miércoles, 15 de enero de 2014

REVOLUCIÓN FRANCESA

REVOLUCIÓN FRANCESA


Me acabo de sentar a trabajar. Mientras esperaba a la canguro de mi hija me pongo la tele, un poquico de Anarrosa: el presidente francés Hollande presenta ante la prensa unos recortes de 50 mil millones de Euros. Me faltan dedos para contarlos, como cuando mi hija Tere me dijo, sacando tres deditos : yo tengo tres años, ¿y tú, mamá?, yo cuarenta y tres; y ella me contestó: ¿a ver los dedos?. Pues eso, que me faltan dedos. Repito, 50 mil millones de Euros. Por muchas veces que lo diga no consigo que la cifra encaje en mi cerebro, será que soy de letras. Bien, pues durante la rueda de prensa, ¿cuál es la primera pregunta que le hacen al señor presidente los avispados periodistas franceses?. Pues sí, que con quién se acuesta. Con una pregunta algo más elegante, desde luego, para eso son franceses: querían saber quién es este momento la primera dama. ¿Alguien había pensado que los franceses eran más listos, más revolucionarios, más formados, más avanzados que nosotros?, pues para que lo sepamos: la estupidez une a los pueblos. En este momento de involución total en todos los órdenes, lo que viene a provocar una pequeña revolución francesa es con quién se estará acostando el presidente del gobierno. Me reiría si no fuera porque estamos nosotros bastante peor que ellos. Porque no hace falta ya decir de qué ha tratado la tertulia de Anarrosa: no ha sido a qué partidas afectará el recorte, ni cuánto se estima que retrasara la salida de la crisis este nuevo hachazo al presupuesto, ni si esperan huelgas o incluso revueltas a la alemana debido a este nuevo paso atrás en la recuperación. No, nada de eso, tenían algo mucho más jugoso a lo que hincarle el diente: la nueva novia es actriz y además dieciocho años más joven que el presidente y además etcétera porque ya he apagado la tele. Esta es la línea editorial de Telecinco, nada nuevo, no es que me extrañe ya de cosas como ésta. Lo que no me esperaba es el telecinquismo de la prensa francesa, la verdad. 

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