domingo, 3 de agosto de 2014

#FreePalestine

#FreePalestine

            Los niños son objetivo prioritario del ejército israelí,  por lo visto cuanto más pequeños mejor y las embarazadas dan más puntos porque son un dos por uno. O sea que los cuatro niños asesinados mientras jugaban al fútbol en la playa no fueron daño colateral sino que fueron objetivo conseguido.  No voy a extenderme en el hecho de que les importa un pito  la Convención de Ginebra, el respeto a la población civil y a la madre que lo fundó. Pa qué. Si con todo este horror cotidiano, toda esta masacre diaria, todo este dolor, lo único que nos queda claro es que el objetivo de  Israel es la población civil en general y los niños en particular: quieren destruir, asesinar con saña, el futuro del pueblo palestino, encarnado en sus niños. Por eso celebran los asesinatos de niños y embarazadas. Hacen con la Declaración Universal de Derechos Humanos siniestros aviones de papel que al atravesar Gaza descargan sobre ella desolación y muerte.
            Todo en una guerra causa horror pero debo confesar que de esto último todavía  no me he repuesto, me causa pesadillas, me provoca una angustia y una tristeza que me desarman y contra ese nudo de sentimientos intento luchar escribiendo, con pobre resultado de momento, la verdad. Miro a mis hijos y me dan ganas de llorar. Los  niños palestinos son mis hijos cuando los veo tan felices disfrutar del verano. Y mis hijos son los  niños palestinos a los que veo en televisión sufrir y morir, sin futuro. Espero que me entendáis, no sé expresarlo mejor. Me aturullan la indignación y la tristeza. Mientras tanto la gauche divine española y la Comunidad Internacional  se la cogen con papel de fumar escondidos tras la falaz coartada de la equidistancia. Qué ascazo dan.
            Cuántas  veces me he preguntado adónde iría a parar la psicopatía colectiva de la Alemania nazi al acabar la II GM,  y resulta que, al parecer, poseyó a sus víctimas, como un íncubo que busca un cuerpo múltiple donde residir, y ahora hacen uso de ésta psicopatía colectiva para destruir el futuro de Palestina. El estado israelí necesita psicoterapia. O un exorcismo. Palestina necesita con urgencia que esto pare para que puedan recuperar su futuro. Y aquí nadie debe quedar al margen. #FreePalestine.


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