lunes, 20 de enero de 2014

EL GAMONAL

El Gamonal

En El Gamonal, la ciudadanía no ha hecho sino poner en marcha un derecho recogido en el preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos: el supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión.  La ciudadanía en general es educada y sigue el juego democrático, ejerce su derecho a la protesta, cuando lo ejerce, de forma obediente y ordenada. Por el contrario, nuestros dirigentes van contra todo, conculcan nuestros derechos de manera criminal y aplican la apisonadora de los hechos consumados: venden suelo encima de la propia arena de la playa, construyen aeropuertos innecesarios, hacen pasar trenes por mitad de poblaciones, colocan fábricas en entornos protegidos... La ciudadanía protesta, cuando protesta, con suerte la justicia le da la razón a los que protestan y procesa al político corrupto (ya se encargará el gobierno de indultar/insultar, indultar al corrupto e insultar a la justicia en un mismo acto). ¿Y qué? Ya le han dado la razón al pueblo por una vez, ¿y qué? Si el macro hotel ya está levantado sobre la arena de la playa, si la fábrica ya está construida en el entorno protegido... Hechos consumados. Pero en El Gamonal el pueblo ha tomado un atajo, ha dejado la educación a un lado, ha abandonado las buenas formas, se ha rebelado, ha plantado batalla. Ha desobedecido.

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