sábado, 20 de diciembre de 2014

EL DELFÍN MALOGRADO

EL DELFÍN MALOGRADO
Estos días hemos visto al pequeño Nicolás llegar a los juzgados con una sonrisa de muñeco congelada en la cara y no por el frío. Pero antes de esto le hemos visto crecer ante nuestros ojos, agigantarse porque se ha sentido amenazado y nos ha dejado ver la tramoya de este juego perverso: tres DNIs falsos emitidos en comisaría, coches oficiales y no precisamente robados, escoltas, acceso al móvil del rey... Vemos, tal como sospechábamos, que este relamido con cara de tonto no era el Mocito Feliz de FAES, como nos quieren hacer creer, no es simplemente un loco del selfie con los poderosos: es uno de los herederos designados por este poder corrupto para sucederse a sí mismo, pertenece a la cantera de los que vendrán a estafarnos mañana desde las instituciones. Este individuo, con una notable vena megalómana, es un delfín malogrado por su propia ambición: se le fue la mano haciéndose selfies. Seguramente nunca sabremos qué paso en falso ha dado para que sus propios mentores le sacrifiquen ante la opinión pública y la justicia, pero me juego una ceja a que tiene que ver con la Casa Real. Comprobamos que al poder, a ese poder no elegido democráticamente, se llega desde muy temprano a través de una puerta trasera que ahora queda a la vista. Francisco Nicolás estaba llamado a educarse desde tierno lechón en el escenario del poder en la sombra, a gobernarnos dentro de unos años y a acceder después a una lucrativa puerta giratoria. Pero ha hecho algo que no debía y es exponer el engranaje de esta maquinaria. Jamás se lo perdonarán.


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