lunes, 9 de diciembre de 2013

CANSANCIO, ALIENACIÓN Y HUMOR

CANSANCIO, ALIENACIÓN Y HUMOR

Cansancio: no sé si ocurriría así, seguramente no, pero así lo imagino yo. Rosa Parks no había dormido esa noche y por la mañana se fue a trabajar limpiando casas. A última hora de la tarde, cuando subió al autobús estaba exhausta, la jornada larga y agotadora la habían dejado al límite de sus fuerzas. Y se sentó en un asiento de un autobús que estaba prácticamente vacío. Se sentó cansada, agotada, desarmada y de pronto oyó a alguien decir que se tenía que levantar porque estaba prohibido sentarse allí. Era absurdo, el autobús estaba casi vacío y ella no tenía fuerzas ni para ponerse de pie. No tenía sentido, por qué iba a hacer el trayecto de pie con lo cansada que estaba si no había casi nadie en el autobús. El cansancio impidió que penetrara en su cerebro la consigna de obedecer una ley absurda, paranoica, carente de lógica, era imposible obedecer una ley así. Aunque la detuvieran, aunque la llevaran a la cárcel. Los asientos están para sentarse cuando alguien lo necesita. Lo demás es pura retórica en un mundo de leyes inhumanas. El cansancio no obedece. Porque el cansancio es humano. Y el cansancio desobedeció. 

Alienación: un hombre se prende fuego en el centro de Murcia, le piden una manta a una cajera de Zara para intentar socorrerle y ésta se niega por temor a que su jefe la amoneste. Si alguien desconoce el significado de la palabra alienación, este es un buen ejemplo. Si alguien se pregunta el por qué de la participación de tantas personas en la persecución y muerte de semejantes (Holocausto, desaparecidos en Argentina, atrocidades diversas…) esto puede servir para explicar por dónde se empieza. La alienación es obedecer a unas leyes que van en contra de las elementales leyes humanas, las cuales no precisamos aprender porque las tenemos instaladas en nuestra información genética: socorrer al herido, alimentar al hambriento, ayudar al perseguido…, facilitar la vida de nuestros semejantes en definitiva, en lugar de entorpecerla o impedirla, ya que somos seres gregarios. La ley humana es una ley superior, si entran en conflicto con ella, se deben desobedecer todas las demás. La alienación obedece. El sentido de humanidad desobedece.


Humor: un dúo llamado Potato Omelette Band acude al casting madrileño para obtener un permiso que les posibilite tocar en la calle. La propuesta por sí sola da risa, si no fuera porque es muy seria, ridícula pero seria. Como Doña Botella, la promotora del invento. Un chico y una chica cantan una divertida canción de protesta contra el propio casting. El humor es intrínsecamente desobediente. Lo que no se le ha podido decir al poder desde las tribunas se le ha dicho con chistes, canciones y chirigotas. La mayoría de las veces, el poder, pesado, lerdo y lento, no ha llegado a darse cuenta de que le estaban tomando el pelo. Pero el humor es así. El humor desobedece.

Cuando el poder es inhumano, desobedecer es una obligación humana.


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