. Ah sí, y que muy mal por haber grabado al ministro del interior. El ministro ministrado. Imaginad que pillan a un tío planeando una masacre y todo se concluye en echarle la culpa al radiocasete que lo graba, pues algo así está siendo este asunto. Resumiendo toda la cosa: la culpa es nuestra por tener orejas.
            ¿Os parece grave todo esto? Como para mudarse a Marte, por lo menos, ¿verdad? Okey, pues lo gordo viene ahora: previsiblemente siete millones de cómplices votaran el domingo a Rajoy, a Fernández Díaz y al ángel Marcelo. Así que, queridos y queridas, hay que ponerse las pilas porque como no echemos a este hatajo de meapilas mafiosos nos harán pasar otros cuatro años en pleno Medievo.


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