Aria de cultura
“La concejala de Cultura de Valencia se despide con más
de 30 faltas de ortografía en un texto de 19 líneas. El diario.es”
Que la
cultura no se adquiere por ósmosis está claro. Si así fuera, Maryén Beneyto hubiera incorporado alguna dosis,
siquiera fuera por estar sentada en el sillón de directora de la concejalía de cultura durante 24 años, que
se dice pronto. Pero no, esta paisana gastaba más en laca que en libros. Quizás
la laca creaba una capa sobre su cerebro que lo hacía refractario a cualquier
asomo de conocimiento. Oye, por qué no,
puestos a imaginar... A mí me cuesta más
trabajo creerme que esta paya haya estado ¡24 años! a cargo de la cultura
valenciana. Esta mujer llegó a la
concejalía de cultura como podía haber desembarcado en la de bordados regionales,
y por iguales méritos: nepotismo, tráfico de influencias y poca vergüenza. Pero
sobre todo y por encima de todo, desprecio hacia la cultura. Y ahora dice, como
disculpa, que “nunca más usará Facebook”,
como si la culpa de que tenga más faltas de ortografía que Dinio la tuviera la
red social.
Por otra
parte, siempre me hacen mucha gracia éstos que escupen por un colmillo del
capital destinado al bien común mientras se lo pulen, al menos podrían tener un
poco de respeto por los fondos que financian su lujoso tren de vida. Como ésta,
que se ventiló en cuatro días cinco mil euros a cuenta del Ayuntamiento para ver
Tosca en Bolonia, total, qué entendería si es analfabeta funcional.
Cabe
preguntarse quién cantará el próximo aria de cultura en Valencia.
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