sábado, 9 de noviembre de 2013

CUESTIONARIO DE COMERCIO ÉTICO

CUESTIONARIO DE COMERCIO ÉTICO
Ojo, que el nombre engaña. Como sabéis, me dedico al comercio internacional. El Ethical trading questionnaire es un documento que nos enviaban los clientes ingleses (el último que recibí fue en 2.010) y que tenían que completar los departamentos de calidad. Y que nos ofendía. Este documento es una joya de la perversión capitalista. He aquí algunas de las preguntas:
-      ¿Utiliza su empresa trabajo infantil?
-      ¿Utiliza su empresa trabajo esclavo?
-      ¿se emplean en su empresa látigos, palos o algún otro tipo de castigo físico contra los empleados?

Y todas más o menos en este estilo. Extraídas del propio documento: Are workers free in what they can do and where they can go during rest hours? , Are children/young people allowed to do all types of work for your company?, Are all of your employees working for you of their own free will (rather than being forced to work for you under bond, as part of a prison sentence or for any other reason)?, What are the companies policies on physical abuse (or discipline), the threat of physical abuse, sexual or other harassment and verbal abuse or other forms of intimidation?.
Cuando teníamos que rellenar este documento las jefas de calidad de las fábricas de aquí y yo misma, nos indignábamos hasta la desesperación. Cuando en un cuestionario se pregunta si se practica el acoso sexual y las respuestas posibles son un sí o un no es porque se supone que más de una empresa contestará sí. Si se pregunta si se retiene a los empleados en el edificio de trabajo y las variables son sí, no, es porque alguien podría contestar sí. Si se pregunta si se les requisan los documentos a los trabajadores es porque existe la posibilidad de que alguien lo haga. Y si un empresario carece tanto de escrúpulos como para tener esclavos, ¿qué problema moral habría de tener para contestar que no los tiene? Y a partir de ahí supongo que si la empresa incumplía las normas laborales, el cliente le pondría un plazo para que se pusiera al día acreditándolo con documentación, pero ello no quiere decir que el cliente dejara necesariamente de comprar en esta fábrica. Al menos así es como se hace en las auditorías puramente de calidad.
Evidentemente el marco del cuestionario excedía con mucho el panorama laboral español, era un cuestionario elaborado para fábricas en India, Bangladesh, Vietnam,etc. Y es una exposición negro sobre blanco de hasta qué punto el capitalismo es cínico y perverso: significa que el empresario está comprando en un país donde se dan esas posibilidades, o sea que para alcanzar el precio que el empresario busca la gente debe ser esclava o poco menos, pero se lavan el resto de conciencia que les pueda quedar pasando un cuestionario de sí/no, un cuestionario donde las preguntas son tan terribles que repugnan al que lo lee.
Cuando una empresa se deslocaliza lo que busca precisamente es eso: ausencia de sindicatos, mano de obra casi esclava, condiciones laborales míseras, horarios interminables, precios de trabajo por debajo del costo de la materia prima…Sólo que para no quedar mal con su clientela occidental hacen un paripé que les salve de una eventual denuncia si, por ejemplo, un niño muere de agotamiento físico y se cubren las espaldas con este papel para culpar al malvado empresario indígena de la subcontrata, que les había dicho que no tenían trabajo esclavo cuando sí que lo tenía. Algo así fue lo que ocurrió en el derrumbe de la fábrica textil de Bangladesh hace unos meses. Y de paso mandan un claro mensaje a la mano de obra europea: si queréis que no se deslocalicen las empresas, ya sabéis…
Paradojas de nuestro tiempo: el dinero no tiene fronteras, la movilidad de las empresas es ilimitada. El presidente de la patronal dijo que deslocalizar es un derecho que tienen los empresarios a ganar dinero como mejor les venga, porque no es ilegal. Eso dijo. Pero las personas, las personas, ésas no, las personas no pueden irse a buscarse la vida donde mejor les venga. De eso nada. Y para evitarlo ponemos, no ya alambre de espino, ponemos alambre de cuchillas (se llama concertina, qué nombre para un instrumento de tortura) para añadir crueldad infinita a la infamia infinita de prohibir la libre circulación de personas. Personas que sólo buscan vivir, quizás incluso vivir bien, pero sobre todo y para empezar buscan vivir. Porque no huyen de un sistema fiscal ni de un entorno de presión sindical (como las empresas), huyen del hambre y de la guerra. Buscan la vida. Y se les niega. Y se ponen alambradas de cuchillas. Las empresas pueden ir allá donde les convenga, aunque las condiciones laborales sea prácticamente de esclavitud. Pero los esclavos tienen prohibido escapar a su destino.

Este cuestionario me lo enviaron por primera vez hace 19 años desde Inglaterra.No es muy común, lo habré recibido después unas dos o tres veces siempre desde Inglaterra, supongo que en virtud de su larga tradición colonial. Pero empecé a preguntarme entonces hacia qué tipo de globalización nos encaminábamos. Y la respuesta es clara ahora: nos encaminamos hacia la bangladeshización de las relaciones laborales. Afortunados nosotros que no tenemos que soportar el látigo (todavía). Y no es una metáfora.

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