jueves, 19 de septiembre de 2013

LO QUE NO OCURRE

LO QUE NO OCURRE

Lo normal es que nos preocupe lo que ocurre. Pero en esta etapa que estamos viviendo, lo grave es lo que no ocurre. El gobierno debería haber dimitido en bloque por la sospecha más que fundada de haber estado siendo la mayoría de sus miembros pagados en sobres de dinero negro durante décadas, pero no ocurre nada. Y la ciudadanía debería estar clamando por esa dimisión, ocupando las calles pacíficamente hasta que cayera el gobierno. Pero no ocurre nada. La iglesia recibe más dinero que los desahuciados y los timados de las preferentes, de los que se ríen los cachorros del partido del gobierno. Y no ocurre nada. El partido del gobierno chapotea en el fango espeso de una corrupción que les llega a la médula, ellos se ponen de perfil, miran para otro lado, y no ocurre nada. Los votantes de dicho partido lo miran todo como si no fuera con ellos, como si ellos no hubieran dado la coartada electoral necesaria para que eso pasara. Y cuando deberían ellos mismos manifestarse frente a las sedes de su partido para pedir explicaciones, sin embargo no ocurre nada. Y en la oposición sí que no ocurre nada, pero nada de nada. Y no es que esperásemos gran cosa de esa oposición a estas alturas de la película, la verdad, quizás tan sólo saber qué opinan, por ir orientándonos más que nada. Pero no, porque no ocurre nada. Se descubre al rey matando elefantes, con dinero en Suiza y con una rubia intrigante cuyo bienestar en España ha sido pagado con dinero público. Y el yerno real que ,en fin, ya sabéis. ¿Y qué? , qué más da  si no ocurre nada. Nosotros a lo nuestro, deben decir para su coleto todos estos delincuentes que nos gobiernan, nosotros a lo nuestro porque hagamos lo que hagamos no ocurre nada. Lo más trascendente que ha ocurrido en los últimos tiempos ha sido un Borbón pidiendo perdón por la tele, como un niño de doce años pillado tocándose y un tesorero corrupto en el trullo, nada del otro jueves, pequeños movimientos de recolocación para que siga sin ocurrir nada. No comprendo esta atonía social, este período interminable de agresión brutal, de acción sin reacción. Jamás pensé que diría esto, pero debemos ser reaccionarios, tenemos que reaccionar. A mí, lo que no ocurre me quita el sueño.

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