lunes, 1 de diciembre de 2014

POLÍTICA Y POLÍTICA

POLÍTICA Y POLÍTICA
          El sector más conservador de la iglesia no está cómodo con este Papa, dicen que es demasiado político, y eso que lo único que ha hecho es hablar, un discurso bello, sí, pero vacío al menos de momento porque la prédica está bien, pero ¿dónde está el trigo? Después de que nos hayan dado tantas veces julepe con el as y el mono, yo ya desconfío de todo. De-to-do. Desconfío de las palabras del Papa porque no hay detrás nada que las respalde. Desconfío del aplauso entusiasta de Pablo Iglesias (y debo decir que a mí Podemos me ha devuelto la esperanza) porque ¿va a ser este el camino, nos venimos arriba con dos palabritas, pactamos con la forma sin verificar el fondo?

            Y ahora quiero volver sobre este temor de los conservadores: un papa que habla (de momento sólo habla) en favor de los pobres es un papa político. Por lo visto los papas anteriores no eran políticos, como si hacer la vista gorda con la pederastia no fuera un acto político, como si olvidar a los desheredados de la tierra no fuera un acto político, como si criminalizar la contracepción y despreciar a la mujer no fueran actos profunda, medida y deliberadamente políticos. Desde esa perspectiva sólo se considera apolítico el no hacer nada y dejar que todo siga igual y sin embargo no hay gesto más perversamente político que la dejadez, y si no que se lo digan a Rajoy que ha hecho de no hacer nada todo un modus operandi.  En cuanto a la ciudadanía, no hacer nada es dejarlo todo en manos de los poderes fácticos que vienen gobernando desde siempre en su propio beneficio y contra el pueblo, ¿se os ocurre algo más político que no hacer nada? Debe ser que tener una actitud política frente a la vida es malo, no como estos conservadores que se quejan del actual Papa, y que tienen una actitud perfectamente neutral y apolítica de rechazo al inmigrante, de demonización del aborto, de repulsa al matrimonio gay, de indiferencia frente a los desahucios, de acatamiento ciego frente a políticas criminales. Para ellos, eso no es ser políticos, eso  es ser normales porque lo normal  es no meterse en nada y que la injusticia se perpetúe, total, ya estamos acostumbrados. Por suerte hay cada vez más y más gente poniendo el pie fuera de esa normalidad hipócrita y retorcida. 

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