lunes, 7 de abril de 2014

FAMÉLICA LEGIÓN

Famélica legión

Para el poder, para la derecha, para el capital y aquellos que le sirven, como es el caso de Alfonso Rojo, sería un exceso llamarle periodista, el pobre/la pobre tiene que serlo y parecerlo,  necesitan distinguir con claridad, nada de medias tintas, el pobre/la pobre debe pues corresponderse con el modelo decimonónico y ser fiel al tipo miembro de la famélica legión porque de lo contrario a lo mejor ni es pobre ni nada, a lo mejor se está haciendo pasar por pobre para engañar al personal y resulta que en realidad come de todo y tres veces al día. Esto es lo que le venía a decir este tipo  a Ada Colau con ese insulto que cubre completo el espectro de significado clasista y machista. Ese es el concepto de pobreza que tienen y que exigen a la ciudadanía: ¿es usted pobre? Pues preséntese como es debido: demacrado, las ropas en jirones, el pelo sin brillo, porque, ¿cómo vamos a distinguirles si no? A lo mejor es usted un rico que se hace pasar por pobre y hasta ahí podíamos llegar. Nosotros sabemos que la pobreza se mide en falta de acceso a servicios, en carencia de infraestructuras, en desigualdad de rentas, en injusticia social. Y no en kilos, a menos que hablemos de los kilos que esta peña acumula en Suiza o las Caimán, que entonces sí, entonces esos kilos sí cuentan para medir la pobreza generada por tal desigualdad e injusticia. Pues  queridos y queridas, con ese concepto sobre la pobreza (añádase aquí desigualdad e injusticia), ¿para qué vamos a hablar de pérdida de servicios, educación, sanidad infraestructuras?  ¿Para qué, si para ese ganado sólo somos pobres si pasamos hambre viva? Pues quizás, si les dejamos, consigan que así sea. Por lo tanto sólo me queda añadir: ¡en pie, famélica legión!

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