martes, 3 de junio de 2014

LA GOTA MALAYA

LA GOTA MALAYA

            El príncipe está muy preparado, muy preparado, muy preparado, muy preparado, toc, toc, toc, toc… Como una gota malaya, todo el día, venga y venga, una y otra vez. ¡Vale, está muy preparado, nos lo creemos!, ¿y qué? También están muy preparados esos miles de jóvenes que se tienen que ir al extranjero porque en este país no tienen ni una mínima oportunidad de trabajar. Qué pena de jóvenes y qué pena de país, que después de haber invertido en la educación de su juventud pierde los jóvenes y la inversión, que revertirá en riqueza  y desarrollo para otros países mientras el nuestro permanecerá en un atraso que ya parece costumbre. Y sin embargo hay que darle la jefatura del estado a un individuo carente de méritos  pero del cual dicen sus palmeros que “está muy preparado”. Pues muy bien, si está muy preparado que se presente a unas oposiciones, como dice el tuitero Gerardo Tecé. Lo anterior es un chiste, pero no es una cuestión baladí, no lo perdamos de vista. Es como si un tío va y dice: “que he venido a que me deis la plaza de ingeniero de caminos, que dicen mis amigos y mi abuela que es que estoy muy preparado”. Sí, vosotros reíros, pero decidme dónde está la diferencia entre esto y el hecho de que nos quieran meter otros cuarenta años de monarquía porque el nene, con cuarenta y seis tacos, está muy preparado para que lo paseen a cuerpo de rey (sic) por el planeta luciendo palmito. Tenemos la generación, esta vez sí que sí, mejor preparada de todos los tiempos, en situación de exilio económico. Yo conozco a un poeta murciano de una vastísima cultura y que me emociona hasta la médula pero que tiene que emigrar por falta de oportunidades económicas. Y esto sí que me entristece. Y esto sí que debería hacernos reflexionar.

            Ayer fui oyendo la COPE en el coche y reconozco que fue una temeridad por mi parte porque casi se me sale la hernia de la risa. Después estuve dando un repaso a las distintas cadenas con el tema de la abdicación y llegué a la conclusión de que si metes en un mínimo discurso “rey, generosidad, príncipe, preparado, reina, profesionalidad” te convalidan hasta cuarto de periodismo. De otro modo no me explico la presencia de tanto presunto periodista, presuntamente tan preparados como el propio príncipe, diciendo todos las mismas tonterías de manera alterna. Las mismas ¿eh? A día de hoy Corinna no ha existido y el rey sólo ha visto elefantes en el zoo. Convirtieron la poco ejemplar vida del rey  en una verdadera hagiografía, el rey, del cual se dice que es muy campechano porque seguramente es lo único positivo que se puede decir de un individuo absolutamente refractario a la cultura, que no lee más que el menú en un restaurante y al que sólo le interesa el vino y las mujeres, como en la canción de Manolo Escobar. De él destacaban lo que todos ya sabemos y además su acierto al abdicar y al hacerlo precisamente en este momento, haciendo gala de su gran generosidad. En lugar de decir que le deja un marrón al hijo del tamaño de Alaska (el país) y que han tenido que dar una larga cambiada y anunciar la abdicación a matacaballo mientras aún se mantiene con palicos y cañicas su único apoyo que es el bipartidismo, que se alimenta de sí mismo ya que el pueblo empieza a retirarle su confianza igual que al rey, pues tras las europeas ha dado muestras de desmoronarse como un castillo de arena. Esto es así.

            Pero ayer en las plazas estuvimos soñando con los ojos abiertos, miles y miles de ciudadanos y ciudadanas soñamos con liberarnos de la tutela de una monarquía espuria y corrupta, fuimos miles y miles y miles los que soñamos al unísono con la república, entre ellos muchísimos jóvenes a los que les cuesta aún más que a nosotros explicarse esta anacronía de la historia que es la monarquía española. Defendamos ese sueño con uñas y dientes, no somos súbditos: somos pueblo soberano. 

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