lunes, 18 de mayo de 2015

AMOR Y SALARIO

AMOR Y SALARIO

Los cuidados y todo lo que ello conlleva están asignados a la mujer y son no remunerados por una razón: porque están vinculados a la emocionalidad, ámbito de lo femenino. La emoción además no se paga. Por favor, sólo faltaba: se cuida a los hijos por amor, se pone la lavadora por amor, se ordenan los armarios por amor, se friega el váter por amor. Es una coartada trampa que hace que el trabajo no remunerado suponga, según estimación de la OCDE, un 41% del PIB mundial. Y ese trabajo no remunerado es básicamente femenino. Por lo visto las mujeres con nuestro voluntariado mantenemos casi la mitad de la economía mundial. Con el agravante de que el trabajo del hogar podría ser un trabajo como otro cualquiera pero no lo es: es el único trabajo que ni tiene vacaciones ni se puede posponer y sin embargo es el menos valorado, el invisible, el que carece de proyección social. La que se queda en casa es la mantenida. Y si no que se lo pregunten a los hombres que al quedarse en paro tienen que pasar a ocuparse de la casa y de los hijos: entran en barrena porque sienten que su valor intrínseco baja al no poder mantener a la familia.
Las Princesas Disney y la educación androcéntrica nos han enseñado a nosotras y enseñan a nuestras hijas a resignarnos ante esa situación. La Cenicienta nos insta a trabajar sin descanso, con la esperanza de que un día llegue un chulo y nos retire. Si ella consigue trepar en la escala social y pasar de fregona a princesa, por qué yo no. Seguid soñando con poder alcanzar un triunfo vicario: ser la churri del macho alfa. Este es el súmmum. Es una situación de desequilibrio que alcanza a las dos partes porque por cada mujer relegada a un segundo puesto hay un hombre impelido a ser el primero (en el plano social, laboral, político...) aunque no pueda o no quiera o no tenga ganas.

No creo que debamos renunciar a la emoción pero sí creo que tendríamos que rebelarnos contra una emoción que se nos asigna por defecto y que nos hace chantaje para que nos sintamos obligadas a cumplir con nuestro papel sin rechistar. Tendremos que empezar a pensar y a plantearnos a ver por qué la mujer realiza su labor de gratis cuando de gratis no debe trabajar nadie ya que está erradicada la esclavitud. Sé que es un asunto muy complicado y que no se acaba con el reparto equitativo de tareas (aunque no es mal comienzo), pero yo lo pongo ahí, en el tablón de anuncios, para ver si algún día le llega el debate a este tema.

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