martes, 15 de julio de 2014

MARICA DE IGLESIA

MARICA DE IGLESIA
            Hay un tipo de gay que sí es tolerado por la derecha. Y digo tolerado con toda la intención, con toda la carga de condescendencia, soberbia y complejo de superioridad que tiene el verbo en este contexto. Te tolero significa aquí: soy magnánimo, te permito que vivas en mi sociedad. Pues bien, el tipo de gay que sí tolera con complacencia la derecha es el marica de iglesia, el que decora locales de celebraciones, el que vive con su madre anciana, el que canta en eventos y nos hace reír, y que tiene que aguantar más de una broma de mal gusto para habitar ese rincón en sombra que se le ha permitido ocupar en la sociedad, y a cambio del cual ha tenido que ceder parte de su dignidad como persona. A ese gay tolera la derecha. Les sirve para reírse y al mismo tiempo para creerse tolerantes y modernos y también para crecerse pensando “qué suerte tenemos, nosotros no somos como él: nosotros somos normales”.  Y luego: “¿Homófobo yooooo?, si tengo un amigo marica… “ Y así. Este gay histriónico y excesivo es el que sale caricaturizado en series de televisión, en películas. ¿A que no habéis visto en ninguna serie al uso a un gay activista?
Porque  lo que no tolera esa derecha, amplia, amplísima, desbordada, es que ese u otro gay reivindique sus derechos, su derecho a casarse, a tener hijos, a decir en voz alta en una reunión : este es mi marido, o mi novio, o mi ligue o estoy solo pero soy homosexual, su derecho a ser respetado por una sociedad en la que paga los mismos impuestos y con la que tiene las mismas obligaciones que los que sacan barriga sin preocuparse por nada, sin tener que esconder nada, porque ellos no son maricones. Esa derecha quiere prohibir sus derechos intrínsecos como ciudadanos a esta parte de la sociedad, y sale a manifestarse, y vocifera en los bares: “¿matrimonio?, ¿será mariconio?” porque no tolera la diferencia, no soporta la diferencia, le aterroriza la diferencia. El gay activista es invisible para la gran masa, el establishment tiende a invisibilizarlo para encapsularlo y que no cunda el ejemplo. Por no hablar de las lesbianas, aquí la invisibilidad es casi completa, éstas sólo se toleran (insisto en el sentido peyorativo del término) si salen en pelis porno. Todo lo demás es pura perversión.

            Vale, pues quiero añadir una cosa más: Mario Vaquerizo es el marica de iglesia del PP, el que le ríe las gracias a Esperanza Aguirre, el que sale en una glamurosa foto junto a ésta y Alaska declarando que defenderá a Esperanza Aguirre hasta la muerte, el que se forra a base de salir hasta en la programación infantil, el de la frivolidad sin límites (pe-pe-peluquitas), el de la provocación controlada, inofensiva y vacía, el de la transgresión impostada, el gay infantilizado con el que todos se ríen, qué gracioso es.  Pues a mí ya ha dejado de hacerme gracia. 

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