domingo, 5 de diciembre de 2021

LA MALA EDUCACIÓN

 LA MALA EDUCACIÓN

Como pago por su apoyo para tumbar la moción de censura de CS y Psoe contra López Miras, los expulsados de Vox fueron premiados con la cartera de educación, ¿qué podía salir mal?

Vox ha presentado recientemente en la Asamblea regional una moción en la que se pide la prohibición de lo que ellos denominan «mal llamado ‘lenguaje inclusivo’» bajo pena de multa en la Administración regional. El Partido Popular, que intenta disimular pero que sigue tan de cerca a Vox que casi les pisa los talones, rebaja un grado la virulencia del texto y se limita a pedir sanciones ante el mal uso del español en las instituciones murcianas. Por lo visto, ellos tienen las escrituras de la bandera, del himno y también del idioma español. Ojito con tocar lo que consideran que es suyo.

Durante la presentación de la campaña de promoción de las elecciones a los consejos escolares de los centros educativos en la Región, Mabel Campuzano anunció que su departamento trabajará para eliminar el lenguaje inclusivo de los libros de texto. Sí, niños y niñas, trabajará-para-eliminar-el-lenguaje-inclusivo. Debe ser que no tiene cosa mejor que hacer.

Hablando de cosas que hacer, veamos algunos datos. Según el Ranking de Excelencia Educativa elaborado por Profesionales por la Ética, Murcia suspende con un 2,7 sobre 10. La Región de Murcia tiene la segunda tasa de idoneidad más baja del país a los 12 y 15 años y está por debajo de la media en los exámenes PISA (ciencias, lectura y matemáticas). Asimismo, la tasa de abandono educativo temprano es la tercera más alta (23,1%).

O sea que, como si no estuviéramos a la cola en educación (¿casualidad? no lo creo), a la consejera del ramo no se le ocurre otra cosa que proponer la prohibición del uso del lenguaje inclusivo, bajo pena de multa administrativa. Porque sí, porque vamos a lo que importa de verdad y a lo que ayuda a resolver problemas en Murcia: lo que necesitábamos para poder salir del furgón de cola en todo lo referente a educación era prohibir el lenguaje inclusivo porque eso es lo que está frenando el desarrollo, el aprendizaje y la igualdad.

¿Con qué argumento? Según Campuzano y adláteres, el lenguaje inclusivo dificulta la comprensión lectora. Sin que, por lo visto, en esa comprensión lectora influya la falta de inversión en profesorado para rebajar las ratios. Sin que en esa comprensión lectora influya la escasa atención que se presta a la educación pública. Sin que influya la puesta en marcha de nuevos centros privados con fondos públicos. Sin que influya el impulso a la enseñanza concertada o el cheque escolar que Vox propone para que cada familia mande a sus hijos e hijas al colegio que quiera, detrayendo con ello recursos a la educación pública. No. Lo que sobra es el lenguaje inclusivo.

Hay una realidad social que el feminismo combate desde hace siglos: la flagrante desigualdad histórica y cotidiana entre hombres y mujeres, desigualdad que nos convierte a las mujeres en ciudadanos de segunda. Sabemos que en nuestro idioma el uso del masculino es genérico y abarca a ambos géneros, por lo tanto el masculino incluye al femenino, lo sabemos señores académicos y demás señoros, no nos lo repitan más. Lo que se persigue con el lenguaje inclusivo no es cambiar el idioma, difícilmente podría hacerlo, sino dar una presencia más igualitaria a ambos sexos, dar un poco de visibilidad a las mujeres, siempre invisibilizadas. No parece tan grave como para conllevar una prohibición.

Pero Vox es un partido que niega que exista el machismo, con lo cual el feminismo se convierte en algo innecesario. Mabel Campuzano sería como Larry Elder, el republicano de raza negra que niega que exista el racismo. Por eso el problema que tienen con el lenguaje inclusivo no es semántico ni morfológico y mucho menos de comprensión lectora, el problema es político porque lo que realmente molesta es que se impugne el “masculino universal y femenino particular” para comenzar a introducir cambios que conduzcan a un uso del idioma un poco más equilibrado. No debemos olvidar el hecho de que el lenguaje construye la realidad hasta el punto de que lo que no se nombra no existe. Y las mujeres existimos y queremos seguir existiendo.


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